"Último Besó"

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                                                                                                            Narra Adrien.

Apenas abrí la puerta de la habitación Aiden entró y corrió rumbo a la cama donde su madre nos esperaba sentada. Ella sonrió pero claramente se le notaba que hacía un esfuerzo por esconder la sombra obscura que la había estado siguiendo desde que despertó en el hospital..
—¿Qué tal estuvo el paseó por el parque?— pregunta y la voz rota la delata. Había pasado el tiempo llorando.
—¡Genial! Adrien me enseñó como volar la cometa y después comimos helado y charlamos sobre Chat Noir..— la respuesta eufórica de Aiden le ensancha la débil sonrisa.
—Me alegró..— dice y su forma de mirarlo me provoca un nudo en el estómago.. ¿Porqué lo veía como si temiera no volver hacerlo?. Aprovecho que Aiden se ha alejado y distraído jugando con el globo que le compre, para arrodillarme frente a ella y preguntarle..
—¿Marinette estuviste llorando?—
—No..— se apresuró a respóndeme, algo que por supuesto que no le creí.
—Bonita sabés que no me engañas.. Te conozco mejor de lo que te imaginas y se qué algo escondes. Lo has echo desde ayer que saliste del hospital— le tomo las manos y su ligero temblor me enciende las alarmas..
—No me ocurre nada..— la miro con ansiedad a los ojos y temo que se produzca otra recaída. Que las ganas de las píldoras la vuelvan a vencer..
—Sabes que puedes decirme lo que sea..— insisto y me llevo sus nudillos a los labios, besándolos con delicadeza..
—Lo sé...— murmuró. —Adrien..— el sonido de la puerta al abrirse la interrumpió y maldeci por eso. No estaría tranquilo hasta sabes que rayos le estaba ocurriendo.
—¡Marinette.. Oh por dios es cierto!— en cuanto escuchó eso y reconocí la voz, la suelto y me pongo de pie. Me apartó y dejó que Sabine la abrase..
—Mamá..—
—¡Estas viva!— exclama ella con lágrimas en los ojos.
—Si..— Marinette no la suelta y mira por encima del hombro de su madre a Gabriel, quien se ha quedado parado seguramente terminando de asimilar que su hija está bien y frente a él.. —Hola papá— le dijo ella y luego le sonrió. Sabine retrocedió pero mantuvo agarrada la mano de su hija. Ver esta escena me retorno al pasado, cuando llegue a la granja y vi a esa chica llena de ingenuidad y ternura que me cambio por completo la vida..
—Hija, cariño qué alegría.. ¡Dios.. es qué aún viéndote aquí sigo sin poder creerlo!— dice Gabriel consternado. Marinette da unos pasos y envuelve con la mano libre la cintura de su padre..
—Lo entiendo, pasaron años creyendo que estaba muerta y lamento mucho eso..—
—¿Pero como fue que pasó? ¿Donde estuviste? ¿Con quién y porque jamás nos buscaste?— le pregunto Sabine mientras se limpiaba con su pañuelo las nuevas lágrimas que se le desbordaron por los ojos.. Marinette desvía su mirada hacia mí y se exactamente qué tratan sus hermosos ojos azules de decirme, así que me apresuro abrir la boca para respóndele..
—Yo creí más conveniente qué fueras tú quien respondiera a todas y cada una de esas preguntas— su mirada continua tensa y sin quitar el reproche de sus pupilas. ¡Mierda! Quizás debí preguntarle antes si quería que sus padres supieran que ella estaba viva..
—La historia es larga y muy complicada.. ¿Les parece si dejamos esta charla para después?— si, debía esperar, pero necesitaba de la ayuda de Gabriel para enfrentar a la familia Mercier. Además esperaba que tener a sus padres cerca le servirá de insentivo para luchar contra la adicción.. —Adrien debió decirles qué antes de desaparecer yo estaba embarazada y qué actualmente tengo un hijo..— a pesar de su intento por suavizar su voz sé que está muy molesta con migo y aún así me apresure a corregirla.
—Tenemos un hijo, y no, no se los dije— Marinette suspira y camina para tomar del hombro al niño y acercarlo a los dos adultos que no le quitan su mirada sorprendida de encina..
—El es Aiden nuestro hijo— tanto Sabine como Gabriel se han quedado estáticos, lo único de su cuerpo que se mueve son las pupilas mientras observan el rostro y la sonrisa tímida de Aiden..
—Esto es una locura..— comenta Sabine. —Me cuesta creer que no solamente estás viva sino que también tienes un hijo.. Un hermoso niño..— ella reacciona y se inclina para estar a la altura de el y poder acariciar su mejilla.
—Aiden ellos son tus abuelos, Sabine y Gabriel— le digo lo que sé que Marinette no puede hacer. Noto como el nudo le obstruye la garganta y no le permite ni siquiera respirar..
—Hola..— la voz queda de Aiden me sobresalta el corazón, así había sido desde que lo conocí. Jamás dejaría de parecerme tan lindo y adorable, aún cuando crezca y sea un hombre, el siempre será ese pequeño que me robó el corazón.
—Salvo por esos preciosos ojos azules es idéntico a ti Adrien— hablo Gabriel con una sonrisa enorme en los labios. Se la de vuelvo en automático, feliz de que parezca aceptar las cosas y no querer matarme por segunda vez.
—Marinette necesito una explicación. No comprendo cuando ocurrió todo ésto—
—En aquel entonces llegué a creer que sospechabas de mi embarazo..—  le respondió Marinette a su madre.
—Lo hacia, pero jamás me imaginé que Adrien fuera el responsable... Ustedes dos tienen mucho que explicarnos—
—Y lo haremos..— mientras lo dije me acerqué para tomar la mano de Marinette y así demostrarle que estábamos juntos en esto, sin importar todo lo que pasara después de hoy. Ella me estrecha la mano y la escuché volver a suspirar. Había llegado el momento de terminar con todas las mentiras que nos rodearon por tanto tiempo, empezando por nuestro amor secreto..
—Se que necesitan conocer toda la verdad pero estoy segura de que ahora Aiden solo quiere conocer mejor a sus abuelos, ¿así que porque mejor no aprovechan para pasar juntos lo que resta de tarde?— sé que su propuesta es sólo una manera de salirse por la tangente. Esta rehuyendo de las explicaciones tal y como lo hace con migo..
—Es una excelente idea. Pero mañana les tocará a ustedes ponernos al corriente de todo. ¿Esta claro?—
—Por supuesto... Los extrañé tanto..— le respondió ella a Gabriel y luego rompió a llorar..
—Y nosotros a ti. Marinette he vivido con el enorme peso de no haber podido decirte antes que yo era tu padre y no sabés cómo lamento haberte engañado..—
—Papá, ya lo sabía. Me enteré por error la noche en la que tuve el accidente en la carretera.. fue por eso que decidí cruzarme en el camino del camión de carga— esa confesión le cayo como agua fría sobre el cuerpo, se estremeció y el dolor le cruzó por las facciones..
—¿Tanto repudiabas que yo fuera tu verdadero padre?— pregunto y por segunda vez escuché su voz romperse.
—No, claro que no.. Creo que fue el engaño en sí.. Desde que tuve memoria creía que Tom era mi padre y al enterarme de que todo era una mentira colapse.. además no podía soportar la idea de que estaba enamorada de mi medio hermano..— Marinette enmudeció y su agarré se tornó más apretado. Yo por mi parte me preparé para la golpiza y los regaños que me esperaban por parte de Gabriel. Sin embargo, el no se movió y su rostro se mantuvo tensó pero pasivo.. Eso tenía que ser una buena señal ¿No?...
—Así que ustedes ya tenían una relación a nuestras espaldas..— no fue una pregunta sino una afirmación y aún así me atreví abrir la boca para decirle..
—Si Gabriel. La comenzamos unos días después de mi llegada a la granja.. Aún sabiendo que podríamos tener la misma sangre nos amamos y seguimos haciéndolo..— el se limitó asentir, algo que en el fondo me lleno de alivio..
—Bueno, ahora que sabemos que tú padre es Marcus y que entre nosotros tampoco hay lazo sanguíneo por mi ya no hay problema. Pueden estar juntos si así lo quieren..— respire profundo..
—Gracias, te juro que esta vez sí cuidare de ella con mi vida si es preciso.. No te volveré a decepcionar—
—Lo sé... Te debo una disculpa por como actúe..—
—Olvídalo ya no importa. Todos comenzaremos de nuevo— Gabriel me ofrece su mano y la estrecho sin vacilar. Me alegro de ser yo quien le devolviera a su hija sana y salva y gracias a eso por fin se podía decir que estábamos en paz. Después de soltarlo me pare detrás de Marinette y envolví mis brazos en su cadera, recargando en el camino mi mentón sobre su hombro. Observando como Gabriel abrazaba a Aiden..
Los minutos que siguieron solo se escucharon halagos hacía mi hijo, quien parecía gozar la atención que recibía por parte de sus abuelos. Él tenía el poder de hacer que cualquiera terminará atrapado en su pequeño rostro de ángel y sabía perfectamente que con solo una sonrisa podía lograr que se hiciera su voluntad, por lo que termino convenciendo a ambos adultos de ir a una función de títeres, cuyo anuncio vimos de camino aquí.
—Si no tienen ningún inconveniente lo llevaremos al teatro— se rindió Gabriel más que encantado a las súplicas del pequeño manipulador..
—Adelanté. Solo procuren no ceder a todas su locuras— le respondió Marinette riéndose por la bajó..
—¿Que clase de abuelo sería si no lo consiento y le doy todo lo que pida?— pregunta el.
—De acuerdo, entonces solo no le des demasiada azúcar, créeme yo se lo que te digo— el hombre de traje se ríe y toma a Sabine de la mano y ella por su parte besa la mejilla de Marinette antes de seguirlo a la salida..
En cuanto escuché la puerta cerrarse pegó mis labios a su cuello y le digo.. —Nos hemos quedado solos..— la siento tensarse ligeramente y pegar su trasero a mi parte baja, la cual se despierta y me desata por el cuerpo la corriente del deseó..
—¿Que opinas si tú y yo salimos a cenar está noche?— su voz me sube la excitación y me toma un rato poder articular la respuesta a su pregunta...
—Me parece bien... ¿Pero no te gustaría más que nos quedemos aquí, en lo ancho de la cama y envueltos en las sábanas?— le beso la piel y bajo mis manos a su cadera hasta que mis dedos se meten entre la tela de sus jeans..
—Adrien.. quiero tener una cita con tigo..— con las yemas tocó el filo de su ropa interior y jadeó.. —Nunca antes hemos tenido una y es un deseó frustrado que he tenido durante todos estos años— continúa y siento como su mano me acaricia el cabello.. joder debo parar, concentrarme en lo que me esta diciendo, ¿pero cómo? Si ya he tocado la entrada a su vagina.. Ella gime y yo también, ambos consumidos por el caliente momento... —Adrien.. Por favor.. Salgamos esta noche..— un gemido la interrumpe y no soy capas de decir absolutamente nada. Muevo mi dedo dentro suyo lo que provoca que ella tire de mi cabello.. —Se que te sonara ridículo pero quiero tener una cita que recordad en el futuro, cuando seamos ancianos y rodeados de nuestro hijo y nietos miremos al pasado— sobre todo aquello me enternecio y me fue imposible no imaginar ese futuro que ella describió. Ambos canosos, tomados de la mano frente al fuego de la chimenea y mirando la sala de estar donde un montón de niños juegan... Luego pude ver a Aiden siendo exitoso en todos los aspectos de su vida.. Sonreí y muy a mi pesar saque mi mano de esa parte que ya estaba húmeda y mas que dispuesta para mí y como pude abrí la boca para hablar..
—No me parece ridículo en lo absoluto, de echo tienes toda la razón, necesitaremos recordar mas que maravillosas historias en las que hicimos el amor y empezar por nuestra primera cita es una excelente idea— Marinette se gira y me regala una amplia sonrisa..
Unos minutos mas tarde me ha convencido de salir de la habitación, así que cruzo el pasillo con la ropa que usaré para la cita aun colgada del gancho y en la mano los zapatos. No comprendí para que necesitaba espació y mucho menos porque rechazo mi idea de ducharnos juntos, algo que me habría venido muy bien después de haberme excitado tanto minutos atrás.. ¡Joder! Pienso una vez que bajo la mirada y descubro que sigue erecto.. Respiro y trató de calmarme, abro la puerta de la habitación de Nino y sigo en dirección al baño, me urgía estar bajo el chorro de agua fría..
—¿Le pasa algo a tu baño?— escucho que me pregunta Nino desde el sofá.
—No— le respondo parando en secó. —Está noche Marinette y yo saldremos a cenar y me pidió que le diera espació para prepararse..— (Lo se, no tiene ningún sentido, pero así es).
—¿Todo va bien entre ustedes?—
—Si, yo diría que excelente. Más ahora que Sabine y Gabriel ya aceptaron nuestra relación y tal parece que Marinette ya está superando el tema de la adicción— ya comenzaba a creer que todo iba a mejorar..
—¿En serio? Yo he tenido la sensación de que ella lo único que quiere es huir de ti— aquello me borra la sonrisa y su tono y su rostro no hacen otra cosa mas que confundirme.. ¿Era idea mía o Nino en realidad parecía molesto?..
—¿Porque haría eso?— pregunto perplejo.
—No lo sé.. Te dije que solo es una sensación..— le sostengo la mirada en un intento por descubrir el motivo, pero no encuentro nada, salvo esa irritación y enfadó que no termino de entender de donde es que proviene.
—Te he notado algo raro últimamente... ¿Nino hay algo que no me hayas dicho?— su negativa no evito que me preocupara por él, había estado tan concentrado en mis asuntos que olvide que en una semana seria su boda con Alya y que quizás las cosas con ella se habían puesto difíciles..
—Descuida que pronto te lo diré..— me dijo el rompiendo mis pensamientos.. —Lo sabrás más pronto de lo que te imaginas— su forma de sonreír me desconcierta y por un segundo me deja helado.. Se gira y me da la espalda lo cual aprovecho para entrar al baño y rememorar mientras me duchaba sus extrañas palabras. ¿Que carajos le pasaba? ¿Porque se comportaba así? Y lo mas importante de todo. ¿Porque demonios sentía que todos tenían algo que esconderme?...
Me seco y me visto con el traje azul marino, posteriormente me arreglo el nudo de la corbata y me paso el cepillo por el cabello para darle un estilo más formal y maduro. Me observo unos minutos y después salgo del baño encontrando la habitación completamente vacía. Nino me debía una explicación.
Devuelvo mis pasos por el pasillo y frente a la puerta giro la perilla la cual no cedió por mas que forcejeo con ella.. —Marinette abre..— le pido y golpeo con los nudillos la madera. No hubo respuesta de su parte mas sin embargo, unos segundos después la puerta se abrió y al verla olvide por completo para que diablos necesitaba entrar. Ella sonrió y río con disimulo, seguramente de la cara de estúpido que yo había puesto. Mi corazón volvió a latir fuertemente y retomó la carrera del deseó frustrado, acelerándose a mil.. Retrocedí al tiempo que ella avanzó y cerraba tras de si.. Intente recordar que me faltaba por hacer, algo tenía que tomar de la habitación.. Con disimulo me palpé los bolsillos para asegurarme de traer mi billetera, las llaves del auto que por suerte había recordado tomar antes de salir de la suite de Nino y por último me asegure de traer mi celular..
—¿Hay algún problema?— pregunta ella y sé que trata de esconder la diversión que le provoca verme nervioso y cohibido.
—No.. Todo esta bien..— (Tranquilizate  y piensa que debías hacer antes de irse).
—¿Estas seguro, porque luces inquieto?— me pasa su mano derecha por el pecho antes de dirigirse al ascensor. Mis piernas la siguen en automático y mis ojos no pueden apartarse de su figura. De la manera tan sensual de mover sus caderas al caminar. Una vez dentro me detengo justo frente a ella y escuchó las puertas cerrarse detrás mío.. —Por su mirada señor Agreste creo saber a donde quiere llevarme— pasé saliva y deslice mi mirada por el largo de su rostro, bajando a su profundo escote hasta llegar a la fina caída de la seda negra sobre sus piernas..
—Justo ahora quisiera llevarte de vuelta a la habitación..— me aclaro la voz y resisto el impulsó de detener el ascensor y hacerla mía aquí mismo.. —Ese vestido me pide a gritos que lo quité de tu cuerpo— continuó y soy muy consiente de que mi tono acelerado me delata.
—El diseño es de Gabriel y fue una suerte que mi madre lo trajera en su maleta..— se me forma una sonrisa al darme cuenta de que no soy el único que es víctima del terrible y desenfrenado deseó. Marinette carraspeo la garganta y se sonrojó.. —¿Relajate quieres? O harás que me arrepienta de haberlo usado— a regañadientes quito la mirada de sus senos y la concentró en sus ojos azules, mi paraíso personal.
—Lo intentaré..— le dije sintiendo su mano tomar la mía y de no haber sido por que ella me jalo y me obligo a salir jamás me habría dado cuenta de que ya estábamos en el estacionamiento. Me adelanto para abrirle la puerta del automóvil y el olor de su perfume me vuelve loco, me aparto y espero paciente mientras subía y cierro para rodear deprisa y tambien entrar. Meto la llave en el contactó y antes de encender el motor orientó mi cuerpo hacia el suyo y me inclinó para tomar la correa del cinturón de seguridad, el cual le paso por pecho y con torpeza enganche el broche. No retiro la mano y subo el dedo mientras lo deslizo entre la correa y la tela de su vestido, tocando la piel expuesta de su escote.. La veo cerrar momentáneamente los ojos y respiran pesadamente. Pierdo el control y me abalanzó sobre ella, capturando sus labios rojos.. Alargo lo mas que puedo el beso consiente de que en cualquier momento me pedirá que paré, por lo que ignoro la falta de aire y la tremenda excitación que sin descansó me quemaba desde adentro la piel...
Diez minutos mas tarde por fin hemos salido del estacionamiento y nos movemos por el tráfico nocturno de la ciudad. Marinette ha ingresado en el GPS la dirección del restaurante a donde iremos y me he limitado a seguir las indicaciones que marca el mapa en la pantalla sin cuestionarle porque ha desidido ir a ese lugar en particular. Por otra parte mi mano libre sigue filtrada por la apertura de su falda, me sentía incapaz de apartarla de su muslo y de vez en cuando le acariciaba en circulos con el pulgar o de reojo le miraba las piernas, como justo ahora lo hacia.. —Se te olvida que Aiden se quedará a dormir en la habitación de mis padres, por lo que tenemos toda la noche para nosotros dos. Claro si logras que lleguemos sin causar un accidente vial— de inmediato fijo la vista en el caminó y freno de golpe al ver la luz roja del semáforo. Ambos salimos proyectados al frente y después contra el asiento.. ¡Mierda!.
—En mi defensa es casi imposible no distraerme con tu nueva figura. Más aún cuando la resaltas de esa manera..— comento entre jadeos de susto y excitación. Tengo la adrenalina a topé.. —Eres hermosa Marinette— al brillar la luz verde piso de nuevo el pedal y me recuerdo que no es momento para comenzar a soñar despierto con las muchas maneras de hacerle el amor en el auto.
—Gracias.. Pero el verdadero modelo de revista aquí, eres tú—
—Hace años que deje de serlo— el pulso se me acelera cuando la descubro mirándome mientras se mordía el labio inferior..
—Pues sigues conservando ese aire de super modelo sexi y sofisticado que me derrite por completo— disminuyó la velocidad y permito que una parte de mi mente se sumerja en la fantasía erótica que su voz aterciopelada me provocó.. —Ese traje te queda perfecto— aprieto las manos en torno al volante y divagó por la idea de sentir sus labios por todo mi cuerpo, en especial en aquella parte que lucha contra la tela de mi pantalón. La voz artificial del GPS al anunciar que habíamos llegado a nuestro destino me despierta y freno de golpe, ella se suelta a reír y yo maldeci entre dientes. ¿Desde cuando me dejaba llevar tanto por mis instintos mas bajos? Saque las lleves y aproveche la oportunidad para cerciorarme de que no fuera demasiado notaria mi erección, pero desgraciadamente parecía haber crecido y doblado su tamaño.. —Tranquilo tigre, que no quiero tener que pasar el tiempo con tigo en el bañó, antes quiero cenar y disfrutar simplemente de tu compañía, como una pareja normal que ha salido a vivir una velada inolvidable— me roza apenas los labios antes de quitarse el cinturón y salir por la puerta que el valet parking abrió para ella. En cuanto pisé la acera le entrego las llaves al tipo qué sin disimulo alguno devora la anatomía de Marinette. Los celos se me disparan por las venas y siento la necesidad de gritar que ella es mía, sin embargo, me conformé con pegarla a mi costado y así demostrar que era de mi propiedad. Sabia que eso era muy machista de mi parte pero ser posesivo era algo que no podía evitar. La lleve con migo a la entrada y una vez dentro el Hostess nos recibe y no paso por alto el rápido repaso que le da a mi hermosa azabache.
—Bienvenidos. ¿Tienen reservación?— dice y no barra la estúpida sonrisa, que en mi opinión es mas coqueta que amable.
—Si.. Somos los señores Agreste— aquello logra bajarle el brillo a su rostro y el tipo de unos veinticinco años asiente con menos entusiasmo que antes. Yo en cambió me regodeó en lo perfecto que sonó ser por una noche el matrimonio Agreste.
—Claro, por aquí por favor—dice él y sale de su lugar para conducirnos al interior del restaurante. Nos lleva a una mesa para dos al fondo del amplio salón. Retiro la silla para ella antes de que el pudiera siquiera intentarlo sin preocuparme que note mis desplantes de celos.
—Gracias— dijo Marinette y tal parece que nos agradeció a los dos ya que el le había entregado el menú.
—No hay de que, enseguida les envío un mesero..— respondió el y antes de irse le sonríe. (Calma Adrien) me aconsejó a mi mismo y optó por abrir la conversación..
—Hiciste una reservación a nombre de los señores Agreste, eso quiere decir que ya tenías planeada está cena ¿no es así?—
—Algo así. La reservación la hice unas horas atrás y me pareció muy apropiado que fuera para el matrimonio Agreste ya que pronto lo seremos realmente— eso me recuerda que es lo que había olvidado tomar de la habitación. ¡El anillo de compromiso! ¡Maldición! Se suponía que se lo daría y le pediría formalmente que se casara con migo. ¡Mierda!.. El mesero se acerca y estoy tan irritado que verlo coquetear disimuladamente con ella me enfurece y estoy a nada de estallar, pero logro respirar, mirar el menú y ordenar, lo menos que quería ahora era arruinar esta cena, además de que una parte de mi mente se encontraba recordando el cajón donde seguía guardada la cajita con el anillo.
—Estas muy callado.. ¿En que piensas?— (En que arruine la sorpresa).
—En que olvide comentarte que contraté a Santiago Vallejo como nuestro abogado. Siendo amigo muy cercano de la familia no se dejará convencer ni sobornar por Ethan o David—
—Tomaste una excelente decisión. Estoy segura de que pronto resolverá está situación— suena tan segura que no puedo evitar contagiarme.
—Le pedí que comenzará el trámite para reconocer legalmente a Aiden como mi hijo, espero no te moleste que no lo haya consultado antes con tigo— su sonrisa crece y extiende su brazo para entrelazar su mano con la mía.
—Claro que no. En realidad me alegra que lo hayas echo. Estaré mucho más tranquila cuando el lleve tu apellido— en ese momento el mesero regresa con nuestra orden, la deja sobre la mesa y se dispone a servir el vino.. Cominos en silencio y me percate de que Marinette me observaba de una manera que me inquietaba. Me daba la impresión de qué estaba tratando de grabarme en su memoria, tal y como lo hizo con Aiden, como si quisiera despedirse de mi con la mirada.. Me meto en la boca el último bocado y masticó despacio, apartando de mi mente todas estas ideas que no tienen fundamentó.
El mesero quita los platos y nos sirve el postre.. —¿Adrien te pasa algo?— me pregunta al ver mi ceño fruncido.
—Todos los hombres aquí no han parado de mirarte. Inclusive el estúpido mesero se atrevió a coquetearte frente a mis narices..— desvío la mirada a las mesas donde lo hombres la observan, sobretodo tres tipos de porte recto y elegante que al parecer están aquí por asuntos de negocios. 
—Son ideas tuyas..—
—Hablo en serio— le dije y apunte con la cabeza en dirección de la mesa, ella mira con disimulo antes de prestar toda su atención de nuevo al plato ya casi vacío..
—¿No comerás tu postre?— me pregunta una vez que se ha terminado el suyo.
—No..—
—¿Entonces puedo?..—
—Claro, adelanté— sonrió y le paso mi plato intacto.
—Gracias..— me distraigo mirándola devorar él souffle de vainilla y fresas.. —Mmm.. no comprendo porque está nueva debilidad por las fresas y la vainilla..— arqueó una ceja y una nueva suposición me ilumina la mente.
—¿Tienes antojos?— cuestionó y creo saber cual es el motivo de eso..
—Si... Pero no es por lo que estás pensando.. yo no puedo estar...— suelta el tenedor y su rostro palidece al instante.
—Embarazada— termino la oración por ella. —¿Porqué no? Hemos estado juntos últimamente— agregó y comienzo a sentir la emoción que experimente aquella vez que me dijo que iba a ser padre.
—Lo sé, pero no puedo estarlo..—
—¿Porqué no?— la interrumpí molesto por su insistente rechazó a la idea.
—Porque no. Sabes perfectamente que tengo muchas cosas que arreglar y un bebé solo me dificultaría de más la vida— su rostro se endureció y en parte ella tenía razón, pero no fue suficiente para bajar el torrente de ilusiones que me embargaba por dentro.
—En mi opinión me encantaría que lo estuvieras. Sería mi oportunidad de vivir la experiencia con tigo—
—Apenas estás conociendo a Aiden y no sería justo para él que llegara un hermano así de repente—
—No pienso dejarlo de lado y lo sabes. Marinette no te preocupes que primero tenemos que confirmar que hay un bebe creciendo allí dentro. Y si es así pues me harás por segunda vez el hombre más feliz del mundo— (Otro bebé..) pienso. (Otra oportunidad para ver nacer y cargar a ese pequeño fruto de nuestro amor)..
—Por ahora solo son antojos, no hay náuseas así que posiblemente no lo estoy— debía admitir que deseaba con todas mis fuerzas que ella estuviera equivocada y que efectivamente este embarazada, porque de lo contrario la desilusión seria enorme.
—De cualquier manera mañana mismo iremos al hospital y te harás una prueba.. No temas, esta vez no estarás sola. Ya no habrá nada que nos vuelva a separar— Marinette estrecha mi mano y me regala una sonrisa que disipa cualquier angustia y temor. Podría jurar que el mundo se disipó a nuestro alrededor y solo quedamos ella y yo..
—Te amo— dijo con convicción, tan segura que me formo un repentino y muy apretado nudo en la garganta..
—Y yo a ti.. mucho, más que a mí propia vida—
Después de pagar la cuenta y salir del restaurante conduje al norte de la ciudad, pendiente de la confirmación que esperaba recibir por el celular..
—¿Adonde vamos?— gire a la izquierda por la empedrada y angosta calle que daba a la construcción rústica y antigua mas famosa y romántica de todo Verona. —Adrien..—
—Es una sorpresa.. — el timbre suena y el mensaje aparece en la pantalla. <La mayoría de los turistas ya se han ido y no creo que haya problema en que pases allí la noche, sólo recuerda que no es un hotel> me las arregló para conducir y escribir la respuesta.. <Lo sé y pagare la noche como si lo fuera. Estoy a unas calles de llegar. Gracias por la ayuda te debo una grande— ahora es cuando me alegraba de qué mi padre me presentará a sus amigos influyentes, aquellos que podían conseguirme el permiso para pasar la noche en una atracción turística.. <Ordene que dejaran todo listo en la habitación y la puerta principal abierta, así que sólo gira la perilla y pon el pestillo cuando entres. Disfruta de tu noche Adrien>.
—¿Puedo saber porque tanto misterio?— apago el móvil y sigo por el camino..
—Ya te dije que es una sorpresa, así que espera..—
Dos metros mas adelante por fin aparece la casa cuyo patio aun tiene algunos turistas tomándose fotos y observando la estatua de Julieta Capuleto. Me estacionó, me quité el cinturón y me giro hacia ella para poder apreciar mejor su reacción..
—La casa de Julieta..— hace una pausa para sonreír. —A pesar de que llevo cinco años viviendo en esta ciudad, es la primera vez que vengó aquí—
—Me alegró porque eso quiere decir que será un lugar nuestro y especial, donde los recuerdos desagradables no podrán entrar— asintió y sus ojos se tornaron cristalinos.. Me obligue a salir del auto, rodear y abrir su puerta. La ayude a bajar y la detuve cuando hizo amago de caminar rumbo al grupo de personas que rodeaban la figura de Julieta. —No te traje aquí para que vieras la estatua— le aclaro y la abrazo por la cintura.
—¿A no?.. ¿Entonces a qué?— pregunta con una mezcla de diversión y confucion en la voz. La beso fugazmente y de la mano caminamos a la puerta de madera gastada la cual efectivamente cede y se abre al primer intento. Apenas si recorde que debía ponerle el pestillo antes de seguir por el interior de la casa, subimos las escaleras y dos minutos después ya estábamos en el corazón del lugar.
—Esto es maravilloso.. ¿Adrien podemos estar aquí?— me pregunta mientras se pasea por el lugar.
—Si, no te preocupes que no terminaremos en la cárcel—
—¿Como conseguiste el permiso para ocupar esta habitación?— la sigo al balcón de Julieta y la vuelvo a tomar de la cintura.
—Tengo mis contactos..— Marinette se ríe y me besa. Alzo mis manos y le desato el peinado para que su melena caiga y así poder acariciar su cabello. El viento sopla y juega con el mientras retomo su cadera y paso mis manos por su trasero..
—Será mejor que entremos— murmura y me muestro de acuerdo al recordar que abajo aún hay personas cuyas miradas curiosas seguramente están sobre nosotros.
Nos detenemos junto al borde de la cama, de la cual cuelga un vaporoso velo que la envuelve por completó. Paró de besarla y me quedo quieto mientras sus dedos se dedican a deshacer el nudo de mi corbata. La ayudo y me quito el saco a la vez que ella se encarga esta vez de desabrochar botón a botón de mi camiseta blanca.. Me la quita y posteriormente son su labios los que siento sobre mi pecho. Trato de arrancarle el vestido pero ella me lo impide apresando mis manos y empujándome a la cama..
—¿Te parece si antes de todo brindamos?— su voz es demasiado sensual y la manera en la que se comporta es increíblemente irresistible. Toda ella lo era..
—De acuerdo..— le respondo incorporandome por los codos. Sobre la mesa cerca de la pequeña sala de estilo rústico dejaron la champán que pedí y mientras sirve las copas me volví a lamentar por no haber traído con migo el estúpido anillo. Regresa con pasos lentos y abre la fina tela para entrar pero sin subir a la cama, por lo que me siento y le permito acomodarse de pie entre mis piernas..
—Brindaremos por nosotros, por nuestro hermoso hijo y por el que sospechó que pronto llegará— dije besando su vientre como si su embarazo ya fuese un echó.
—Adrien pase lo que pase, recuerda que todo lo que haga será pensando en lo mejor para todos y te pido que no me odies.. por favor..— estrecha su copa con la mía y despego el rostro para alzarlo y mirarla a la cara..
—¿Odiarte? Jamás podría hacerlo— respondí sin pensarlo dos veces.
—Sólo no lo olvides— asentí y me bebí de un trago el burbujeante líquido. Me quito de la mano la copa vacía y las dejo sobre la mesa, y de regresó se llevo las manos al cuello para soltar el broche que sostenía la parte superior del vestido. La tela negra cayó por inercia y dejo al descubierto la lencería del mismo color. La sangre se me agolpa en las venas y el deseo me nublo la visión, o al menos eso quise creer ya que me costo mantener la mirada enfocada en sus largas piernas. Me puse de pie y medio segundo después volví a caer al colchón.. ¿Que demonios me pasaba? No lo intento de nuevo y me tomó unos segundos para despejar mi mente que se vuelve mas torpe y lenta sin explicación alguna.. Apenas si pude reaccionar cuando sentí su cuerpo sobre el mio y utilize toda mi concentración para besarla con pasion y acariciar cada centímetro de su piel expuesta. Sin embargo, mis músculos se volvían de hule y mi cerebro ya no me obedecía del todo..
—Marinette.. Quiero hacerte el amor, pero no puedo.. No se que rayos me pasa..— confieso asustado al percatarme de como voy cayendo en el vacío de mi mente..
—No te preocupes.. Ya soy tuya sin importar que no haya sexo esta noche— sus palabras se deslizan y caen junto con todo lo demás al hoyo negro que abarca el largo y ancho de mi mente.. —Lamento mucho esto, pero quiero que esta noche quede inconclusa para así tener otro motivo mas para luchar y salir del lugar al que voy..—
—¿De.. que hablas?— sueno distorsionado y lejano. Mis ojos ya no enfocan y Marinette se vuelve una pintura abstracta frente a mí..
—Cierra los ojos y sólo duérmete..— no lo hago y luchó contra la pesadez de mis párpados. —Gracias por esta noche.. Te amo Adrien— no pude mas y deje que mis ojos se cerraran. Me termine de hundir en la negrura con su último beso en mis labios y su te amo haciendo eco entré la nada...

Al despertar lo primero que veo son los rayos del sol que entran por las puertas del balcón. Me muevo y busco a tientas por el colchón el cuerpo de Marinette pero la cama esta vacía, me siento de golpe y desorientado la busco por toda la habitación.. —Marinette..— la llamo y cuando no hay repuesta suya salto de la cama para buscarla esta vez en el bañó. —¿Amor estás aquí?... Marinette..—
Tras comprobar que tampoco esta allí regresó al borde de la cama y junto mi camiseta y mientras me la ponía me dedico a recordar que paso anoche. Cenamos, vinimos aquí y después de brindar mi memoria se corta y se torna confusa, no logro unir las piezas y mucho menos averiguar porque Marinette se fue y me abandonó aquí. Mi celular comenzó a sonar y me apresuró a terminar de ponerme el saco para contestar.. —¿Marinette?—
—No, pero se dónde está.. ¿Te interesa saberlo?—
—¿Quien eres?— le preguntó al no reconocer su voz.
—Eso es lo de menos. Estas buscando a Marinette Dupain Cheng y yo sé justamente donde está ahora— no confió en lo absoluto en el hombre detrás de la línea telefónica, sin importar que sepa donde esta ella, pero aun así estúpidamente decido seguirle el juego.
—¿Que es lo que quieres a cambio de esa información?—
—Nada, mi recompensa será abrirte los ojos..— bueno, esto parece descartar mi teoría de un posible secuestró o un simple chantaje. Sin embargo no comprendo que ocurre..
—De qué hablas?—
—Te mandaré la dirección y te aseguro que la encontrás allí. Fue un placer ayudarte Adrien Agreste—
—Espera..— le pido demasiado tarde, ya había colgado.
En el auto y con el motor en punto muerto vaciló mirando la dirección en la pantalla. Lo mas sensato seria no ir y dirigirme directamente al hotel donde seguramente ella ésta. Arranco y me repito que esto posiblemente sea una trampa, algún tipo que quiere jugarme una broma o busca estafarme en persona.. ¿Pero como sabe que ella no estaba con migo? ¿Quien se tomaría la molestia de llamarme y decir todo eso sin motivo aparente?.. Tomó la avenida y pese a todos mis instintos de súper vivencia conduzco rumbo a la dirección que me envió...
El edificio es alto y parece ser de departamentos y lo mas extraño es que se encuentra a unas cuantas cuadras del hotel donde estoy hospedado. Subo los escalones, atravieso la entrada, el elevador y luego el pasillo que conduce al departamento <430> el cual no tengo la menor idea de a quien le pertenezca. No toco la puerta y desde ya me siento un completo idiota por estar aquí. ¿Porque Marinette estaría del otro lado?. La perilla cede y se abre la puerta sin que tuviera que ejercer ninguna presión sobre ella. La sala de estar esta vacía y limpia al igual que la cocina y el resto del lugar.. Me quedo parado y la risa que planeaba soltar se me quedo atascada en la garganta al reconocer el vestido negro que yacía sobre el sofá. No necesite acercarme o tomarlo para saber que era el mismo que Marinette llevaba puesto ayer. El estómago me dio un brinco y sólo entonces fui capas de escuchar los sonidos que provenían de la habitación del fondo.. Mis piernas avanzaron marcando los acelerados latidos de mi corazón, uno que amenazaba con salir huyendo de aquí para no ver que me esperaba tras la puerta, la cual abrí de un tirón.. Sobre la cama estaba Nino y sobre el una chica de cabello azabache.. —¿Que demonios...— la conmoción no me dejo terminar y el aire dejo de fluir por mis pulmones..
Al escucharme ella dejo de moverse y por lo tanto el de penetrarla. Me llene de rabia y de dolor.—Adrien..— la escuche decir entre cortado. Estaba paralizado y sólo pude verla jalar la sabana y bajar de la cama.
—Hey amigo puedo explicarlo..— empezó Nino y fue entonces que todo me golpeó realmente.. El dolor de la traición me partió y me destrozo por dentro..



Este capítulo me quedo demasiado largo y espero no les haya aburrido y en cambió lo disfrutarán tanto como yo lo hice al escribirlo. Esperó sus comentarios porque se que el final dará mucho de que hablar...

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