"HOT N' COLD"

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No me dejó responderle. Se recostó sobre el asiento, para después acomodarme encima de él. Incómoda apoye las palmas sobre la tapicería de cuero negro. Nuestras partes íntimas se ceñian, mandando a todo mi cuerpo una serie de descargas de energía que me aceleraron de inmediato el corazón.
Sus manos se metieron por debajo de la gruesa tela y acariciaron la curvatura de mi cintura. Me muerdo el labio al tiempo que los los ojos se me cerraban.. (¡No dejes que el deseo te haga olvidarlo todo!) Demaciado tarde ya me encontraba devorando sus labios. Nos movimos con sincronía todo lo que el pequeño espacio nos permitió. —Adrien alguien puede vernos..— murmuré sin despegar por completo mi boca de la suya, una vez que desabrochó mi sujetador el se removió y soltó un gruñido juguetón.
—Si eso es lo único que te preocupa, te aviso que los vidrios son polarizados, a prueba de curiosos—
—Siempre tienes una excusa para salirte con la tuya—  se rió de mi queja y me lamió con la punta de la lengua el labio superior.. Me estremecí de pies a cabeza y suelto un profundo y largo gemido...
—Marinette lo siento. La apuesta fue una idiotez de mi parte que no se volverá a repetir— habló tan bajó y ronco que lo único que logró fue excitarme más.
—Fingiré que hablas enserio— le dije con el pulsó martillandome en las sienes.
—Intentare mantener a raya al idiota patán que llevo dentro.. Pero si se llegase a escapar de nuevo tienes mi pleno consentimiento para castigarme por ello— mi risa resonó temblorosa. 
—¿Y que castigó podría darle a alguien experto en evadir las consecuencias de sus actos...— me interrumpó al sentir como sus manos dejaban mi espalda para acercarse al nacimiento de mis senos.. Lo beso con desesperación para ahogar otro quejido. Adrien bajo las manos a mi cadera y se las arregló para desabrocharme también el pantalón y justo después se levantó. Me sentó mientras que el se arrodillaba frente a mí, acomodándose entre mis piernas.
—Míranos ahora..— continuo entre cortado aprovechado el lapso de lucidez que me dio el habernos separado —..Se suponía que tenía que rechazarte y no permitir que ni siquiera me besarás..—
—Tampoco tendrías que dejar que te acariciara el busto. Que mis dedos traviesos jugarán con tu hermoso botón rosado— apreté los dientes, el masaje era jodidamente placentero..
—Adrien..— farfullo al borde del colapso. Su mano libre se encontraba bajando mi pantalón, hasta la altura de mis rodillas.
—Seguramente tampoco tendría que deslizar mi mano por tu entrepierna, hasta enredar mis dedos en tus íntimos y sedosos rizos..— uso las yemas para tocar el filo de mi vagina, por debajo de mi ropa interior. Me aferré a lo primero que encontré. Jadeó y dejo caer la cabeza hacia trás..
—¡Vamos bonita no te reprimas! ¡Grita si así lo que quieres!— me incita, moviendo los dedos más adentro. Aprieto los míos contra la tela que cubre sus hombros. ¡Esto debería ser ilegal! Pensé. ¡Que alguien te provoque tanto placer debería ser un delito!. A pesar de todo logré que una pequeña parte de mi mente, se las ingeniara para idear una forma de no gemir como loca. Solté el aliento y abrí la boca para decirle..
—Si tuviera que describirte con una canción, sin dudas sería Hot N' Cold— el se rió entre dientes.
—La conozco y ya puedes ir borrando frío del título. Porque apartir de ahora te demostrarte que tan caliente puedo llegar a ser— hablar de música en un momento como éste era lo más tonto que podíamos hacer, pero servía para distraerme lo suficiente y mantener al margen los sonidos sexosos.
—¿Crees que también puedas cambiar esa parte que dice que no eres bueno para mí?— le digo arrastrando las palabras. Libero mi parte íntima junto con mi seno derecho. Me acerco a el y recargo su frente sobre mis labios. Respire el olor tan varonil de su cabello, sin poderme resistir a pasar mis manos entre el.
—Quitaré cada parte que me perjudique. Salvo esa que dice que nos besamos para reconciliarnos— comentó agitado.
—¿Eso significa que seguiremos peleando y rompiendo?— sonreí era un tanto gracioso que habláramos usando palabras de la canción.
—Probablemente sí. No te equivocas al pensar que esto que siento por ti es un amor bipolar—  Adrien alzó el rostro y acune sus mejillas entre mis manos. —Tengo motivos para odiarte..— me dijo recordándome de nuevo ese odio que no terminaba de entender de donde es que provenía.  —Pero afortunadamente muchos más para amarte— me deslumbró con una sonrisa torcida que logró quitarle a sus palabras el sabor agridulce. Dejando en su lugar la emoción de escucharlo decir que me amaba. (No comiences a crear falsa iluciones) me advierto a mi misma.
—Espero que algún día me expliques cuáles son esos motivos que te hacen odiarme— murmuró, mientras escondo mi rostro en el hueco de su cuello.
—Dejare que tú misma los vallas averiguando. Solo te advierto que vas a preferir nunca haberte enterado— me recorrió un escalofrío, a pesar de que seguía trayendo puesta su sudadera y la temperatura dentro del automóvil era bastante elevada.
—¿Tan malo es?— me atreví a preguntar.
—Me temo que sí.. Por esa razón no debería estar besándote como lo hago ahora, ni tampoco haber permitido que lo nuestro se saliera de una simple aventura—
—Hablas como si nuestra relación fuera prohibida— le digo haciendo caso omiso de la palabra "aventura".
—Lo es. Y a pesar de eso sigo aferrándome a ti sin importarme que después ambos terminemos por arrepentirnos— pegó mis labios a su piel y depósito un beso, espantando de mi mente esa última parte.
—¿Porque habríamos de hacer eso?— suelto incrédula la pregunta. No lograba concebir una sola razón para que el se arrepintiera. En todo caso la única que había salido perdiendo en todo esto era yo. Y aún así seguía doblegado mi orgullo con tal de salvar lo poco que teníamos.
—Si mis sospechas resultarán ser ciertas tú y yo estaríamos cometiendo pecado.. Y uno de los grandes— sus manos se congelaron sobre mis piernas, rígido y demaciado serio.
—El único que me viene a la cabeza ahora es la lujuria— comenté, pero mi tono bromista no logro aligerar la densa nube de preocupación que se formo sobre nosotros. Me alejo para mirarlo, nerviosa y asustada.. ¿A que pecado se estará refiriendo el?
—Ahora que lo mencionas cargaré en la conciencia muchos más. Cómo la avaricia al desearte solo para mí— sus brazos cobraron de nuevo vida y los llevo a mi espalda baja, introduciendo sus manos entre mis bragas para tocar mis glúteos.
—Se te olvida el perjurio. Porque es obvió que me jurarás que el motivo para seguir escondiendo lo nuestro no es evitar que llegue a los oídos de tu novia—  la pasión vuelve a poderarse de mí, con mucha más fuerza. Tanta que me es imposible quedarme quieta. Lo despojo de la camiseta para pasar mis palmas sobre sus pectorales.
—Marinette yo no tengo novia. Nunca la he tenido. Chloe como todas las demás sólo fueron una distracción mientras llegabas tú— me aseguro pegandome más a él.
—Si pretendes que me sienta halagada, te informo que es todo lo contrario. A diferencia de ti, en mi vida solo ha existido Nathaniel..—
—No vuelvas a mencionar su nombre...— le pongo mi dedo índice sobre los labios para silenciarlo.
—Tarde o temprano tendré que hablar con el. Técnicamente sigo siendo su novia y me siento horrible traicionándolo con tigo— Adrien atrapa mi dedo entre sus dientes, y lo chupa con sensualidad. El corazón me tembló de puro deseó, moviendo violentamente la sangre por mi cuerpo ya sobreexcitado.
—¿Te has puesto a pensar que probablemente Nathaniel pudo ser el chico con el que Ángela tuvo intimida?— su grave y profunda voz retumbó contra mi piel. No quería responder y ciertamente no me interesaba pensar en eso. Prefería ocupar mi tiempo para disfrutar al máximo del momento. Del calor y la energía sexual que irradiaba su bien trabajado cuerpo. —¿Marinette?— me apremia al ver que me reuso a hablar del tema. Le tomo del cuello y lo obligó a cambiar de postura, hasta que quedamos de nuevo recostados y su cuerpo quedó sobre el mío.
—Es imposible— dije. —Ella es mi mejor amiga y El me ama...—
—No te cierres Marinette. Y sobre todo no metas las manos al fuego por ellos— me calló con rudeza. Mirándome fijamente a los ojos.
—¿Porque tengo la sensación de que siempre soy la última en enterarme de todo?— preguntó dos octavas mas alto, a causa de la notoria y rígida erección de Adrien. Me pareció impresionante como podía sentirla tan claramente si el aún no se había quitado por completo la ropa. Sin pensarlo dos veces bajé su cremallera, liberando su delicioso paraíso..
—Debes estar muy incómodo..— murmuré acariciando el enorme bulto por encima de su bóxer. Gruño y me mordió el hombro lo cual solo me incitaba a continuar. Sintiéndome más temeraria que nunca meto la mano y lo envuelvo, subiendo y bajando con lentitud..  El jadeó en voz alta para después descargar sobre mi cuello un rotundo gemido de placer.
—Si prestarás mas atención..— intento hablar pero la voz le falló. Su respiración estaba al tope y podía sentir su corazón latir desbocado contra su pecho.. —Te darías cuenta de las verdaderas intenciones de quiénes te rodean— termino y suspiró. Yo aún seguía deleitándome con su carnosa y potente virilidad.
—Yo por ejemplo. Habrías podido evitar que te arrastrará con migo a esta montaña rusa sin retorno— retire la mano y el volvió a suspirar. Sonreí ansiosa, este juego de las caricias mutuas ya no era suficiente. Mi vagina ya mojada y dispuesta lo reclamaba, lo necesitaba ya mismo en mi interior.
—Sin duda eres la atracción más excitante a la que he subido en toda mi vida— admito e inmediatamente tengo que quitarme la estorbosa sudadera y lo abría logrado si Adrien no me hubiera tomado de las manos para evitarlo. —¿Que sucede?— le cuestionó confundida.
—Marinette ya no intentare ir más lejos. No volveré a tener sexo con tigo, así espero probarte que no te quiero con migo solo por eso— ¿Que? ¿No tendremos sexo? ¿Entonces planea simplemente calentarme al tope y dejarme así? —La próxima vez  quiero que hagamos el amor cuando tú de verdad lo quieras. Con tus reglas y sin ningún tipo de presión de mi parte— (¡Es ahora!) exclamó el deseo (Dile que puede seguir..) pero no lo hice, deje que mis hormonas sufrieran del bajón que me dió.
—Tendrás que hacer más que eso. Aún no te he perdonado y es posible que nunca más quiera volver hacerlo con tigo— le digo irritada, para después apartarlo. Tal vez este era su nuevo retó, hacer que le suplique hasta que me satisfaga. Me incorporo y me subo el pantalón.. ¡¿Quien diría que algún día llegaría a molestarme el echo de no saber cómo demonios pedirle que se dejará de boberías y terminará lo que empezó?!
—¿Intentas provocarme?— inquirió Adrien divertido —¿Quieres que mi lengua siga explorando tu piel?— me sonrojó, avergonzada y furiosa con migo misma por ser tan débil y obvia.
—No...— suspiré —De todas maneras si esto no funciona, ya me será difícil olvidarte como para agregarle más— sin previo aviso estampo mi espalda contra la puerta y de manera salvaje me arranco la ropa...
—Respuesta equivocada. Ahora más que nunca tatuaré mis labios en cada parte de ti, hasta que te sea imposible olvidarme— sus cambios locos me sobresaltan de una manera exquisita.. Jamás pensé que existiría una persona tan bipolar y mucho menos que eso mismo fuera lo que más me atrajera de él. Sonreí con malicia abriéndome para darle el completó acceso que necesitaba.. Sin embargo, su celular comenzó a sonar desde algún lugar del piso, donde había caído su pantalón. Lo busco a tientas sin romper el apasionante beso.. cuando al fin lo encontró se lo llevó la oído, quien fuera que estuviera detrás de la línea debía estar escuchando el coro de sonidos y respiraciones entrecortadas que ambos estábamos produciendo.
Adrien me tapo la boca y se concentro en escuchar.. —Es Félix. Quiere saber dónde rayos nos metimos— me explicó. Mientras tanto yo di ríenda suelta a mis manos, tocando su abdomen y descendiendo asta su bello púbico. El cerro con fuerza la mandíbula, conteniendo el gemido.
—¿Le dirás que por culpa de tus locos celos me sacaste a la fuerza de la la casa, con tal de que no estuviera con Damien?— le digo traviesa contra su palma. Adrien se apresuró a colgar antes de soltar el aliento.
—El que sea mi hermano, no significa que no pueda guardarle secretos— dijo, hundiendo dos de sus lagos dedos en la apertura que lo esperaba ansiosa. Me retorcí y casi le grito que eso no era suficiente de no ser porque el continuo hablando.. —Sabes en ocasiones me parece que el y yo nacimos a destiempo. Me refiero a que por su forma de ser tan centrado y responsable, él deberia ser el mayor.. Mientras que yo soy todo lo contrario. Una alma rebelde e impulsiva que se la pasa metiéndose en problemas—
—¡Mmm!— farfullo inmersa en el movimiento rápido de sus dedos..
—Marinette hueles delicioso.... Ah Jazmín y vainilla— murmuro con la nariz pegada a mi cuello.
—¡Eso ya lo sé!— exclamé tomando su miembro para guiarlo y tomara sin perder más tiempo el lugar que le correspondía. —¡Deja de hacerte el tonto y lléname de una maldita vez!— Adrien soltó una breve carcajada para después sacar sus dedos y justo cuando estaba por introducirse su celular volvió a molestar.
Esta vez fue un mensaje.
Con exasperación lo abrió y lo leyó deprisa... —¡Maldición lo olvidé!— dijo levantándose de golpe.
—¿Eh?— le dije yo, con la mirada desenfocada y turbia por el deseo insatisfecho. Me incorpore sobre los codos para observar cómo se ponía la ropa y se brincaba al asiento delantero.
—El padre de Damien nos consiguió un lugar donde tocar..— me explicó dejándose caer en el lugar del piloto. —Tenemos dos horas para llegar— el motor despertó y el auto no tardó en ponerse en marcha.
—¿Donde es?— le pregunte. Cientoveinte minutos me parecían mucho tiempo y bien podríamos darnos el lujo de destinar veinte más a seguir gozando del paraíso.
—Es un club nocturno a las afueras de París. Es famoso y muy concurrido, justo lo que necesitabamos para hacernos notar— respiró hondo y me siento. Posteriormente sin más remedio me comencé a vestir...
—Como si tú no fueras ya famoso. ¡Señor modelo de revista!— le dije al tiempo que me sentaba a su lado.
—No te negare que eso ayuda, pero no es suficiente para que las disqueras se interesen en nuestra música—
—¿Porque mi tío Gabriel no utiliza sus influencias para ayudarte?— mi pregunta no le gustó, lo supe por la mueca que me dedicó.
—Porque no lo necesito. Haré esto por mi cuenta sin importar que fracasé en el intento— devolvió la vista al camino, con el enfado surcando sus facciones.
—Entiendo..— dije seria, clavando los ojos en la ventanilla.
Durante el trayecto me pregunte una y otra vez si lo que sentía por el y lo jodidamente viva que me hacia sentir eran suficiente para soportar sus cambios brusco y repentinos de ser. ¿Si seria capas de perdonarlo cada vez que las cosas se pusieran difíciles entre nosotros y el sexo no lograra solucionar nada?. Tal vez lo que teníamos no era mas que una simple atracción que tontamente confundía con amor. De cualquier modo ya era tarde para echarme para atrás. No me quedaba otra opción que seguir montada sobre el carrito y aferrarme con fuerza a las curvas peligrosas que seguramente tiene la montaña rusa de Adrien Agreste.
Al cabo de una hora y media por fin llegamos. Se estaciona en la única plaza disponible, frente al almacén cuadrado de fachada rústica y desvaída. Antes de bajar se acomodo la camiseta al igual que el cabello. Me entraron ganas de pedirle que me dejara las llaves y volver sola a la granja, pero justo antes de que pudiera hablar se giró hacia mi para tomarme de la quijada y besarme..
—Bonita, lamento si fui muy duro con tigo. El solo echo de hablar de mi padre me saca de mis casillas— no pude decirle nada, me quede como boba perdida en el verdor de sus ojos.. —Cuando esto acabe tu y yo nos iremos algún motel y prometo hacerte ver las estrellas— dijo con picardía. Me estampa un último beso y lo sigo al exterior. (¡Mas te vele trabajar en tu resistencia!) me recuerdo de camino a la entrada del lugar. Una larga fila de personas que esperaban tener acceso al club, abarcaban la acera izquierda. Adrien se dirigió directamente a la puerta custodiada por dos hombres con músculos y exceso de tatuajes.
—Identificaciones— pidió uno de ellos con indiferencia.
—Soy parte del grupo que tocara el día de hoy— le dijo Adrien cruzando los brazos sobre el pecho. —Si desconfías puedes ir a dentro y preguntarle al dueño— el guardia de cabello largo y negro no lucia muy convencido ni tampoco parecía que fuera a tomarse la molestia de caminar y preguntar si eso era cierto. Se quedo en su lugar y nos miro ceñudo, primero al rubio y después a mí..
—Ella es nuestra hermosa y sexi bailarina..— comento el ojiverde —¿No les parece que es demaciado para nosotros?— colorada lo fulminó con la mirada.
—No se nota mucho con esa enorme sudadera puesta..— respondió el de la cabeza rapada y argollas en la oreja.
—Creanme es perfecta de los pies a la cabeza— ardía de vergüenza. Los dos tipos me observaban con sonrisas burlonas y desagradables.
—¡¿Nos dejaran entrar si o no?!— pregunte demaciado incómoda. Ambos intercambiaron una rápida mirada antes de quitar la cadena y dejarnos pasar. Me adelanto y me adentro en el obscuro y ruidoso interior.
La música sonaba ha todo lo que daba, demasiada alta para escuchar siquiera mi respiración. Entre cierro los ojos a causa de las luces fluorescentes que prendían del techo en todas las direcciones, y me dispongo hacia la barra, lejos de la abarrotada pista de baile. Me toman del codo y retrocedo los cuatro pasos que ya había dado. Era Adrien llevándome en la dirección contraria.. Pedirle que me soltara estaba de mas, dado que ni siquiera me escucharía, lo seguí hasta que se detuvo en un apartadó. El hombre sentado nos observo y un minuto después se puso de pie. Alzó la mano para hacerle una seña al dj que se encontraba en la marquesina que servia de techo sobre la barra. El chico asintió y redujo el volumen de la música.
—Adrien Agreste y ella es Marinette Dupain Cheng— nos presento Adrien. El hombre de mediana edad nos estrecho la mano y sonrió con amabilidad.
—Un gustó soy Theo— no necesitó decir que era el dueño, se le echaba de ver en la ropa cara y de marca, sin mencionar los anillos de oro que adornaban sus manos. —¿Donde está el resto de tu banda?— le pregunto mirando a su alrededor.
—Nosotros nos adelantamos así que supongo que no tardarán en llegar—
—Bien en ese caso síganme les mostraré el escenario—
La tarima de madera se encontraba del otro lado, cerca de la barra. Sobre ella se encontraba la batería, los amplificadores y un teclado. Me quedo parada, mientras ellos dos suben los cuatro escalones y hablan sobre la presentación.
—¡Hola hermosa!— me dice Damien picando juguetón mis costillas. Me vuelvo hacia el y le sonrió.
—¿Angela no vino con ustedes?— les preguntó tras observarlos a todos.
Alya niega con la cabeza. —No. Dijo que se sentía indispuesta y prefirió quedarse a dormir— me preocupé, tenía que ser grave para que ella prefiriera estar en casa y perderse la oportunidad de hacer barullo.
—¿Donde esta Adrien?—
—Sobre el escenario— le respondí a Félix quien venia cargado con dos guitarras y un montón de partituras bajo el brazo. Me regalo una sonrisa ha modo de agradecimiento y se marcho para reunirse con su hermano.
Damien me acarició la mejilla antes de seguir a Nino y a Félix. Me sentí horrible, si el guardaba algún tipo de esperanza era única y exclusivamente mi culpa. Si el sufría al igual que lo estaba haciendo Nathaniel por mi estúpida indecisión no me lo perdonaría jamás.
Decidimos esperar que comenzara la presentación sentadas en los bancos de metal junto a la barra.
—Marinette tengo una duda... ¿Tu y Adrien tienen algo?— preguntó Alice.
—No.. ¿Porque lo preguntas?— ella se aparto el cabello suelto del rostro y se encogió de hombro.
—Simple curiosidad..— me respondió llamando la atención del barman.
El chico de aproximadamente veinte años dejo tres vasos sobre la superficie de granito y dijo. —¿Tienen edad para beber alcohol?—
—Tecnicamente estamos a días de tenerla así que. ¿Que mas da?— el se río entre dientes y los lleno de soda.
—No es que desconfíe de tu palabra, pero sin identificación no puedo servirles otra cosa—  Alice le sonrió coqueta y acepto la bebida. No me extraño que no lo creyera, aunque fuera cierto. Con esta sudadera debía lucir como una niña y era lógico que los cuatro meses que me separaban de la mayoría de edad le parecieran años.
—Descuida, lo último que quiero es meterte en problemas— el le guiño un ojo y paso ha atender al siguiente cliente.
—¿Que fue todo eso?— le preguntó Alya —¿Crei que estabas interesada en Félix?—
—Y lo estoy. Solo que tengo que buscar con quien entretenerme mientras espero que el se decida—
—El es muy guapo en mi opinión supera al menor de los Agreste— no interviene en el debate que se desato y opte por darle un largo trago a mi refresco de cereza..
Unos minutos después la música fue perdiendo volumen, hasta quedar solo de fondo. Todos los presentes captaron el aviso y se aglomeraron al pie de la tarima. Alya y Alice saltaron de su asiento y se dirigieron al fondo. Las habría podido seguir de no ser porque Adrien me atrapo por la cintura y se abrió paso hasta una zona obscura apartada de cualquier mirada curiosa.
—No podría subir allí sin mi beso de buena suerte—  me dijo. Me carcajeó y le doy lo que me pidió.
—Te aseguro que no te veras bien con los labios hinchados por tanto besarnos— ahora fue el quien se río.
—Marinette tocaremos tres canciones, y una de ellas será dedicada exclusivamente para ti— asiento y retomo sus labios...
—¡¿Agreste que demonios haces?!— grita Nino desde algún punto detrás de Adrien.
—Suerte...— tras decirlo el se fue.
Al cabo de un instante me reúno con las chicas. Han optado por quedarse hasta atrás, evitando así la molestia de estar entre el tumulto de jóvenes que esperaba ansiosos que la banda empezará a tocar.
Alya grito al igual que el resto cuando Nino golpeó con ritmo pegajoso la batería. Posteriormente se escucharon las estridentes guitarras y por último se unió el sonido del bajó. Me impresiono que aparte de Alice y Alya la mayoría ya se supieran la letra. La cantaron fuerte coreando al vocalista principal.
La siguiente canción comenzó lenta con un solo de guitarra. El sexi rubio me buscó con la mirada y me guiñó el ojo antes de comenzar a cantar. Si alguien aparte de mi se dio cuenta no lo demostró, todos sin excepción saltaba y se movían eufóricos al compás de las alocadas y complejas notas. Una sonrisa boba se me dibujo en el rostro en cuanto escuche la parte que decía (Tu mi linda chica de cabellera azabache) Supe que esta era la dedicatoria que Adrien prometió.
—¿Acaso mi novio podría ser más asombroso?— pregunto una voz chillona, una que desafortunadamente reconocí de inmediato.
—¡Solo intenta ignorarla. Es justo lo que yo hago en la escuela!— me aconseja Alya.
—Escuche rumores de que tú eres prima de Adrien. Algo que sinceramente dudo mucho— continuo Chloe, pasando por alto el comentario de la pelirroja. —Luces bastante simplona como para ser parte de una familia tan importante— respiro hondo y cuento mentalmente hasta diez... ¡Ignorarla era imposible!
—Lo dice alguien cuyo cerebro se secó por tanta agua oxigenada— Chloe se volvió hacia mi.
—¿Disculpa? ¡Soy rubia natural!— exclamó con desprecio.
—¡Claro! ¿También dirás qué eres una virgen pura y santa?— le solté sarcástica, encarándola también.
—¡¿Quien te cree que eres para hablarme así? ¿Debo recordarte quien es mi padre?!— sus ojos eran un par de rendijas por donde se filtraba la ira y el odió.
—¡No hace falta. Ya sé que eres una estúpida que se esconde bajo la sombra del alcalde!—
—¿Estúpida? ¡Mira quién lo dice, la chica que se cree el cuento de qué la canción es para ella!— logro darme donde mas me dolía, sin necesidad de ponerme un dedo encima. Ella lo sabia y sonrió con suficiencia antes de seguir. —Me complace informarte que la letra original es para mí. Adrien solo tubo que cambiar rubio por azabache— agite la cabeza energéticamente, negándolo rotundamente.
—¡Mientes!— le dije con la respiración acelerada por la rabia.
—Te daré un consejo y por tu bien espero que lo pongas en práctica. No se te ocurra poner tus ojos en Adrien y si de casualidad ya lo hiciste olvídate de el antes de que sufras una enorme desilución. ¡Porque el es mío!. ¡Siempre lo ha sido!— esboza una sonrisa torcida seguramente por la cara dolida que yo había puesto. (Ah ella jamás le pidió que guardara el secreto, por lo tanto tiene razón) 
—¡El ya no te quiere!. ¡De echo nunca lo hizo..— le gritó esperando devolverle el golpe. —...Fuiste para el solo un juego, una distracción!— su sonrisa se desvaneció, haciendo al mismo tiempo un gesto de incredulidad con la cabeza. Apretó con tanta fuerza la lata de cerveza que tenía entre la mano que temí que la partiría en dos.
—¡Maldita zorra, no dejaré que te interpongas!— me gritó abalanzándose sobre mi. Las personas que estaban detrás mio se hicieron aun lado y termine callendo de espalda. Chloe se monto a horcajadas y derramo todo el liquido helado sobre mi cara, para después tirar de mi cabello y estrellar mi cabeza contra el pisó. No me quede quieta y le propine un puñetazo directamente sobre la nariz. Su cabeza retrocedió y me soltó para cubrirse la cara. La empujo e intento ponerme en pie, pero las manos de Chloe me retuvieron para poder impactar un certero golpe en mi mandíbula y no solo eso enterró como fiera sus largas y filosas uñas de acrílico sobre mis mejillas... Grito y la empujó.
Aprovechó para tirar puñetazos a diestra y siniestra, manchando mis nudillos con su sangré. Por detrás de ella pude ver a Félix, quitándomela de encima. Me pare para seguirla esto no se quedaría así.. Adrien me apresa de la cintura y fue entonces que me percate del gentío que se había reunido para presenciar la pelea. El escenario estaba vacío y todos guardaban silencio.
—¡Suéltame aún no he terminado con ella!— grito forcejeando. Con certeza lograría arrancarle sus costosas extensiones. 
—Te arrepentirás de haber nacido me oyes!— me grito ella con voz gangosa, se ha tenido que apretar el puente de la nariz para frenar la hemorragia. 
—¡Chloe Tranquilízate!— le pidió Félix llevándosela con él.
Mientras que Adrien sin mas me arrastró a la salida. Durante el camino su agarre me lastimo el antebrazo algo que no parecía importarle en lo mas mínimo..
—¡Esa chica me pone furiosa!— le digo una vez que estuvimos a la sombra del muro lateral del club, fuera de la vista curiosa de los guardias.
—¡¿Quieres explicarme porque demonios armaste tal escándalo?!— pregunto el ardiendo en cólera.
—¿Yo? ¡Ella fue la que comenzó!— puse los brazos en jarra, indignada por su tono de voz y por que prefirió echarme a mi la culpa en lugar de a la reina del drama.
—Debiste ignorar sus provocaciones Marinette. ¡¡Gracias a ustedes dos es muy posible que no volvamos a pisar este maldito lugar!!— no me trague eso último, y por supuesto que se lo dije.
—¿Es solo por eso?.. ¡Porque tengo la ligera sensación de que te molesta que tocará el cabello teñido de tu noviecilla!— Adrien resoplo, pasándose ambas manos por el rostro.
—¡Eres imposible!— me dijo con absoluto desdén.
—¡¡¿Sabes que?¡¡— comencé hirviendo en rabia a mas no poder —¡¡Tu estúpida banda, tu ridícula novia y tú váyanse al diablo!!— le doy la espalda y devuelvo los pasos en dirección a la desierta carretera.
—Esta vez no pienso seguirte...—  me dice. —¡¡SOLO ESO SABES HACER MARINETTE. ARRUINARME Y DESPUÉS LARGARTE!!— me quedo rígida un segundo antes de girarme de nuevo hacia el.
—¡PÚDRETE!— le grite y acompañe la palabra con un gesto obsceno, cortesía de mi dedo medió.
No me quedo para ver su reacción y continuó caminando. Sintiéndome rechazada dolida y muy decepcionada con migo misma. Ya no me reconocía, era como si Adrien me hubiera cambiado desde adentró, al grado de rebajarme a peliar literalmente por él. Me detengo y miro por encima del hombro solo para comprobar que efectivamente el cumplió con su palabra. (Seguramente se largó a consolarla) Me ardieron los ojos y posteriormente me empezaron a lagrimear.
Al cabo de un rato con el dorso de la mano me secó las últimas gotas, y retomo el pasó, siguiendo la cuneta.
En algún momento un auto tenía que pasar..

Espero les haya gustado el capítulo... Dejen todos sus comentarios y tambien sus votos.. :)

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