Aún estando inconciente puedo sentir como me carga y me deposita sobre el asiento. Intento abrir los ojos, la boca pero nada funciona, salvo mi cerebro que sigue captando el dolor punzante y agudo de mi frente y el ronroneo ligero del motor.
Durante algunos minutos aprovecho para recordar quién era el.. Su cabello era rubio y su piel blanca.. ¿Adrien? ¿Era posible que volviera y ahora me estuviera llevando con el?... Más adelante el auto paro, o quizás mi mente se terminó de desconectar y así fue. No volví a captar nada, salvo la profunda negrura.La superficie bajo mi cuerpo es blanda, demaciado para ser el asiento trasero del auto, por lo que descartó de inmediato que aun siga en el. Muevo el brazo y me encuentro con la almohada y posteriormente me giro para cambiar de posición, era una cama, no había duda de eso. Por otra parte presto atención para escuchar los sonidos a mi alrededor y logró oír con claridad como gira el ventilador de techo y un constante tik tak de un reloj.. Comienzo a parpadear y de nuevo el dolor de cabeza aparece y me aturde, no le prestó atención y los termino de abrir para observar el lugar donde me encuentro. A mi lado esta el buró con una vieja y gastada lámpara cuya luz está encendida, no había teléfono ni otra cosa sobre el, por lo que dejó de mirarlo para seguir con el resto. Frente a mi estaba el muro y una puerta de madera, a la derecha un pequeño cuarto que servía de cocina, demaciado pequeña que apenas si cabía dentro una gaveta con fregadero y una hornilla de dos parrillas. Del otro lado estaba la sala, o el pobre intento de una, ya que sólo contaba con dos sofá con tapicería de flores y un mesa cuadrada y minúscula al centro... ¿Donde rayos estoy? Dos minutos después alguien atraviesa la puerta y me incorporo de inmediato.. Me basta verlo de frente para recordar que no era Adrien si no su hermano, quien me sonríe como si nada mientras se dirigía al borde de la cama..
—Félix, ¿donde estamos?— mi voz sale pastosa y el dolor en mi cabeza empeora..
—En el viejo departamento de mi padre, pero no te preocupes que pronto nos iremos de aquí— mis ojos se desenfocaron y por un momento veo dos pares de manos acariciar mi pierna desnuda. Dejó que mis párpados se cierren y cuento hasta diez para darle a mi visión tiempo de recuperarse, y solo después soy capaz de volver a la conversación..
—¿De que hablas?..— pregunto con dificultad ya que su mano no deja de tocar mi piel, algo que en el fondo recenti.
—¿Que no es obvió? Tú y yo nos marcharemos lejos, donde no puedas cometer la estupidez de casarte con Ethan— abro los ojos y frunzo el ceño. Se me escapó un quejido de dolor, por lo que arrugo aún más el rostro hasta formar una mueca y solo entonces me percate de la herida que tenia sobre la frente. Alzó la mano para tocarme pero Félix me detiene y con sumó cuidado me aparta el cabello y usa las yemas de los dedos para recorrer despacio el contorno de mi rostro.
—No puedo irme con tigo, lo que dices es una locura— le dije y detuve su mano antes de que siguiera avanzando.
—¿Eso crees? Porque en mi opinión casarte con alguien a quien no amas es la verdadera locura— yo sabía que lo era y no necesitaba que me lo recordara. Me suelto de su agarre y me retiro todo lo que la angosta cama me permitía, sin importarme que su rostro reflejará el dolor de mi rechazó.
—Como sea, tú y yo no podemos estar juntos. Entiendelo de una vez— le digo con toda la intención de sonar cortante y fría, era mejor si terminaba con el de raíz. Félix era mi último asunto pendiente, cuyo corazón también tendría que romper.
—¿Porque no me das una oportunidad de hacerte feliz? Sé que puedo lograr que olvides a Adrien o a cualquier otro, solo permíteme que lo intente— suena tan desesperado que me acobardó y mi voz termina por dulcificarse.
—Créeme si hubiera la más mínima de las posibilidades de que lo nuestro funcionará tu habrías sido mi primer opción, pero desafortunadamente mi corazón eligió y existen impedimentos que sobrepasan culaquier sentimiento.. Por esa razón es que decidí ser la esposa de Ethan y alejarme para siempre de Adrien y de ti— ojalá lo entendiera de una vez y me pusiera las cosas fáciles, pero sabía perfectamente que no lo haría, el que me sacara a la fuerza de la cena era la prueba más palpable de que no se rendiría..
—De nuevo con misterios y hablando a medias tintas.. ¿Que es lo que me estado perdiendo?—
—Te aseguro que no quieres saberlo— le respondo y noto como la conversación va tomando terreno peligroso..
—Te equivocas. ¿Dime porque me rechazas?—
—No es algo fácil de digerir.. La verdad arruinara tu vida..— inspiró hondo y mi boca se niega a revelarle lo que me estába pidiendo.
—No te preocupes por eso, que las consecuencias son problema mío. Tú solo limitate a decir ¿cuál es tu maldito problema con migo?— paso saliva y las palabras se mezclaron con el nudo en mi garganta. Lo miro fijamente, hasta que comprendí que el tenía todo el derecho de saber la verdad, ya no podía seguir cuidando de el y había llegado el momento de que le quitará la venda de los ojos. Respiré profundamente antes de hablar..
—Bien... Resulta que somos medios hermanos, mi padre es Gabriel Agreste..— fuí soltando el aire con forme las palabras salían a borbotones de mi boca y aún así sentía que el oxígeno no era suficiente para seguir manteniendo en funcionamiento a mis pulmones..
—¿Que?— farfullo el, pálido y estático.
—La misma sangre corre por nuestras venas y queramos o no, nos convierte en familiares directos, por eso el amor entre tú y yo esta prohibido— suelto un suspiro, hablar de esto siempre me destruía el humor y me arrastraba directo a la calle de la amargura, sobretodo con Félix quien creía ciegamente en Gabriel.
—¡No puedo creer que seas capaz de inventar algo como esto..— tardo un segundo en entender lo que me esta diciendo y tuerzo el gesto perpleja.. —..solo para lograr echarme de tu vida!—
—No estoy mintiendo..— ¡¿Porque ambos hermanos creían que siempre les mentía?!
—¡Es imposible. Mi padre es un hombre intachable y no podría haber engañado a mi madre!— sus gritos resuenan estridentes en el pequeño departamento, o quizás no y mis oídos guardaban el eco y por consecuencia sonaban demaciado alto en mi cabeza, sea como sea, el se veía colérico..
—Pues lo hizo, y para mi desgracia yo fuí el producto de esa relación que han guardado durante años. En el fondo se que lo sabías, pero al igula que yo siempre te negaste a aceptar la realidad— lo acusó y trato de bajar de la cama pero me detengo al ver como la habitación junto con Félix comenzaron a dar vueltas y a desdibujarse a mí alrededor.. Me dejó caer de nuevo sobre el colchón y maldigo el no estar al cien y poder enfrentar al rubio como se debía.
—Una realidad que tu inventaste. No soy idiota y si mi padre se hubiera estado revolcando con tu madre, me habría dado cuenta— lo escuché decirme a la defensiva.
—Félix escuchame, no miento. Yo me entere de todo de la boca de Gabriel y de mi madre, ambos estaban charlando presisamente de como sería nuestra reacción al enterarnos de ésto..— para entonces todo se calmo y pude darme cuenta de las chispas que irradiaba por los ojos. Sentí un hueco en el estómago, el jamás me había mirado así, como si me odiara y quisiera castigarme por la verdad que tanto se negaba a aceptar.
—¡Quieres deshacerte de mí a como de lugar y por eso recurriste a la difamación!— escupe las palabras y me termino de fulminar con la mirada.
—¡¿Como quieres que te jure que no te miento?! ¡Si por esta horrible verdad fue que me cruze a conciencia en el camino del camión de carga, solo para que acabará con mi vida!— le devuelvo los gritos y las miradas frías que me ha dedicado hasta ahora, ya no podía contener más mis emociones y llorar era lo mejor que se me daba últimamente. —No soporte saberlo y prefería morirme antes de seguir cometido más pecado..— remate y escondí el rostro entre mis manos, como si eso fuera a esconder también el terrible dolor que me atenzo el pecho.. Se produjo un silencio incómodo y tensó.
De alguna manera logré parar las lágrimas y dejé que mi mente se refugiara en el recuerdo de un lejano juramento...
—¿Entonces porque seguiste con Adrien si sabías que eran hermanos?— su pregunta me destruye la ensoñación y me obliga a poner los pies de nuevo sobre la realidad.
—Eso no viene al caso..— su movimiento me interrumpe, se montó sobre la cama y me empujó hacia tras, hasta que mi espalda tocó la cabecera.
—Por supuesto que sí. ¿Que tiene el que no lo tenga yo? ¿Porque lo prefieres antes que a mí?— ¡Mierda!
—No se trata de preferencias, si no de amor y sabes perfectamente que en el corazón no se manda, el simplemente elige y no hay manera de hacerlo cambia de parecer..— me silencio posando el dedo sobre mis labios, lo tengo tan serca que su aliento me acaricia el rostro. Aún así su efecto sobre mí ya no parecía ser el mismo, lo quiero y me dolía lastimarlo, pero ya no me engañaba a mi misma creyendo que lo amaba cuando en realidad sólo quería tener serca un remplazo de Adrien, alguien que me lo recordara y me hiciera sentir completa.. Mueve su dedo y me recorre todo el borde del labio inferior, al tiempo que su mirada se volvía lascivia...
—Yo puedo persuadirlo sin tan solo dejaras que sienta lo que puedo ofrecerle— tiro de mi cadera y me envolvió con su férreo brazo para luego besarme justo por encima del filo del escote, mi corazón no reaccionó, de echo me miró ceñudo para luego darme la espalda, como diciendo "llámame cuando sea Adrien", y no fue el único en ignorar por completo la situación, mis hormonas seguían dormidas y sin ánimo alguno de moverse. Si acaso dejaba que Félix se saliera con la suya, seria como si el le hiciera el amor a un muerto. Le tomó de la barbilla y alzó su rostro para que me mire a la cara, le beso la mejilla y luego lo abrazo, tan fuerte que la cabeza me duele por el esfuerzo..
—Ya no hay tiempo para eso.. En cuatro días seré la esposa de Ethan Mercier sin importar cuanto te esfuerces en evitarlo— murmuró y me digo que esto es todo, se acabó y había que despedirme de él.
—Aun apesar de que todo sea cierto y de que tengamos el mismo ADN, mis sentimientos por ti no cambian. Te amó demasiado como para que eso ocurra..— me estrecha con firmeza, su calor me reconforta y me agranda el nudo en el estómago. En lo más hondo de mi ser me negaba rotundamente a despedirme y dejarlo ir.. Me suspira contra el cuello antes de continuar hablandó.. —Y si para lograr tenerte con migo tengo que mantenerte encerada aquí para siempre lo haré sin dudarlo— oír aquello me pone tensa y nerviosa al mismo tiempo.
—No puedes retenerme aquí en contra de mi voluntad, sería un secuestró y lo sabes..—
—Lo siento, pero es la única manera que me queda para ser feliz— su voz triste y rota me hizo sentir miserable. Me muerdo el labio para no llorar y me desespero buscando la manera de hacerlo sentir mejor, pero no había forma de reparar las cosas sin comprometerme a nada y llegar demaciado lejos.
—Nosotros nunca seremos felices..— nos digo a ambos. —..Las sombras jamás nos dejarán tranquilos.. Además yo amó a tu hermano y si me caso es por mantenerlo a salvo y no vas a arruinar mis planes, no ahora que sacrifique todo lo que tenía por eso— lo suelto para marcar la línea divisoria, recordándome a mi misma que había sido capaz de romper con Adrien con tal de salvarlo del trágico destino, ¿entonces porque no habría de poder terminar tambien con Félix?
—¿Y que hay de Chat Noir?— pregunta y no comprendí el porqué de meterlo en la conversación. ¿Que tenía que ver Chat Noir en esto? —¿Si el te pide que huyas con el, lo harías?— las preguntas me toman desprevenida. ¿Irme con él? Desde luego que no... ¿Pero el como sabía de la existencia del súper héroe y más aún como sabe de los sentimientos que yo guardaba por el?
—No..— digo y entrecierro la mirada con forme una nueva duda me asalta, ¿Seria posible que el sea Chat Noir?.. Le sostengo la mirada durante unos minutos eternos en los que no logré dar por mi misma con la respuesta que estaba buscando, así que no me quedaba más que interrogarlo.. —¿Tú sabes quién se esconde trás el disfraz?— su expresión no se inmutó, más sin embargo en sus ojos se asomó un brillo astuto y sombrío.
—Alguien que esta dispuesto a dar la vida por ti y que no se cansa de esperar que tú recapacites y lo elijas— me dijo y cuadro los hombros demostrado así que estaba seguro de lo que decía.
—¿Tu eres Chat Noir?— pregunté con un hilo de voz. Me sentia al borde del abismo, preparada para saltar en cuento me confirmara que estuve enamorada de él tanto en la vida pasada como en está y que otra vez me había visto obligada por las circunstancias a cambiar mis sentimientos por el. Si esto era una coninsidensia del destinó con mayor razón debía asegurarme de que ninguna otra se repitiera.
Félix no lo aceptó, pero tampoco lo negó, en realidad tenía la sensación de que jugaba con migo, de la misma manera que lo hice yo al guardarle el secreto de nuestro parentesco.
—Félix por lo que más quieras, ¿dime si lo eres?— de nueva cuenta se quedó callado. No me lo diría.. Me pongo a cuatro y gateo para alcanzarlo, pero al ver que se aleja me detengo al borde del colchón y me siento sobre mi trasero, debía existir una manera de persuadirlo, algo que le aflojará la lengua y me revelará su secreto. Mi incertidumbre no hizo más que crecer conforme seguía con la boca bien cerrada y poco dispuesto a hablar. Bajé las piernas y antes de que pudiera siquiera pensar en levantarme Félix se me avalnzo encima y me beso.. Caí de espaldas sin que sus labios dejarán de presionar a los míos para que reaccionarán y se unieran al juego lujurioso que tanto había contenido. Suelto sin querer el aliento dentro de su boca y el se estremeció excitado de los pies a la cabeza. No quiero devolver el beso, sabía muy bien que si lo hacía corría el peligro de terminar desnuda y con la fuerte culpa plantada en mi conciencia, por lo que freneticamente comenzé a buscar otra puerta, hasta que doy con la salida fácil. En cuento el quejido de dolor que fingí salió Félix se echó para atrás y trato de recuperar la respiración, yo por mi parte alze la mano para tocarme la cortada que tenía muy serca del nacimiento de mi cabello.. Mi dedo tocó la carne viva y sentí el líquido caliente y espeso empezar a salir.. bueno al menos ya no tendría que fingir que me dolía. El frunció el entrecejo y me pareció escucharlo maldecir entre dientes..
—La herida de tu frente ha comenzado a sangrar de nuevo— dijo y respiró un par de veces más para terminar de bajar la excitación.. —Iré por algo para curarte..— se incorpora y escucho sus pasos.. —No tardaré— después de eso el sonido de la puerta al abrirse y volver a cerrarse.
Por unos minutos me quedé mirando el techo, buscando en cada rincón de mi cuerpo la fuerza para ponerme de pie y salir de aquí. (¡Vamos, levántate que él no tardará en regresar!) Le hago caso y camino a la puerta para comprobar que el la había cerrado con llave antes de irse. Corro a la ventana y miro a través de ella la calle a mis pies, si no me equivocaba el departamento debía estar en el cuarto piso y escapar por aquí era una pésima idea. Me giro e inmediatamente buscó en los cajones de la cocina algún objeto que me sirva para forzar la cerradura y mientras lo hacía me regañaba a mi misma por no pedirle a Adrien que me enseñará sus técnicas de vandalismo. Cierro de golpe los cajones cuando no encuentro nada útil y me marcho al escritorio donde por fin me encuentro con un puñado de clips, tomó uno y deformo el metal para hacer una especie de gancho, el cual introduje en el orificio y rogué por qué funcionará.. paso segundos luchando contra la maldita cerradura hasta que consigo que ceda y se abra. Me presipito al pasillo y cierro a mi espalda antes de echar a correr rumbo a las escaleras, sosteniendome del pasamanos para bajar de dos en dos los escalones... La puerta principal ya estaba abierta lo cual me permite seguir corriendo y una vez afuera no me detengo a mirar la placa y atravieso la calle para continuar corriendo por la cera de enfrenté. Solo esperaba que la suerte no me diera la espalda y en realidad me este alejando de Félix.
Tres calles más abajo me detengo jadeando y sudando a chorros, me apartó las gotas de los ojos y me doy cuenta de que la sangre a teñido mi sudor de rojo. Me enderezó y miro a mi alrededor, la calle obviamente no la conocía y por suerte no estaba muy transitada, menos mal, porque debía tener el rostro rojo por la carrera y por la sangre. Reanudó la caminata y más adelante me topo con un hospital, era pequeño pero seguramente dispondrían de material para curar heridas. Empujó la puerta y con timidez me acerco a la recepcionista quien me mira por detrás de sus gafas. Se para sin decir nada y sale del mostrador para conducirme al interior del lugar. Abre una puerta y me pide que espere para luego irse y dejarme sola en la habitación blanca y estéril. Me siento sobre la camilla y me presionó el estómago cuando un dolor se expandió por mi vientre y a pesar de que no era fuerte basto para que soltará un gemido por lo bajó.
Pocos segundos después se fue calmando y sentí como esa parte de mi cuerpo se relajaba e iba dejando lugar a la ya acostumbrada hambre. Mi estómago gruño y el antojó de papas fritas y queso Camembert me hicieron agua la boca...
La enfermera entró y se quedó mirandome, seguramente confirmando por si misma lo que sea que le haya dicho la mujer que me recibió. Camina hacia una de las gavetas que hay al fondo y saca del cajón un puñado de vendas y otras cosas de curación, luego se vuelve hacia mí y comienza por limpiarme el rostro para posteriormente seguir con mi herida...
—Por suerte la cortada no es profunda y sanara muy rápido— comento ella al cabo de un rato.. —¿Que tipo de accidente tuviste?— pregunta mientras me ponía la gasa y la sujetaba en su lugar con pedazos de cinta blanca.
—Fue solo una caída, suelo ser bastante torpe— dije encogiendome de hombros para restarle aún más importancia.
—Oh cariño, debes tener más cuidado, golpes así podrían dejar secuelas de gravedad— me dijo la mujer de aproximadamente cueranta años y voz cariñosa quien me sonrió una vez que acabo de curarme.
Asentí y le devolví la sonrisa. —Lo se..— ella me da la espalda para tirar las gasas sucias al cesto de basura y yo me entretengo mirando los carteles que hay pegados en la pared.. <El embarazo y como llevarlo los nueve meses..> Decía uno de ellos como título en letras grandes.. <¿Quieres saber el sexo de tu bebé? El ultrasonido en cuarta dimensión es tu mejor opción..> De pronto caigo en la cuenta del porque el corazón se me aceleró y las manos me sudaban, por todo lo ocurrido mis sospechas habían quedado en un segundo plano. —¿Podria pedirle un enorme favor?— le digo a la enfermera antes de perder la valentía.
—Claro..—
—¿Podria practicarme una prueba de embarazo?— la palabra "Embarazo" me intimida y me emociona a la vez, causando un remolino de emociones en mi interior..
—Desde luego..— respondió ella mirándome. —¿Sospechas que podrías estar embarazada?—
—Si, últimamente he tenido síntomas y quiero estar muy segura de que hay un bebé en camino—
—Bien, te sacaré una muestra de sangre y en quince minutos sabremos si lo estás— tras decirlo sonríe más ampliamente y prosigue a extraer de una de las venas de mi brazo la muestra sanguina que necesitaba.
—Gracias..— le dije y la vi salir.
(¡Un bebé, yo podría estar esperando un bebé!), fue en lo único que pude pensar en los quince minutos que tardo en regresar la mujer de uniforme blanco.
—Bueno..— dice ella con los ojos fijos en la hoja que traía entre manos.
—Y bien.. ¿Que dice?— la apremio, no estaba para pausas de suspenso ni mucho menos. Los nervios y las ansias por saber si había un pequeñito creciendo en mi interior me mataban a cada segundo que pasaba..
—Los resultados dicen que tienes tres semanas de gestación..— me esfuerzo por entender cada palabra y mi corazón dio un doble latido.. —..lo cual significa que efectivamente estás esperando un bebé—
—Estoy embarazada..— farfullo sin aliento. Ella asintió y me dejo sobre el regazo la hoja, para que pudiera verlo por mi misma, sin embargo no fui capaz de mover ni un solo dedo, la conmoción me tenía aturdida y en mi mente solo podía recordar aquella noche en la que Adrien me había dicho que quería ser padre..
—Felicidades, muy pronto serás madre— una emoción que no había sentido en mucho tiempo me estalló en el pecho y las lágrimas de felicidad no se hicieron esperar.
—Un hijo... Un bebé de Adrien..— dije y me ahogue en un sollozo.
—Estoy segura de que el se volverá loco al saber que será padre— aquello bastó para que mi rostro perdiera la sonrisa y la felicidad se evaporara. —¿Porque piensas decírselo verdad?— me limpio las lágrimas y ella me observó a la espera de que contestará.
—Si... ¿Porqué no habría de hacerlo?— no relajó la expresión, se mantuvo expectante y algo preocupada. ¿Acaso se me notaba que no podía decirle a Adrien que tenía en mi vientre a su hijo?
—No lo se.. si me entrometo es porque eres tan joven y necesitarás de la ayuda de él para criar a un bebé.. ¿Estas segura de que lo harás?— no, ni siquiera sabía dónde estaba el, y mucho menos si aún quería tener un hijo, además me odiaba y con certeza no querrá saber nada más de mí. Vuelvo a llorar, ¿Que haría ahora? ¿Como iba salir de esto yo sola? Me llevo las manos al vientre y me ordeno tranquilizarme, no ganaba nada con lamentarme, tenía que buscar una solución por lo que me obligue a volver a pensar con claridad, si había una situación que ameritaba sacar a flote mi cerebro hundido y en reposo era está. Ya no podía seguir viviendo al margen de todo, no ahora que venia en camino un pequeñito que requerirá de una madre fuerte y valiente que lo sacará adelante sin importar cual fuera nuestro destino. Transcurren unos minutos hasta que recuerdo la boda, a Ethan y mi ansiedad aumenta. ¡Genial! ¿Como le confesaria que estaba embarazada de alguien más? ¿Como haría para que lo aceptará y lo criará como suyo? Eran tantas preguntas y tan pocas respuestas que solo me quedaba cruzarme de brazos y seguir adelante con el plan que ya tenía, dejaría que mi embarazo pasará inadvertido y ya cuando la barriga se notará me enfrentaría a Ethan y a sus preguntas. Quizás me ame lo suficiente y le de a mi bebé todo el amor que Adrien no podrá darle..
Recompongo el rostro y le sonrió a la enfermera antes de decirle.. —En unos días me casare y mi pequeño tendrá un hogar... Así que no se preocupe, que todo estará bien— eso último lo e dicho exclusivamente para mí, ahora más que nunca necesitaba creer que existían esperanzas de que las cosas resultarán bien.
—Me alegra mucho escuchar eso, y en ese caso debo felicitarte por partida doble— me aprieta la mano sonriendo con cariño y alivio, al menos una de los dos se quedaría tranquila.
—Gracias por todo— le digo y me bajo de la camilla.
—No hay de que y te deseo buena suerte— me da un ligero apretón en el hombro antes de acompañarme a la puerta, le sonrió una vez más y me doy la vuelta para marcharme soltando más lágrimas agridulces..
En la recepción pago los servicios y le pido a la recepcionista que me deje llamar por teléfono, mi celular se había quedado en mi bolsa, la misma que deje sobre la mesa del restaurante. No sabía si fue anoche o si pase días inconciente, de cualquier modo continúe marcando el número de Gabriel y en cuanto me contesta le pido que venga por mi. Al colgar le agradezco a la chica en gran parte por no haber echo preguntas y limitarse a llevarme a un consultorio.
Me quedo junto a la puerta el rato que tardo mi padre en llegar y en cuento vi su auto me apresure a salir y subir al interior. Los brazos de mi madre me reciben y me reconfortan de inmediato..
—¿Estas bien, no te ocurrió nada?.. ¡¿Donde estabas?!— me pregunta alarmada acariciando mi cabello.
—Estoy muy bien, Tranquilízate y donde estuve no lo sé, me concentre tanto en escapar que no presté atención a mí alrededor— nunca les diría que Félix fue mi secuestrador y mucho menos los motivos que lo arrastraron a eso, sería otro secreto que guardaría junto con el nombre del padre de mi bebé.
—¡Lo sabía, te dije que alguien la había secuestrado!— exclamó ella, fue entonces que note la presencia de Gabriel a su lado.
—¿Pudiste reconocer a alguien?— me preguntó el y alargó la mano para apartarme el cabello y poder ver la venda que cubría el lado derecho de mi frente. Su mandíbula encajó con rudeza y su rostro se enfureció.
—No, en realidad el golpe en la cabeza me mantuvo dormida todo el tiempo y cuando desperté solo fue para huir.. Será mejor no darle muchas vueltas a este asunto, afortunadamente no pasó a mayores y estoy bien—
—¡Hay Marinette, te juro que algún día me mataras de un susto! Pase tres días temiendo que nunca más te volvería a ver...— mis ojos se abrieron tanto que temía que se saldrían de sus órbitas, ¡Tres días! ¡Félix me había retenido en aquel departamento nada más y nada menos que tres días! ¿Como hizo para que durmiera tanto? El golpe en la cabeza no pudo noquearme tanto tiempo.. ¿o si?
—¿Estas segura que no querés que proceda y busque a esos mal nacidos que se atrevieron a lastimarte?— niego con la cabeza y Gabriel suelta el aliento. Alargó la mano para tocar el dorso de la suya y le sonrió, lo cual hace que su enfado desaparezca y ahora solo luce aliviado y gratamente sorprendido.
—Bien, lo olvidaremos y lo dejaremos pasar.. ahora respecto a la boda ¿aun quieres que sea este domingo? Porque podemos aplazar la fecha unas cuentas semana más..—
—No, la boda sigue en pie y no hay razón para cancelarla— sueno desesperada, lo sabía, pero no podía dejar que pasara más el tiempo, ahora menos que sabía de lo que era capaz Félix con tal de sabotear mis planes, además de que necesitaba de un padre sustituto para mí bebé.
—En ese caso debemos enfocarnos en el tema de tu boda, por cierto Ethan la ha pasado muy mal y seguramente querrá saber que estás sana y salva—
—Sabine creó más conveniente ahora que Marinette descanse un poco y se reponga de esta desagradable experiencia. Te he notado muy cabizbaja últimamente y temo que recaigas otra vez—
—Descuida, estaré bien..—
En cuanto llegamos al departamento pase por la cocina para saciar mi apetito y los antojos raros de mi pequeño por lo que termine comiendo pollo, algo de puré de papá y de postre una gran rebana de pié de manzana. Al cabo de dos minutos el vómito reaparece y fue una suerte que mi madre estuviera tan concentrada en Gabriel y no notará que me pare deprisa y de la misma manera me dirigía al baño..
Media hora después Alya llamó, su fiesta sería en un par de horas y gracias al ínsidente tenía una excusa válida para faltar. Ella no sonó molesta cuando se lo dije, todo lo contrario, se escuchaba aliviada de que estuviera bien, además de que ya sabía de la boda y estaba emocionada de ser mi dama de honor.
Después de colgar me fuí directo y sin escalas a la cama para evitar el cuestionario que me haría mi madre.
No me sentía con ánimos para esquivar sus bombas, y prefería posponer todo lo más que se pudiera. Por otro lado, tenía que mentalizarme y prepararme para el gran y estúpido paso que daría mañana..
Esa noche soñé que Adrien estaba con migo y me acariciaba el vientre ya bastante abultado, mientras murmuraba que nos amaba y que siempre estaría con nosotros..
Me desperté al amanecer con las lágrimas ya mojando mis mejillas. Me levanto y me encierro en el baño para ducharme, demorando eternidades bajo la tibia brisa...
Luego me quedo frente al espejo mirando mi estómago desde varios ángulos, pero no se veía abultado y mucho menos diferente, me río de mi misma, con tres semanas era lógico que aún no se notará.. (Se valiente, por el y por su hijo) me animo y me miró directamente a los ojos, (Ya no hay vuelta de hoja, en cuatro horas serás de Ethan y tu hijo tendrá una familia..) Niego con la cabeza, yo jamás sería de él. Había echo un juramento y mi corazón y mi alma siempre serían de Adrien, de echo se habían ido en el auto con el...
Al salir la habitación está llena, hay estilistas que vuelven mi cuarto en un salón de belleza improvisado. Mi madre y Alya se encuentran charlando con ellos sobre los colores que usarán y en cuento me ven se abalanzaron sobre mí para jalar mi brazo y sentarme sobre una de las sillas, donde las manos de dos estilistas comenzaron a secar mi cabello..
Me aprovecho de la distracción que me proporcionaron durante tres horas, luego tuve que salir y volver a prestar atención a mí alredor. Alya ya estaba lista, le habían echo un recogido con rizos sueltos y un maquillaje discreto y juvenil. Ella saco de la funda mi vestido y me fue imposible no verlo, mi madre le ayuda a ponermelo, cuidando que no estropeara mi peinado. El estar frente al espejo me permito verlas por detrás mío mientras subían el cierre y me acomodan los broches, hasta que la belleza del vestido roba mi atención, era maravilloso y perfecto. Un fino encaje me cubría la parte del escote, los hombros y formaba las mangas, era liso, sin adornos en la zona del vientre, la tela se pegaba a mi figura, tornándose más suelto al llegar a mis rodillas, donde se formaba la amplitud de cola del vestido.
No llore por más que quise hacerlo, en lugar de eso sonreí con melancolía y me observe vestida de novia.Camino de un lado para otro en una de las habitaciones de la iglesia. Me he apretado tanto los dedos que me duelen y los siento acalambrarse. Casi no puedo respirar y me estado repitiendo como si fuera un mantra que esto es lo correcto y que no tengo por qué querer salir corriendo directo a la salida, aún así he mirado la puerta y he estado a punto de abrirla y marcharme.. ¿Que diría Ethan si lo dejara plantado en el altar? ¿Que dirían sus padres de la canallada que le haría?.. ¿Y si me voy ahora y busco a Adrien? Si le suplico que me perdone y le digo que tendremos un hijo, ¿que diría el?. Doy un paso y la puerta al abrirse me hizo retrocederlo.
—¿Estas nerviosa?— me preguntó Gabriel acercándose a mí..
—No.. solo me recuerdo que esto es lo que quiero— respondí y dejé que el momento de huir se pasará y me dejara para siempre atrapada en mis decisiones.
—Sabes, me costó bastante aceptar tu decisión, eres tan pequeña que no quiero que te alejes, sin embargo, comprendo que el amor te lleve a casarte a tan corta edad y solo espero que te resulte bien, que seas feliz con el hombre a quien amas— fue extraño escuchar de sus labios aquello, había hablado con tanta ternura que por un minuto sentí quererlo y aceptarlo como lo que realmente era.. Mi padre.
—Nunca pensé llegar a decirte esto, pero me alegra muchísimo que seas tú quien me entregué en el altar.. Mi padre al fin y al cabo— dije y la emoción del momento me obstruyó la garganta..
—¡Oh Marinette, me acabas de hacer el hombre más feliz del mundo!.. Escucharte decirme esto es lo mejor que pudiste haber echo por mí— su rostro se iluminó y se le echaba de ver por cada poro la felicidad que mis palabras le causaron. Por fin podría decir que estaba en paz con el.
—¿Cuidarás de mi madre durante el tiempo que dure lejos?— le pregunté y el me abrazó.
—Por supuesto que sí, ustedes dos son lo más importante para mí y no te preocupes que viviré para hacerla feliz— lo envolví con mis brazos..
—Gracias..— murmuré.
—No agradezcas y promete que a pesar de que vivas en Nueva York seguirás en contacto con nosotros—
—Claro, y gracias por el hermoso vestido, me encantó—
—Lo diseñe hace años para tu madre y siendo franco jamás me imaginé que serías tú quien lo luciría—suspiré y cerré los ojos, nunca antes me había sentido tan segura y querida por Gabriel, se podría decir que ya no reprimió su amor de padre y me lo estaba demostrando en toda la extensión de la palabra. Además el saber que este vestido guardaba un gran significado para el me hizo comprender que siempre había soñado con casarse con mi madre y formar con nosotras una verdadera familia..
Alguien tocó a la puerta para avisar que la ceremonia ya estaba por comenzar..
—Llego el momento.. ¿Estas lista?— apreté el abrazo y mantuve un poco más los ojos cerrados..
—Eso creó..— dije al fin separandome y respirando entrecortado.. Mi padre me beso la frente y me colgué de su brazo para no caerme. Salimos y las puertas que daban al largo pasillo ya estaba abiertas..
Los presentes se pusieron de pie en cuanto pisamos la alfombra. La marcha nupcial me llegaba a los oídos apagada y sin vida y al mirar al frente mi mente imagino que era Adrien quien me esperaba en el altar...
El hombre de traje fino color gris me besa la mejilla y deposita mi mano sobre la de Ethan.
—Gracias Gabriel, te prometo que cuidare de ella y la hare muy feliz— le dijo este con un sonrisa.
—Eso esperó Ethan— respondió mi padre para luego ocupar su lugar junto a mi madre. Mi respiración se cortó y me pareció que ya no respiraba..
—Luces hermosa— me halago mi prometido, cuyo cabello rizado estaba bien peinado hacia trás. (Lo ves, no es Adrien, deja de soñar que lo es)..
—Estamos reunidos para celebrar la union de Ethan Mercier y Marinette Dupain Cheng...— no fuí capaz de escuchar el resto y en cambio me asegure de manterme tranquila y no entrar en pánico...
—¿Ethan aceptas a Marinette Dupain Cheng como tú legítima esposa, para amarla y atesorarla por el resto de sus vidas?— ni siquiera sabía cómo habíamos llegado ya a esta parte..
—Si, aceptó— dijo el enseguida sin titubear.
—¿Marinette aceptas a Ethan Mercier como tú legítimo esposo, para amarlo y atesorarlo por el resto de sus vidas?— Ethan me tenía firmemente agarrada de la mano y esperaba mi respuesta..
—Yo...— murmuró y trago saliva.. (Lo lamento Adrien.. y te juro que te amo a pesar de todo) —Si, aceptó— oficilamente mi corazón se derrumbó y mi vida se acabó..
—Bien, si hay alguien que se oponga a esta union que hable ahora o callé para siempre..—
—¡Yo me opongo!—
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"Juegos Del Destinó "
Hayran KurguTodo nuevo comienzo tiene su lado malo, y para Adrien y Marinette no será la excepción... Créditos de la portada: para MajoCheng 16.