La adrenalina se desato por mis venas. Al igual que ese poder que me hacia sentir poderosa, pero principalmente viva. Los ojos de David me recorrieron el cuerpo entero, con la codicia pintada en ellos.
—¡Lo sabia!— exclamo maravillado. —Era solo cuestión de tiempo para que el poder del Miraculous se terminara de expandir por su cuerpo—
—¿Quieres explicarme que pasa?— vuelve a preguntar Adrien mucho mas exaltado que antes.
Yo por mi parte me quedo quieta y le devuelvo la mirada al hombre que sonríe, exhibiendo su blanca dentadura en una mueca amenazante. Una parte de mi se muere de miedo, pero otra mas, solo espera el momento de actuar y saldar las viejas deudas del pasado que existían entre el y yo.
¿Quien diría que con quien terminaría peleando seria con David, y no Marcus?.
—Madre te suplico que me digas ¿que significa todo esto?— presiona Adrien.
—Simplemente el comienzo de una nueva era. Lo que tanto tiempo esperamos para gobernar el mundo— Marianne se acerca a David, quien no deja de mostrarse altivo y engreído. Ambos compartían la misma mirada asesina en los ojos.
—Tu querida Marinette eres la última pieza en nuestro juego de ajedrez, contigo al fin sera posible completar el último suero, que nos hara inbensibles— frunzo el ceno. ¡Otra vez hablaban de esos malditos sueros!.
—¿De que hablas?. Mi padre y Gabriel ya han terminado con eso— les dice Adrien tan confundido como yo.
—Veras, tu padre y yo en el pasado teníamos verdaderos planes una vez que nos apoderaramos de los Miraculous, pero al interferir tu le quitaste la ambición de poder, pero afortunadamente a mi no. Asi que yo seguí averiguando por mi cuenta, utilizando a Ethan como conexión con ella para saber cuales eras sus pasos y los de su padre—
—¿Me estas diciendo que fui parte de otro plan?— le pregunto desconcertada y bastante molesta. ¿Que acaso jamas se acabarían las malditas sorpresas?.
—Algo asi. La verdad es que eres mas importante que eso. O al menos lo es tu sangre, la cual sera lo que me de el poder para hacer con el mundo lo que me venga en gana—
—¿Mi sangre..?—
—La noche que Adrien extrajo la escencia de los kawamis se libero todo el poder y tambien se rompieron todos los sellos que guardaban los antiguos manuscritos mágicos, que dictaban que al ocurrir el eclipse lunar sería posible fuscionar los miraculous con sus portadores para salvaguardar la magia de cualquier mal— la mano de Adrien se ciñe en torno a la mia, mientras que yo por mi pare apenas si puedo respirar.
—Eso debe explicar el porque ustedes dos ahora son seres mágicos sin tener que recurrir a las antiguas joyas mágicas. Sus poderes serán ilimitados siempre y cuando se mantengan con vida y obviamente su sangre alterada siga corriendo por su venas..— eso último me sobresalta el corazón, que ya se encuentra latiendo a mil por hora.
—Debes estar loco si piensas que te dejaremos tomar lo que buscas sin pelear— le dice Adrien dando un paso al frente para encararlo. De inmediato me viene a la mente el recuerdo de el fin de mi primera existencia, donde el habia muerto justamente por intentar vencer al villano.
—¿En serio crees que vas a detenerme?— dice David en un siseo. —Tu podrás ser Chat Noir, pero con esto yo puedo igualar tus poderes— saca del bolsillo de su saco una jeringa grande, igual a la que dante uso para inyectarme en la enfermería de G.A., Se descubre el antebrazo derecho y se entierra la aguja casi invisible para mis ojos. Los párpados de David se cierran de golpe. Después las venas de su brazo se sobresaltan y se tiñen de un tono negro, que corre deprisa hasta filtrarse por debajo de su ropa.
Su aspecto no cambio, mas sin embargo, sus pupilas si que lo hicieron, al tomar un color morado, casi tan obscuro como el color de sangre.
—Podremos estar en igualdad de condiciones, pero yo estoy seguro de que puedo acabar contigo..— quise hacer que Adrien retrocediera, que saliera corriendo, pero en mi cabeza una voz no paraba de gritarme que debía ser valiente y ayudarlo con esta lucha. Por lo que termino por pararme a su lado y desafiar tambien a David con la mirada.
—Valla, valla, tal parece que siguen siendo un par de torpes ingenuos..— se burla el, flexionando los dedos al tiempo que tambien movía su cabeza de derecha a izquierda..
—David, me juraste que no lastimarias a Adrien— interrumpe Marienne con apenas una pizca de preocupación en su voz.
—Y no lo hare, simplemente le demostrare que no tiene otra opción mas que rendirse y unirse a nosotros— tras decir aquello David se acerca otro paso mas, insitando al rubio a que ataqué primero.
—No caigas en sus juegos Adrien, debes mantener la cabeza fría para anticiparte a sus movimientos— le digo en voz tan baja que temi que no me escucharía. Pero asiente levemente y se aleja para marcar distancia entre ellos dos. Yo también retrocedo y cuando estoy lista para atacar a David por la izquierda Marianne me empuja, haciendo que retroceda y pierda un poco el equilibrio. La miro de prisa, sorprendida de que ella también plene intervenir en esto.
—Esto no solamente es por el poder, también porque quiero ser yo quien por fin acabé de una vez contigo— me dijo ella, levantando la barbilla y cuadrando los hombros de manera altiva.
—¿Aun sigues guardando tanto odio hacia mi?— le pregunto mientras me recupero adoptando la misma pose que ella.
—Seguramente tu madre y tu pensaron que las dejaría tranquilas, y que ya todo había quedado en el pasado, pero se equivocaron. Nunca he dejado de desear poder destruirlas y por fin mi momento llegó— comienzo a retroceder, al tiempo que descubro que no hay a donde ir para marcar distancia entre nosotras dos.
La suite cada vez me parece más pequeña y llena de muebles que me impiden ubicar el mejor lugar para comenzar el combate en su contra. Me quedo cerca del arco que divide la sala de estar de la habitación, solo para tener un espacio libre de muebles donde moverme, aunque esté no sea lo suficientemente grande para trazar un verdadero plan en su contra.
Marianne se mueve frente a mi, con demasiada lentitud, tanta que comienzo a creer que le llevará toda la noche el terminar de decidir si me atacará o no.
—No quiero pelear contigo— le digo sin quitarle mi mirada de encima. Ella sonrió, como si lo que le dije la aliviara y la divirtiera a la vez.
—Seguro que no,.. pero ciertamente no pelearas conmigo.. Lo harás con él— tras decir aquello otra persona más entra en la habitación. Su cabello rojo me sobresalta y me quedo rijida de la impresión.
—¿Qué haces aquí?— le pregunto.
—El no te responderá..— me dice ella, tocando de manera afectuosa el hombro de Nathaniel.
—¿Porque no? ¿Que le has echo?— le pregunto llena de rabia, pero sobretodo de temor.
—Lo volví un peón en nuestro juego de ajedrez, un peón que solo escuchará las órdenes de su reina— miro fijamente los ojos obscuros de Nathaniel, los cuales parecen perdidos en algún lugar lejos de aquí.
—Nathaniel escúchame..—
—Ataca y si es necesario matala— interrumpió Marianne. El asiente una vez y fija su atención sobre mí, adoptando también una pose defensiva y asesina.
—No la escuches— me apresuró a decirle, al tiempo que retrocedo otro poco buscando más distancia entre el y yo. —No quiero hacerte daño— continuo con el sudor ya perlando mi frente.
—No te desgastes Marinette, el no puede luchar contra el suero. A decir verdad al no haber akuma dentro de él nada podras hacer para liberarlo. Tendrás que luchar si quieres conservar tu vida— se ríe entre dientes y se queda a la distancia, para mirar el espectáculo que se avecina. —Sera tu vida por la de él y tu tendras que tomar esa decisión— En lo que me tomó pasar la saliva que tenía acumulada en la boca Nathaniel se me echo encina, mandando de mi cuerpo varios metros atrás, hasta que una mesa freno mi caída. Mi espalda se dobló y grite de dolor.
—Nat.. por favor intenta salir del control en el que estás— le digo una vez que estoy en el piso y me muevo para esquivar los trozos de madera. Sus manos son más rápidas y me jalan para impactarme nuevamente contra la pared, donde los cristales de uno de los cuadros rotos se me clavan en las palmas de las manos. Jadeo y dentro de mi intento descifrar la guerra de pensamientos que se desata. Por una parte mí falta de resistencia se debía a que me negaba rotundamente a luchar contra el. No podía hacerle daño, jamás me lo perdonaría, pero por otra parte estaba esa voz que me decia que no debía rendirme. Que tenía que hacerle frente y pelear por mi vida. Aprovecho que el se quedó quieto para pararme y recuperarme un poco.
Después lo esquivo y ahora soy yo quien lo toma del brazo y estrelló contra la mesa de centro, haciendo añicos el cristal con su cuerpo. Me quedo sobre el y presionó su cuello para sujetarlo y así lograr que se quedará quieto, pero sabía que no tardaría en soltarlo, sobretodo cuando se que lo estoy asfixiando..
—Termina con esto de una vez..— escucho que dice Marianne, pero honestamente no se a quien de los dos se refiere. Nathaniel hace amago de alejarme y por instinto aprieto más mi agarré, causado que su rostro se valla tornando cada vez más rojizo.
—Se que puedes escucharme, solo intenta escapar de esa voz que te ordena que hacer y vuelve a ser tu— lo intento de nuevo, cuando notó que sus ojos comienzan a desorbitarse de sus cuencas. —Por favor Nathaniel. Sabes que eres muy importante para mí. No quiero hacerlo..— lo suelto y me apartó de él. Temblando y sudando a mas no poder.
Mi respiración es agitada y siento que por mi rostro corren gotas, sudor, llanto, o seguramente sangre, por que me ardía un poco la comisura de mis labios y la frente, pero nada de eso se comparaba con mi pecho, que ardía y se quemaba por la falta del oxígeno. Sabia que esto lo causaba la ansiedad y el terror, al ver como el pelirrojo se ponía de pie y me miraba sin inmutarse, a pesar de que la sangre también salia de las heridas que tenía regadas en el cuerpo.
—¡Dios!— exclamo llena de pánico. Esta vez opto por golpearlo en la mandíbula, pero apenas si lo noto, cuando sin mas me devuelve el golpe por debajo de las costillas. Caigo al piso y jadeo, con la mirada nublada y un zumbido que se sobreponía sobre el sonido de fondo. Parpadeó y logro ver en cámara lenta como Chat Noir se inclina sobre mi y me aparta el cabello del rostro. Verlo tan cerca de mi me ayuda a salir del trance en el que me estaba sumiendo.. —No puedo contra el— le digo en un susurró.
—Claro que puedes— contradice el, para luego ayudarme a ponerme de pié. Respiro otra vez y me percato de que David esta en el suelo, pero no tarda en levantarse al igual que nosotros. —Ambos podemos contra ellos— me asegura y por un momento le creo, y siento la suficiente fuerza para hacerlo.
Nathaniel se une a David quien se queda detrás de él, usando al pelirrojo como un escudo humano.
Me arde la sangre y quiero ser yo misma quien lo estrangule, mas sin embargo no podía perder los estribos, y mucho menos ahora que tendría que quitar de en medio a la persona que tanto me empeño en mantener a salvo.
—Eres un verdadero cobarde— le recrimina Adrien que en algún momento paso a ser el súper héroe gatuno. —Esconderte tras el, es lo mas ridículo que puedes hacer—
—Piénsalo bien, si dejo que el acabe con ustedes mis manos quedaran limpias. Además le prometí a tu madre que no te haría dañó y soy un hombre de palabra— Chat también usa se cuerpo para cubrir el mío.
—Adrien, esto no es contra ti. Deja de proteger a Marinette y ven conmigo— interfiere Marianne con tono persuasivo. —No tienes porque defenderla..—
—Te equivocas madre. Si la matan a ella, me matan a mí— le contesta solemne. —Tu ya has decidido de que lado estas. Y yo también hice lo mismo— el rostro de la mujer rubia se contrae en una mueca de dolor, que no tardo nada en volverse de odió. Fijo sus ojos verdes sobre mi y le ordenó a su peón con voz fría que atacará. Nathaniel se movió sin abrir la boca, camino por la habitación hasta el muro donde se encontraba una vitrina con tres espadas. Tomó las mas grande, y regreso con la misma rapidez.
—¡No, no, no!..— exclamé con el corazón en la boca. —¡Tenemos que hacerlo que pare!— le digo a Chat quien también esta en tensión.
—No va a escucharnos— me responde el y termina de ponerme por detrás de él. Rápidamente me las ingenió para escabullirme de su agarre y volver a su costado, donde me seria mas fácil tomar su lugar por si acaso mi mejor amigo intentaba lastimarlo primero. —¿Marinette que haces?— farfulla molesto. —Te quiero a salvo— completa.
—Y yo quiero lo mismo para ti. Pero sobretodo recuerda que estamos juntos, que somos un equipo y que siempre lo hemos sido. Mi lugar es a tu lado, sin importar nada ni nadie— el no dijo nada pero se adelanto un paso de mi.
—¡Que románticos!— exclamo David con sorna. —Me recuerdan mucho a Romeo y Julieta. Ustedes también tendrán el mismo final que ellos dos—
A mi mente acuden un montón de recuerdos y me estremezco de los pies a la cabeza. Cierro los ojos un segundo para espantar de ellos la imagen de ver como Adrien se desploma en el piso y pierde por completo su vida.
Al abrirlos todo pasa muy rápido. En un segundo Nathaniel se acerca con el filo de la espada apuntando el pecho de Chat Noir. Se me escapa un grito ahogado cuando la punta toca la tela de su traje, rompiéndola a su paso. Por otra parte mi mente registra una palabra, que resuena fuerte y me provoca una punzada en la sienes. —¡Cataclismo!— la espada se queda quieta y se desvanece en el aire. Después el cuerpo de Nathaniel sale volando hacia tras, donde tras caer se queda inconsciente en el pisó.
Me giro repisa para examinar a Chat, quien apenas si tiene una ligera cortada en el pecho. Suspiro de alivio y lo abrazó por la cintura. El me corresponde apretandome contra él.
—Se acabo el juego David— lo suelto y me apartó. —Llegemos a un acuerdo— le prepone y de inmediato lo miro a la cara sin dar crédito de lo que escuchó.
—¿Un acuerdo?— pregunta el, tan sorprendido como yo. —¿Que tipo de acuerdo?— entre cierro los ojos confundida, ¿a que demonios quería llegar Adrien con todo esto?
—Tu solo quieres su sangre ¿verdad? Y esta bien, dejare que la tomes a cambió de que no le hagas ningún daño mientras tomas la muestra que necesitas— se me abre la boca de pura impresión y se me descompuso también el rostro perplejo.
—¿Estas hablando en serio?—
—Si. Y ya que parece que vencí a tu soldado comprenderas que no te queda mas remedio que aceptar mi oferta— David lo mira desconcertado pero tal parece que esta considerando su oferta, por que sonríe con interés.
—De acuerdo— Chat asiente y se acerca a David quien toma la mano que el enmascarado le ofrece.
—Es un verdadero placer hacer negocios contigo y esperó que te pudras en el infierno..— luego murmura.. —Cataclismo— los ojos de David de abren al igual que su boca que forma una O. La mano que sostiene Chat se torna roja, como si le hubieran prendido fuego, después pasa rápidamente a un tono negro que me da a entender que se calzino al igual que el resto de su cuerpo, hasta volverse polvo que cae de a poco sobre el pisó.
Me llevó la mano a la boca y comienzo a llorar. Era inevitable no hacerlo cuando a mi mente acudió el recuerdo de Ethan. Seguramente saber que su padre había muerto sería un golpe muy duro para el, sin importar que supiera lo ruin y despreciable que el siempre habia sido.
Por otra parte prefiero enfocar mi mirada en la espalda de Chat, quien se mantiene mirando la pared que tiene enfrenté. Algo comprensible, dado el desolado panorama que reinaba por doquier.
Al cabo de un minuto soy lo suficientemente capas para caminar y acercarme a el. Doy un paso tras otro hasta que un pinchaso en el estómago me hace frenar de golpe. Intento identificar que es lo que siento a continuación, pero solo soy capas de ver al frente donde el rubio enmascarado sigue sin moverse.
Respiro hondo y comiensó a sentir dolor, un dolor muy tenue que me prende las alarmas, por lo que bajo la mirada y me topo con una hoja afilada y reluciente, que sobresale por de la boca de mis estómago. Parpadeó y comprendo bien que significaba esto. —Chat..— le digo y tras sentir un fuerte tirón me caigo de rodillas sobre el piso ya manchado de sangre. Pese a mi estado logro saber que la espada ya no esta dentro de mí cuerpo y es por eso que puedo caer de llenó boca arriba.
Al principio puedo ver como el permanecía un segundo inmóvil, como si fuera una hermosa escultura tallada en piedra, mientras que sus ojos se enfocaban primero en mi rostro y después, lentamente bajan hasta la herida.
Lucho por mantener los ojos abiertos y ver como se me acerca y me toma del cuello para levantar mi cabeza. —¿Que has echó? — le pregunta a la persona que no soy capaz de ver.. —¡¿Porque lo has echo?!— le grita fuera de sí.
—Yo..— responde la que reconocí como Marianne.. —Les advertí.. Le advertí que acabaría con ella y eso hice— su voz me parece lejana como si hubiera respondido mientras se marchaba de aquí. Deslizó mis ojos por la habitación pero no logro ver mas haya del cuerpo inconsciente de Nathaniel y los restos de David.
—Marinette tranquila, todo estará bien— me dice el con la voz temblorosa.
—Lo..— comienzo a decir y me llevo la mano al vientre, para comprobar que mi sangre pegajosa y tibia se sigue derramando por la herida. —Chat... Quiero.. Pedí..— intento completar las palabras pero se me pierden en la lengua.
—No hables.. No te canses, necesitas ser fuerte—
—Promete que esta vez no harás lo mismo que yo— logre decir. —Cuando muera, tu seguiras con tu vida lo mejor que puedas..—
—No.. No digas eso, tu no vas a morir, recuerda que yo tengo la manera de salvarte, solo tienes que aguntar— el hace amago de irse pero lo aferro por el brazo.
—Promete que lo harás— le pido casi sin fuerzas. —Dime que seras feliz— sus lágrimas aterrizan en mis mejillas y a provecho su cercania para acariciar su rostro.
—¿Que ocurrió? — se escucha otra voz. —Adrien..—
—¡Papá tienes que ayudarme!— le pide desesperado.
—¿Que le pasó?—
—Mi madre, ella y David.. Es una herida de espada y esta perdiendo mucha sangre, pero se que el suero la puede ayudar, ya lo a echo antes—
—Si, es solo que no estamos en París, y no se si entre todos los sueros que traje conmigo este el que ella necesita—
—Chat.. Responde.. ¡Necesitó que me respondas!— digo entre jadeos, que se tornan mas violentos y constantes.
—Marinette resiste, solo no te rindas, no ahora que estamos tan cerca de lograr nuestros sueños juntos—
Seguir respirando cada vez se vuelve mucho mas difícil, pero aun así intento hacer lo que el me pide. Jalo aire para que mis pulmones sigan trabajando.
—¡Gabriel rápido llama a una ambulancia!— tras escuchar ese nombre abro los ojos y lo busco entre las manchas negras que nublan mi visión.
—Papá.. — farfulló con infinita dificultad.
—Si, soy yo. Pero tranquila cariño, no debes esforzarte demasiado— sonrió cuando siento que su mano me acaricia la frente, como solía hacer cuando era niña y vivía en la granja. Dejo que todos los recuerdos pasen fugazmente por mi mente..
—Quiero que me perdones... Debí haberte escuchado y entender tus razones.. En.. En lugar de irme de su lado— me cuesta pronunciar las palabras con claridad y temo que mis efuerzos no sean suficientes.
—No hay nada que perdonar, al contrario, cariño eres tu quien debe perdonarme por todo— hago un esfuerzo sobre humano para sonreírle y de verdad espero que sea una sonrisa y no una mueca vacía.
—¡Debemos darnos prisa..!— habla Marcus con preocupación. —Su trasformación esta desapareciendo y eso no es bueno—
—¿A que te refieres papá?—
—El que estuviera en su fase de transformación evitaba que su corazón se debilitará de golpe, pero ahora al ser completamente humana corre el riesgo de caer en paro respiratorio o en un infartó fulminante— se escuchan maldiciones y llanto, sin embargo ya no puedo seguir luchando contra la pesadez de mis párpados.
Tampoco puedo seguir llendo contra la corriente mas aun cuando un dolor agudo me traspasa el estómago de lado a lado. Suelto un grito tras otro, seguido de suplicas para que alguien haga algo y me ayude a calamar la hagonia que se expande por mi vientre.
—Marinette te amo, siempre lo e echo y siempre lo haré—
—Yo también Chat.. Te amo..— me interrumpe de manera abrupta un liquido espeso que sube por mi esófago, mi garganta, hasta que sale a borbotones de mi boca. Toso y lo vuelvo a intentar.. —Apesar de la muerte y de cualquier cosa que pase, siempre te amare Adrien Agreste—
—¡Te suplicó que luches!.. ¡Haz que tu corazón siga latiendo!—
—tienes que dejarme ir..— murmuró al tiempo que escupo la sangre que se me acumula en la boca.
—A donde quiera que vallas espérame..—
—No..— lo silencio. —No quiero que me sigas. Te estaré esperando, si, pero cuando ya hayas vívido y sea tu momento de partir. Solo... Solo entonces.. Te veré otra vez— de alguna manera siento mis propias lágrimas y mas liquido que me corre por la boca, el cuello y el pecho.
Y después de aquello todo queda en silencio.Aquella despedida fue mas dulce de lo que imaginé que sería.
Morir a su lado y entre sus brazos era mas de lo que llegue a pedir.De vez en cuando puedo escuchar voces, algunas las reconozco al vuelo, y me alegro de poder oírlas una vez más, mientras que otras se quedan a la deriva, y pasan sin que yo pueda saber a quien le pertenecían.
Seguramente la muerte es tan apasible que es imposible no darse cuenta de que ya no hay nada que hacer. De que por fin me encuentro del otro lado, desde donde podre ver a Adrien ser feliz, cómo tantas veces deseé que lo fuera.
Posiblemente este lugar sea mi nuevo hogar. Aquel donde esperaré pacientemente a que adrien llegue y donde podremos formar por fin esa pareja que tanto quisimos ser. Pero por ahora, solo me quedaba aceptar que los juegos del destino habían acabado, y que de alguna manera nos habían sobrepasado.
Nunca nos quisieron juntos, pero solo habían ganado por ahora.. Solo de momento, porque algún día la muerte nos volvería a juntar..Ya podia decir con seguridad qué todo dentro de mi quedo en absoluta calma. Ya sin miedos ni recuerdos, o los terribles fantasmas del pasado.
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"Juegos Del Destinó "
FanfictionTodo nuevo comienzo tiene su lado malo, y para Adrien y Marinette no será la excepción... Créditos de la portada: para MajoCheng 16.