"Secretos y Engaños"

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Nino me jala dentro de la suite y me estampa en la pared más cercana para luego sin previo aviso besarme con pasión. No reaccionó y mantengo los ojos bien abiertos hasta que soy capaz de mover las manos y empujarlo hacia trás.. —¿Esto es lo que quieres?— le pregunto entrecortado y con las mejillas al rojo vivo.
—¿Te sorprende?— contradice y me toma del cuello mirándome sin disimulo los labios..
—Pues si.. Adrien es tu amigo, mejor amigo en realidad..— murmuró y la poca conciencia que me quedaba comenzó a gritar..
—Vamos, solo es una manera muy placentera de cobrarte el favor..— me vuelve a besar y esta vez no me queda más que corresponder y seguirle el juego. Mi adicción toma el control y solo pienso en que me ayudara a conseguir las píldoras que tanto necesito. Dejó que introduzca su lengua y que las cosas suban de nivel cuando sin más me acaricia la espalda y me pega a su torso desnudo.. (¿Que tan hundida debes estar si no te importa engañar a Adrien con su mejor amigo?) Esa voz hace eco en mi cabeza y el dolor de mi traición se expande por mi pecho haciendo que rompa el beso y vuelva a pensar con claridad.. —Besas muy bien y ahora entiendo porque Adrien pierde la cabeza con tigo— me dice el en voz baja y reacomodo sus labios sobre la piel de mi cuello. Me estremezco y me recuerdo porque estoy haciendo ésto..
—Nino ahora no tengo tiempo que perder, así que dame las llaves y el resto del pago viene después..— (Eres peor que una prostituta y lo sabes) ¡Basta deja de torturarme!..
—Tengo una mejor idea, yo mismo te llevaré..— Nino me suelta y se aleja rumbo a la sala donde toma del respaldo del sofá su camiseta blanca.
—No hace falta puedo hacer esto yo sola— le aseguro e incómoda lo observó ponérsela y abrocharse con lentitud unos cuantos botones..
—Aun así me pica la curiosidad y sobre todo estaré cumpliendo con la promesa que le hice a Adrien..—
—¿Cual promesa?— lo interrumpó y pasó saliva con dificultad.
—Me pido que lo ayudará a cuidarte ya que soy el único en quien confía lo suficiente para permitir que me acerque a ti— la visión se me nubla y los estragos de la abstinencia no me dejan sufrí como debería. (Mientras Adrien solo intenta cuidarte y hacer lo mejor para ti. Tú solo buscas la manera de lastimarlo) ¡Cállate, ya no quiero escucharte más!.. —¿Sabes que eres muy importante para el verdad?— mientras lo dijo se acercó y alargó la mano para acariciar mi mejilla sudorosa y sonrojada.
—Si y por esa razon soy la peor persona que puede existir sobre la faz de la tierra..—
—No lo eres.. Aunque si es tu culpa que Adrien se volviera un idiota sentimental. Antes de ti solo jugaba con las mujeres y ahora eres tú quien juega con el..—
—Cierra la boca, esto es un juego del destino no mío, así que no vuelvas a decir nada parecido ni mucho menos insinuar que me burló de él— la respiración me falla y el debió tomarlo como respuesta a su toqué porque sonrió a pesar de lo molesta que sone. Nino intenta besarme pero logro escabullirme y dirigirme con pasos rápidos al ascensor, pulsó el último piso que daba al estacionamiento y en cuanto Nino entra las puertas se cierran. Me recargo sobre el muro y jalo aire ignorando la sensación de caustrofobia. ¡Mierda! Exclamé para mis adentros al ver al moreno frente a mí. —Esto que está pasando entre tú y yo no es nada personal, ¿lo sabes verdad?—
—No te engañes..— me dice y se inclina para que su aliento me rompa en el rostro.. —Siempre tenemos más de una opción y sabes perfectamente que tú has decidido elegir la más fácil y sobre todo la más excitante—
—¿Que sabes tú?— contra ataco y la mezcla de ansiedad e incomodidad me presiona el pecho y se vuelve insoportable.
—Quizás no sé mucho sobre tu triste historia pero si del amor en general. Yo también he sufrido por alguien especial, he llorado por una mujer que no es para mí y que quizás nunca lo será..— deja la horacion a medias, algo que hizo a propósito. Quién fuera esa chica se le notaba que le dolía bastante hablar de ella.
—¿Quién es ella? ¿La conozco?— me atrevo a preguntar y justo después recuerdo a Alya. Cuando Ethan me secuestro ellos eran una pareja estable y llena de amor así que tenía que ser ella. Sin embargo Nino no responde y sale en cuanto el acensensor para y las puertas se abrieron. Lo sigo en automático y agradezco que está nueva duda me distraiga un poco.. —Nino..—
—¿Adónde iremos?— me corta y el sonido que produce al quitar la alarma del coche me sobresaltó..
—Necesito que me lleves al museo— artículo con el corazón acelerado.. Me tomo unos segundos antes de abrir y subir al interior del auto.
—¿Estas conciente de que a esta hora ya está cerrado?— me cuestiona y de todas formas arranca el motor.
—Si, pero hay un guardia y le llamaré para que me deje entrar, tú solo limitate a conducir y déjame lo demás a mí— asiente y maneobro para salir del laberinto de automóviles hasta que las llantas pisaron el asfalto de la calle.. reposó la cabeza contra el asiento y miro el techo mientras me preguntó ¿si en realidad valía la pena hacer todo esto con tal de conseguir esas malditas píldoras?.
—Sabes Marinette eres una mujer muy misteriosa y me acabó de dar cuenta de que el tiempo te volvió alguien muy interesante..— su comentario rompe mis pensamientos y giro la cabeza a la izquierda para mirarlo.
—No fue el tiempo sino las circunstancias las que me hicieron cambiar. Tuve que madurar de golpe y convertirme en una mujer..—
—Una muy hermosa mujer que me provoca arracarle la ropa y cobrarle de una vez la deuda..— la sangre se me agolpa en el rostro y ciertamente me costaba bastante no dar marcha atrás y así terminar con esta locura que esperaba no se me saliera de las manos..
—Nino ¿Que hay de Alya?.. ¿Sigues con ella?—
—No hablemos de ella— se apresuró a decir.
—Eso es un si ¿verdad?— el me mira y sonríe insinuante..
—¿Acaso estas celosa Marinette?— le devuelvo la sonrisa y también dejo salir una pequeña carcajada antes de responderle..
—No, es solo que no comprendo porqué quieres que te pague de esta manera, si a mí siempre me pareció que tú la amabas demaciado. Además a pesar de todo yo si amo a Adrien, aunque últimamente demuestre lo contrario..— mi voz pierde volumen y cierro la boca hundiendome en el dolor..
—Cierto, el que estés pensando en huir y llevarte con tigo a su hijo es el golpe más bajo que podrías darle, y cualquiera diría que estás buscando una oportunidad para disilucionarlo y hacer que se aleje para siempre de ti— suspiró porqué el tiene toda la razón.
—Quizás lo único que quiero es que termine por odiarme, tanto como yo me odio a mi misma.. y estoy segura de que si se entera de nuestro trato lo hará— puedo imaginar con suma claridad como luciría su rostro dolido y desepcionado, como vería su corazón roto reflejado en sus ojos..
—Entonces sólo quieres usarme— dice y realmente sonó desepcionado. El auto frena en la orilla y me quedo mirando unos segundos su perfil, intentando comprender que demonios estaba pasando. Luego abro la puerta y mientras salgo al exterior le digo..
—Ahora regreso, no tardó..— atravieso la acera hasta el interfono que se encuentra empotrado en la pared y pulsó el botón. —Soy Marinette Mercier y necesito entrar, prometo que será rápido— me presipito a decir.
—Por supuesto ahora abro— respondieron del otro lado con voz ronca y monocorde.
—Gracias..— me alejo y en cuanto las enormes puertas se abren entró como flecha, cruzando el largo pasillo hasta el salón de restauraciones. Entró y sin perder más el tiempo me acerco al escritorio donde abro de golpe el cajón, rebusco y después de un rato di con el juego de llaves que guardaba de la mansión. No me detengo a cerrarlo y finjo no ver el ramo de rosas rojas que continúan sobre la mesa, Adrien debía haberlas sacado de su escondite. Devulevo con rapidez mis pasos y apenas si le agradezco al guardia antes de correr de vuelta al coche. —Listo arranca..— Nino se ríe por lo bajó dejando claro que todo esto le divertía bastante..
—¿Me dirás a qué va todo esto?— me pregunta desviando la mirada a mi mano que sostiene las llaves..
—Iré a mi casa por algunas cosas que necesito y no quiero que Adrien lo sepa— soy consiente de que con cada segundo que pasa pierdo más la pasciencia. Las manos me comenzaron a temblar y para disimular me limpie con discreción el sudor de la frente..
—¿Que tipo de cosas?— resople irritada por sus tontas preguntas.
—No recuerdo que fueran tan curioso en el pasado— aliviada veo que gira el volante y pisar el pedal del acelerador.
—Siempre me he interesado por ti y más ahora que soy parte de tus secretos y engaños— no me gustó cómo sonó eso último pero era la verdad. Últimamente no hacia otra cosa que engañar a las personas.
—Si te lo digo corro el peligro de que se lo termines contando a Adrien—
—Descuida que no pienso hacerlo.. Me comformare solamente con compartir a la chica, justo como solíamos hacerlo en el pasado— aprieto la mandíbula celosa a más no poder y reprimí las ganas de preguntarle a qué época del pasado en específico se estaba refiriendo.
—No me sorprende y me imagino que la lista es larga— odie que mi voz también reflejará mi enfadó y más aún que el besar a Nino me hubiera echo perder el derecho de reclamar por ello.
—En el fondo haces bien alejandote de él, ya bastante han sufrido como para seguir aferrándose el uno al otro cuando ambos saben perfectamente que su amor es completamente imposible— se me forma un nudo en la garganta y mi corazón se destruye y se dispersa en mil fragmentos distintos. Sin embargo en el fondo siempre lo supe, el destino nunca nos quiso juntos y nos lo había demostrado al ponernos tantos obstáculos en el camino.. Desvíe la mirada a la ventanilla y descubro que a unos metros por delante comienza asomarse la imponente y horrible casa, cuya presencia me pone los vellos de punta. Me ordeno tranquilizarme y es cuando reparó en que Nino me trajo sin que tuviera que decirle la dirección.
—¿Cómo es que sabes la dirección?—
—La otra noche acompañé a Adrien en su patético intento por entrar y rescatarte. Los guardias custodiaban la entrada así que ni siquiera pudo acercase— se escuchaba burlón y sino fuera porque mi cerebro estaba ocupado pensando en las píldoras aquello me habría intrigado. —¿Quieres que entre con tigo y te ayude a buscar lo que sea que estés buscando?— ofrece una vez que mi mano tocó la manija de la puerta.
—No. Por favor solo espérame aquí ¿si?..— bajo y con alivió veo que me a echo caso y continúa sentado en el asiento del conductor.
—De acuerdo, solo ten cuidado— asentí y me estremezco al pensar que ocurriría si David estuviera dentro. Si el me pillaba entrando a hurtadillas a su flamante mansión después de haber metido a su único y adorado hijo a la cárcel, con seguridad me mataría sin pensárselo dos veces. Comienzo avanzar rodeando los muros y siento otro escalofrío que me recorrió la columna vertebral y estuve a punto de dar media vuelta, volver al auto y aceptar la oferta de Nino. Frene en seco y me ordene ser valiente, tenía que serlo si quería desaparecer de una maldita vez todos estos síntomas que me estaban volviendo loca.
Segundos más tarde ya me encuentro frente a la reja trasera la cual abrí y acto seguido eche a correr por el jardín rumbo a la puerta. Cruzó la cocina y me percate de que la casa está en completo silencio y también parece vacia por lo que me atrevo a pisar el resividor y posteriormente el pasillo que lleva al despacho. Dentro voy quitando cuadros hasta que doy con una de las cajas fuertes, solté una maldición entre dientes al ver el cuadro numérico, seguramente David se las ingeniaria para idear una contraseña con infinita dificultad, aún así comenzé apretar números a la azar hasta que la pantalla marcó error en letras grandes y rojas. —¡Mierda!— exclamé y lo vuelvo a intentar..
—Lo sé y se lo abverti..— mi mano se congela en la tecla y la sangre se me vuelve espesa en las venas.. La voz de David se vuelve más alta y cercana lo cual me paraliza y me deja temblando de los pies a la cabeza.. Al cabo de un segundo increíblemente largo acomodo el cuadro y me vuelvo para esconderme por debajo del escritorio.. —Ethan es un imbécil que no me escuchó cuando le advertí que esa zorra terminaría por abrir la boca— observo los pie de David y del otro hombre que lo acompaña.
—Señor tengo entendido que no fue la señora Marinette quien levanto la denuncia en contra de su hijo sino Adrien Agreste— palideci al instante. Justo lo que tanto temía, que Adrien se viera implicado en todo esto.
—Y para eso ella tuvo que haberle contado todo cuando claramente le advertí que no lo hiciera— se escuchaba colérico, furioso y yo sería el único blanco donde el planeaba descargarlo todo..
—Si usted quiere conseguiré el mejor abogado y mandaré buscar a Marinette..—
—No.. Dejaré que Ethan pase unos días allí, se lo tiene merecido y respecto a la chica se podría decir que ya me estoy encargando de ella..— entró en pánico. ¿A que se refería con eso?. David camina y escucho como presiona las teclas seguido de un sonido metálico que me dice que la caja se estaba abriendo.. —Viajare a París para encontrarme con mi socio y quiero que te quedes a cargo de los negocios que tenemos aquí..— debí buscar un mejor lugar donde esconderme, uno donde pudiera ver qué demonios tomaba de la caja fuerte. —Dejare sobre el escritorio un paquete de píldoras, entregalas mañana donde acordamos con el proveedor— aquello me despierta y el corazón me brinca de ansiedad..
—Por supuesto señor.. ¿Algo más?— pregunta su empleado.
—No. Llámame si algo pasa y mantenme informado sobre el proceso legar de Ethan..— esperó hasta que salen para hacerlo yo también de mi escondite. Repaso el escritorio y se me forma una amplia sonrisa al dar con el paquete del que hablo David. Extraigo una carterita del montón seguido de otra más. Respiró profundamente y de puntillas atravieso la habitación, el quicio de la puerta y por último el pasillo donde compruebo que es seguro seguir y salir por completo de la casa.. El gélido viento me corta el rostro y el estar sudando me provoca echarme a temblar de frío...
En el auto me dedico a recuperar el oxígeno que la carrera me robó.. —No lo había comentado pero pareces muy nerviosa y asustada.. ¿Estas bien?—
—Si.. Es decir no, pero muy pronto lo estaré— jadeó y me presionó el pecho que se me quemaba por dentro.. —¿Ahora puedes llevarme de vuelta al hotel?— asiente incorporándose a la calle desierta..
Durante el camino nadie habló. Nino encendió la radio y dejó la música de Dj a un volumen bajo y al final era lo único que impidió que acabará por enloquecer por completo. Nos quedamos sentados en el cálido interior del auto, mirando el número cuatro pintado en el muro del estacionamiento. Esto era incómodo y a la vez muy inquietante y llegué a creer que entre nosotros corría una corriente eléctrica bastante extraña. Me aclare la garganta y oriente mi cuerpo al suyo lo cual le facilito el tomarme del cuello y retomar el ardiente besó. No entendía que rayos pasaba. ¿Porqué los labios de Nino me parecían tan familiares? Detuve sus manos y solté su boca. Acalorada y muy avergonzada.. —Nino..— me interrumpio un jadeó.. —Se que te prometí pagar pero ahora no es un buen momento..— y así era, yo no podía hacer esto, no era justo para Alya y mucho menos para Adrien.
—Me vuelves loco Marinette..— me jala por la cintura y me monta sobre sus piernas. —No sabes cómo te he deseado todos estos años..— su mirada es intensa y profunda.
—Eso es imposible. Jamás me imaginé que tú..—
—Te he extrañado tanto y ahora que te tengo junto a mí no se como contener mis instintos— admite y gime entre dientes..
—Solo recuerda que esto es un pago por tu ayuda. No hay nada entre nosotros y será mejor que borres culaquier sentimiento que guardes por mí— por el momento sueno muy segura, lo bastante para dejarle muy claras las cosas.
—Lo haré.. Por ahora..— se ríe y me da un rápido beso en los labios..
—¿Que significa eso?— pregunto un tanto confundida.
—Que esperaré pacientemente el momento para hacerte mía— al escuchar aquello siento un hueco en el estómago. Sexo por ayuda y favores. ¡Que bajo había caído!. Me bajo de su regazo y vuelvo al asiento del copiloto.
—Debo regresar antes de que Adrien o Aiden despierten y noten que no estoy.. Gracias por tu ayuda Nino— por el rabillo del ojo lo veo regalarme una sonrisa ladeada.
—Un placer hacer negocios con usted señora Mercier—

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