—Es.. Es Ethan..— murmuré con voz ahogada.
—¡Joder!..— exclamo Adrien soltando de golpe el aliento, no se movió a pesar de que los toques en la puerta aumentaban su fuerza. ¡Demonios! ¿Como saldríamos de esta?. Me quedo unos segundos mas antes de empujarlo y obligarlo apartarse, bajo de la mesa y me doy cuenta de que estoy completamente desnuda, ¿en que momento me había quitado el sostén?..
—Esto es malo..— digo al tiempo que me ponía las bragas.
—Calma, quizás sea el momento para enfrentar las cosas..—
—¿No lo entiendes verdad?— lo corto parando de vestirme para fulminarlo con la mirada. —Si el te ve, se acabo todo..— su mirada y su rostro se oscurecen, pero no parece preocupado, de echo no parece tener intenciones de ponerse de nuevo la camisa y ayudarme a buscar una rápida salida.
—Lo único que entiendo es que te preocupa demaciado que el sepa lo nuestro. Despierta Marinette, el sabe perfecto que me amas. Lo supo cuando tuvo que secuestrarte para poder casarse con tigo— niego con la cabeza y retomó lo que estaba haciendo..
—Baja la voz ¿quieres?— le pido y me abrochó como puedo el sostén.. —No me dejas pensar..—
—¿Que hay que pensar? Solo habré la maldita puerta y deja que se golpe la cara contra la realidad..— me termino de poner la blusa y miro frenéticamente toda la habitación.. ¿Funcionará si se oculta bajo el escritorio? Vuelvo a repasar todo el lugar hasta que doy con el cuadrado que hay en la parte superior del muro..
—La ventana.. Sal de aquí por la ventana..— le digo y me acerco jalando con migo una silla..
—No. No saldré de aquí como un ladrón.. — responde y para entonces ya me encuentro sobre ella y abriendo de un tirón la ventana corrediza. Me bajo de un salto ignorando los golpes en la puerta.
—Por favor hazlo, ¿si?.. Mira te prometo que me desharé de el lo mas pronto posible.. Solo vete ya— le sostengo la mirada esperando que vea en ella lo peligroso que seria si se niega a hacerlo y por consecuencia Ethan lo descubre.. ¡Dios, no quería ni imaginarlo!..
—¡Marinette si no abres tiraré la jodida puerta!— gritó colérico desde afuera. Tomó del cuello a Adrien y me paro de puntillas para besarlo, luego recojo su camisa y lo empujó en dirección de la ventana..
—Bien, pero tengo un mal presentimiento sobre esto..— me dice tomando la camisa y subiendo a la silla, con ansiedad lo veo escabullirse y saltar al pasillo que hay del otro lado. Sin perder más tiempo cierro la ventana, acomodo la silla, mi ropa y cabello. Las flores decido ocultarlas detrás del sofá junto con los álbumes y los trabajos de Aiden. Me calzo los zapatos y respiró hondo para luego correr hacia la puerta..
—¡¿Porque demonios tardaste tanto?!— pregunta una vez que abrí y el entró echando chispas a la habitación.
—Lo lamento.. Estaba inmersa en mi trabajo..— soy consiente de que mi voz reflejaba muchas cosas menos tranquilidad, estaba acelerada y muy excitada. —¿Que haces aquí?— pregunté solo para distraerme..
—¿Estabas con alguien?— pregunto a su vez mirando de manera recelosa cada rincón..
—¿Que?. No. No, claro que no.. como ves no hay nadie aquí. Puedes ver debajo del escritorio si así lo quieres..— aquello no le causó gracia, se movió por todo el lugar para luego quedarse quieto y mirarme fijamente.. (¡Por piedad, que mi rostro no revele nada!)..
—¿Entonces porque luces tan nerviosa y agitada?.. ¿Porque presiento que me engañas?— pasó saliva, debía suponer que no podría fingir.
—Son..— carraspeó la garganta.. —..Son puras ideas tuyas, sabes que yo no haría eso..— sus ojos no se suavizan y alcance a percibir que no me creía, sin embargo, relaja la postura y sonríe, algo todavía mucho peor..
—Tienes razón, sabes que no te conviene..— (si, lo sé y aún así de salir bien librada de ésto buscaré a Adrien para seguir con lo que arruinaste).. —Bien, estoy aquí porque el director Salvatore me llamo para pedirme asesoría legal sobre los cuadros que esta apuntó de comprar— intento que mi corazón se calme, tal parece que las cosas comienzan a enfriarse..
—Eres un hombre muy ocupado y debiste decirle que no..— hablo más agudo de lo normal y por supuesto que el lo notaba, tengo la adrenalina desatada por las venas y el miedo amontonado en el estómago.
—Lo se, pero es un gran amigo de la familia, además aproveche para cancelar todos mis compromisos y poder pasar la tarde con tigo y Aiden. Quizás ir a comer y después a un parque de diversiones— hace una pausa para acercarse a mí y tomarme de la cintura de manera posesiva y demaciado ruda.. —¿No te agrada la idea?— odiaba cuando hacía eso y me besaba el cuello, como justamente lo hacía ahora..
—No. Ciertamente no, pero supongo que no me queda de otra ¿verdad?— intento retroceder y poner distancia, pero sus manos se vuelven una cárcel y sus besos son pequeñas mordidas a mi piel.
—¡Oh cariño! No pierdes la mala costumbre de echar a perder todo lo bueno que trato de hacer por mejorar nuestra relación. Eso me saco por dejar que la llama entre nosotros se apagará..— su aliento me quema y sus palabras me revuelven el estómago. ¿Cual llama? Quise preguntar, si entre nosotros solo habia sexo y nada más, simples acostones sin pasión o amor, al menos por mi parte así era y lo seguiría siendo.. Me acaricia el rostro para después soltarme y retroceder.. —Vamos, ya deben estarnos esperando y será mejor si acabamos cuanto antes con este asunto..—
—¿A que te refieres?—
—¿El director no te avisó? Me dijo que tu también estarías presente en la junta con los vendedores, ya sabes para dar tu punto de vista sobre el estado actual de los cuadros— cada palabra me cae como hielo' y desifrarlas me toma siglos..
—Pero yo no..— farfulló cayendo en la cuenta de que los vendedores de los que habla son Adrien y Nino, por lo tanto Ethan acabaría por verlo y saber que el había estado aquí.
—¿Hay algún problema Marinette?— por un momento creo que ya lo sabe y su forma tan amable de hablar y comportarse son solo trucos para llevarme al límite y ser yo misma quien termine confesando.. —¿Tienes algo mas que hacer?— continúa preguntando al ver que mi boca sigue cerrada.
Aprieto los puños y termino por decir.. —No..— después simplemente me lleva con el, aferrando con demasiada fuerza mi mano derecha. Deseé que el pasillo se hiciera interminable, para así no tener que llegar nunca, pero como de costumbre el universo no estaba de mi lado y lo cruzamos en cuestión de minutos. Ethan abre la puerta que daba a la bodega y me obliga a entrar.. (Vamos piensa en algo) me digo a mi misma al ver la espalda de Adrien y de Nino.. (Finge que estás a punto de desmayarte antes de que sea demaciado tarde)..
—Señor Salvatore, que gusto volver a verlo..— el director se vuelve al escuchar a Ethan.. (¡Reacciona el tiempo se agota!)..
—Lo mismo digo Ethan..— responde el hombre y el alma se me cae al piso.. (Demaciado tarde ya se han vuelto)..
—Mira te presento a los señores Adrien Agreste y Nino Lahiffe. Ellos son lo proveedores..—
—¡Valla, pero que sorpresa!— exclamó Ethan soltando mi mano para rodear con el brazo mi cintura..
—¿Cómo, ya se conocían? — el director es el único realmente sorprendido y confundido aquí. Nino solo luce incómodo y nos mira con desconfianza, seguro teme que su amigo pierda la cabeza por culpa nuestra. (De ser así ya eramos dos).
—Si, hace ya muchos años atrás mi querida esposa y yo tuvimos la suerte de conocer al señor Agreste y a toda su familia.. Debo decir que una muy disfuncional familia— me atrevo a ver a Adrien quien frunce el rostro con desprecio, lo cual parece gustarle mucho a mi esposo porque lo escuché reír entre dientes.
—Ahora entiendo su reacción cuando le mencione que ella era la señora Mercier— comento el director dándole a Adrien un apretón en el hombro. Sentí la mano de Ethan ceñirse más a mi piel, tanto que estuve segura de que me dejaría hematomas con la forma de sus largos dedos. Esto no terminaría bien..
—Estoy seguro de que Marinette no tenía idea de que el estaba haciendo negocios con usted, porque de otra manera me lo habría comentado enseguida ¿cierto cariño?— si, no saldría nada bien, no para mí. Ethan me sacude y capto con miedo la indirecta..
—Si.. No lo sabía..— un escalofrío me recorre el cuerpo al ver por el rabillo del ojo como gira el rostro para hablarme al odio.. —Mas te vale que así sea..— el hiló frío me recorrió la espina dorsal y sentí ganas de salir corriendo de aquí.. A continuación reprimo la mueca y el quejido de dolor que me provocan sus dientes al morder el lóbulo de mi oído, encajó la mandíbula y cierro un momento los ojos..
—Bueno, si no les importa pasemos a revisar los cuadros.. ¿Ethan ahora que ves el producto que opinas sobre las cifras que te mencione por teléfono?— los mantengo cerrados para no ver si Adrien logro darse cuenta de como Ethan se las arreglaba para torturarme en público. Cerré también las manos que me sudaban a chorros y eso no logró disminuir el temblor que azotaba mis extremidades, en realidad no sabia si era solo yo o es que todo el mundo estaba temblando.
—Creo que es lo justo, es decir son únicas y de un muy bueno y reconocido pintor, así que opino que será enriquecedor para la exhibición y el museo en general— escuché que dijo Ethan algunos minutos después, ¿porqué no podía cerrar también mis oídos para no tener que escucharlo nunca mas?.
—Si, eso es cierto..— me importó un bledo lo que decían y me refugie en sentir la energía que la cercanía de Adrien producía, me imagine que era su brazo el que me mantenía pegada a el y por lo menos sirvió para bajar un poco el miedo que sentía..
—¿Marinette?..—
—¿Eh?— respondo y abro los ojos al mismo tiempo, cayendo de bruces de la nube..
—¿Que hay de las reparaciones y cuanto tiempo tardaran en estar listos para la vista del público?— repitió el director Salvatore con irritación.
—Oh, creo que unos cuantos días.. Me dedicaré exclusivamente a ellos— en realidad ni siquiera los había visto bien, cometí la torpeza de mirar a Adrien cuyos ojos verdes me hipnotizaron por completo..
—Perfecto, entonces creo que ya no hay razones para posponer mas la compra— me sostuvo la mirada y me parecía que intentaba decirme algo, tal vez que se moría de celos y que esperaba que yo pusiera distancia entre Ethan y yo. (Lo lamentó pero no puedo) hacerlo sería acabar de demostrarle a Ethan que el tenía razón y que mi nerviosismo era producto de la presencia de Adrien Agreste. Lo cual era cierto.
—No sabe que feliz y tranquilo me deja escuchar eso..—
—¿Porqué señor Mercier?— lo interrumpe Adrien hablando por primera vez desde que entramos aquí.. —¿Que es lo que tanto teme?— sonaba tan serio y aparentemente tranquilo que lejos de calmarme me heló la sangré..
—¿Yo? Absolutamente nada, en realidad es usted quien debería estar preocupado.. Ya debe saber que no soy hombre de juegos ni rodeos y termino saliéndome con la mía sin importar cuanto se opongan..— su agarre se volvio violento, al grado de tener que encoger mi costado y morderme el interior de la mejilla para evitar quejarme en voz alta..
—Si, ya me doy cuenta, pero no debería presumirlo tanto ya que no es suficiente tener el trofeo en las manos sino se ha ganado limpiamente. Y usted nunca ha jugado limpio, la señora Mercier no me dejara mentir— (¡Demonios para de provocarlo!) le grite mentalmente, mis dientes estaban a punto de perforar mi carne..
—¿Así? En ese caso vamos Marinette, dile a este tipo lo felices que hemos sido juntos. Dile cuanto es que me amas— jalo aire con la nariz mirando con ansiedad a Adrien... —¡Dilo ya!— me exige Ethan y su rudeza me hace abrir la boca y soltar de tajo todo el oxígeno guardado..
—Si, somos inmensamente felices.. Lo amo.. Lo amo mas que a mi propia vida..— sonaba como un títere a merced de su dueño, con la voz demasiado nerviosa y rota para ser realmente creíble.
—Es obvio que la estas presionado para que diga esto..— Adrien da un paso a delante con las aletas de la nariz dilatadas y las manos ya en puño..
—Puedes pensar lo que quieras, que nos tiene completamente sin cuidado—
—¡Te voy a partir la cara, ¿me oyes?..— exploto el rubio, listo para saltar en cualquier momento y cumplir con su amenaza.
—Adrien cálmate ¿quieres?— le pide Nino y de inmediato posa su diestra sobre el hombro de su amigo.
—Adelante, hazlo, te garantizó que no serás tu quien pague los platos rotos..— le toma a Adrien medio segundo sacudirse la mano de encima y medio mas lanzarse e impactar su derecha sobre la mandíbula de Ethan. Apenas si logro apartarme a tiempo y ver con los ojos muy abiertos y dilatados por el horror como se tiraban al piso donde continuó propinándole la paliza que le prometió..
—¡No me asustan tus estúpidas amenazas..— le gritaba Adrien.. —..Te haré pagar todo el daño que le has echó!— no pude reaccionar, pero sabia que debía detenerlos, sobretodo porqué las palabra de Ethan seguían dando vueltas en mi atolondrada cabeza.. Yo pagaría los platos rotos y eso me dejaba en estado de pánico.
Aun así me obligó abrir la boca y gritar lo mas fuerte puedo.. —¡Adrien no!.. ¡Por favor dejalo ya!— (¡Sino lo haces ya no habrá manera de volver a vernos!).. Por fin ambos hombres se mueven y tratan de separarlos. Nino logra hacer que Adrien pare y lo apresa por la cintura para evitar que vuelva a montarse sobre el castaño que apenas si podía ponerse en pie, aun así se sacude con rabia las manos del director y le dedica a Adrien las mas sería y mortífera de sus miradas..
—¡ESTO NO SE QUEDARA ASÍ. TE JURO QUE LO VAS A LAMENTAR!— su grito me detiene el corazón y se exactamente como lo hará pagar, o mejor dicho como es que me hará pagar a mí. Se endereza y me jala de antebrazo para llevarme de vuelta al pasillo, me cuesta seguirle el ritmo aun estoy pérdida en los muchos métodos de tortura que Ethan Mercier tiene reservados para mí.
—¡Ethan sueltame, me estas lastimando..— es inútil ya que no frena y mucho menos me suelta, es un echo que me llenaré de moretones. Continuó dando traspiés hasta llegar al pasillo principal donde cambia de rumbo para acercarse al escritorio donde Alexa hacia de niñera.
—Aiden ya es hora de irnos..— el niño alza la mirada sin moverse de la silla donde esta sentado.
—Pero..—
—¡Con un carajo, vámonos ya!— le grita Ethan. Los ojos de Aiden se abren con miedo y sorpresa mientras se baja y corre para tomarlo de la mano. (¡Miserable!) grito mi fuero interno lleno de impotencia. Reanuda la caminata y no puedo evitar mirar por encima del hombro, solo para comprobar que nadie viene para ayudarnos. ¿Porqué demonios Adrien no me siguió? ¿Porqué no podía mandarle un mensaje mental para implorar su ayuda? Una vez fuera del edificio Ethan suelta a Aiden para abrir la puerta de su auto, le indica con la cabeza al pequeño que suba y posteriormente me empuja al interior..
—¿Ethan que piensas hacer?.. Yo te juro que no sabia..—
—¡Cierra la boca Marinette, que ahora no quiero escuchar tus excusas!— me interrumpe a la vez que se acomoda a mi lado y cerraba la puerta de un portazo. —Llévanos al parque de diversiones mas cercano..— su orden me desconcierta, no era lo que yo esperaba. Creí que sus planes ahora serían ir al aeropuerto y tomar el primer avión que nos llevara muy lejos de aquí. Respiró un par de veces sin lograr que el aire refresque mis pulmones, tengo demaciado pánico atorado en el pecho que temo que termine por explotar.
Cinco minutos mas tarde el auto toma la desviación para entrar en el estacionamiento del parque y aun sigo sin comprender cuales son sus verdaderas intenciones.. —¿Listo para divertirnos campeón? — le pregunta y su voz me hace saltar en mi lugar.
—¡Si, por fin saldremos los tres juntos!— responde Aiden emocionado.
—Lo lamento pero mamá no esta invitada, me refiero a que ella debe estar muy indispuesta y será mejor si regresa a la casa y piensa en lo que a echo mal— giro la cabeza y lo observo perpleja..
—¿Que?.. No, no puedes hacerme esto, no dejare que te lleves al niño tu sólo..— cierro la boca al sentir su mano sobre mi muslo..
—El no corre ningún peligro con migo, soy su padre ¿lo olvidas? Además mis problemas no son con el, sabes de sobra que lo quiero muchísimo a pesar de todo— mientras hablaba su agarre se volvió demaciado apretado, arrugó el rostro y suelto un quejido ahogado.
—Ethan por favor.. Te lo ruego..— casi no puedo articular palabra, su mano no cede y ya comienzo a temer en serio por lo que me esperaba.
—Llévala directamente a la casa y asegúrate de dejarla en nuestra habitación..— le ordena a su chofer, me suelta y abre la otra puerta para bajar del auto.. —Ah y que no salga de allí— remata antes de volver a cerrar y alejarse con mi hijo..
—¡ETHAN!..— le grito y comienzo a forcejear contra la manija sin éxito alguno, el chofer debía haber activado los seguros automáticos. Observó por la ventanilla trasera como se perdían en la fila de la taquilla y un miedo atroz se apodera de todo mi sistema nervioso. ¿Y si no volvía a ver a mi hijo? No, el no seria capaz de eso.. (No te engañes, sabes que es capaz de eso y más..) Me vuelvo y cambio de blanco..
—Escúchame, por favor para el auto..— le pido al chofer que apenas si me miro por el retrovisor.. —¡Con un demonio que pares el maldito auto!— grito llorando a mas no poder. La velocidad no disminuye, se mantiene constante y sin titubeos.
—No puedo, lo siento mucho— dice al fin con voz resignada. ¡Maldita sea! ¿Acaso no se daba cuenta de lo que estaba pasando? ¿Porque nadie quería ayudarme?..
La maldita mansión toma forma mientras el auto se estaciona. No me muevo y me quedó echa un ovillo en el asiento repitiendo en mi mente sin parar que esta nueva pesadilla también pasara.. El chofer me obliga a bajar y me arrastra a la entrada, recorriendo de igual manera el recibidor, las escaleras y por último el pasillo, abre de un tirón la puerta de mi habitación y me empuja dentro, caigo de bruces y como puedo me incorporo para ver como cierra con llave desde fuera.
Me quedo en el piso con la espalda recargada sobre el borde de la cama y el rostro oculto entre las piernas. No había otra cosa mas que hacer, el hombre que duplicaba mi tamaño y fuerza seguramente se ha quedado a montar guardia en el pasillo por lo que forzar la cerradura era una completa perdida de tiempo y energía. No quería llorar, odiaba que Ethan viera cuanto lograba dañarme, y sin embargo, las lágrimas no paraban de salir y se deslizaban frías mojando todo a su pasó.
La luz que proyectaba el sol al entrar por la ventana fue el único indicio que tuve para saber que el tiempo pasaba.. Se fue deslizándose por el piso hasta que también me abandonó para darle paso a la pálida y gélida luna..
Todo estaba en calma lo cual me permitió escuchar los pasos que provenían del pasillo. (¿Será Ethan?) Me pregunte y medio minuto después entro por la puerta. Mis ojos nervioso ya estaban acostumbrados a la escasa iluminación así que ver su rostro no me fue difícil, se quedo parado y por un rato nos limitamos a clavarnos puñales mutuamente..
—¡¿Donde esta Aiden? Responde ¿El esta bien? ¿No le hiciste dañó?!— las preguntas salen demaciado altas a pesar de que tengo la garganta cerrada. El rostro de Ethan esboza una media sonrisa.
—Baja la voz, y no, no le hice dañó, de echo nos divertimos muchísimo y de regreso aquí se quedo dormido en el auto, pero ya esta en su cama descansando— me alivió un poco saberlo, algo que no duro mucho al verlo acercarse otro paso más a mí.. —Ahora Marinette, espero que estas horas te hayan servido para recordar que con migo no se juega. ¿Dime si entre tu y Adrien hubo algo?— mi espalda se clava contra el filo del colchón y maldigo por no haber pensando en como salir de la encrucijada que me aguardaba..
—¡NO! ¡YA TE HABÍA DICHO QUE NO!— gritar es solo un reflejo inútil de supervivencia, ya que no había nadie en la casa que quisiera intervenir. Estaba completamente sola y a merced de un demente..
—No te creó..—
—¡¿Como quieres que te lo demuestre? Haré lo que tu quieras, solo no me dejes de nuevo encerrada y lejos de Aiden!. ¡Por favor!— alzo el rostro a sabiendas que no me queda mas que rogar..
—Esta bien.. Sabes estoy dispuesto a olvidar este incidente pero tendrás que probarme que ver a ese imbécil no te importa..— escuchar eso me removió el pasado, aquel donde cometía el error de hablar de Adrien y de mis tontas esperanzas de que el viniera a buscarme. —De lo contrarió te juro que no volverás a salir de aquí, mientras que tu hijo y yo nos mudamos a Nueva york..— tomó una bocanada de aire y me arrodillo frente a él.. En la obscuridad sus dedos ya se encuentran desabrochando el botón de su pantalón, no pienso y me dedico hacer lo necesario para evitar que vuelva a encerrarme y por lo tanto alejarme de mi hijo. Los gemidos de Ethan me lastiman los odios y me llenan la mente de rabia, impotencia y un profundo asco por mi misma. Cierro los ojos y dejo que su horrible sabor me borre la dulzura de Adrien, que poco a poco la amargura me consuma y así dejar de pensar en el... Cuando culmina su fluido me pasa por la garganta y me hace sentir asqueada y con ganas de abrirme el estómago y sacarlo todo. Las manos de Ethan me toman del pelo y me jala hacia atrás para que lo suelte, caigo sobre mi trasero y después de lado, como si fuera un patético peso muerto. Después la sombra de su ropa cae al pisó y muy a mi pesar me recuerda que esto aun era solo el comienzo, me quita también la ropa y me arroja sobre la cama donde sin mas se dedica a gozar con una muñeca de trapo que prefiere bloquear su mente para así no tener que prestar atención. No se le podían llamar besos al horrible toque de sus labios ni tampoco caricias a los agarres con los que bruscamente me sometía...
—Se que estuvieron revolcándose a mis espaldas, no soy idiota.. Y con esto espero que la próxima vez que lo veas te acuerdes de mí..— murmuró introduciéndose mas duro dentro de mí. Gemí de dolor apretando las sabanas para no gritar. Volvió a penetrarme y esta ves si logró que mis recuerdos con Adrien se quemarán volviéndose cenizas en mi cabeza. Nunca mas podría volver a estar con él, no sin que las palabras y los recuerdos que Ethan me dejara en la memoria me atormentarán...
Tiempo mas tarde sigo en la cama envuelta en la sabana y con la mirada perdida en algún punto de la obscuridad. De pronto ya no soy capaz de seguir negando lo que acaba de pasar, todo mi cuerpo resiente el grotesco acto sexual y me recorre una sensación de suciedad y repugnancia, algo que me era imposible de ignorar. ¡Mierda! Odiaba esto, me enloquecía esto y sabia que la única manera de poder sobrevivir era recaer en el vicio. Salto de la cama y de paso encendiendo la lámpara para abrir el cajón de la cómoda y buscar como loca el alivio a mis problemas.. —¡Donde están? ¡¿Demonios donde rayos están?!— exclamó dejando caer la sabana para poder revolver la ropa con mas libertad..
—¿Buscas esto?— me giro al escuchar a Ethan y echo a correr hacía al el..
—Si..— respondo sin quitar mi vista del paquete de píldoras que tiene en su mano.
—Una lastima que haya decidido que ya no te las mereces..—
—¿Que dices?— me azota una sacudida de ansiedad.. —No. ¡Sabes que las necesito, sin ellas me volveré loca!— le digo al tiempo que me arrodilló sobre la cama preparada para suplicar si era necesario..
—Has estado antes en la abstinencia Marinette, así que sobrevivirás— su voz se vuelve cada vez mas lejana, en lo único que puedo pensar es en las ganas de volverá sentir el alivio que esa maldita droga me proporcionaba..
—¿Que mas quieres de mí?— le pregunto y me monto sobre el para besarlo con desesperacion.. —¿Mas sexo? ¿Otro oral? ¿Que mas puedo darte?— una pequeña parte de mi seguía consciente y se moría de vergüenza por lo patética que era, no podía creer como perdía el poco orgullo y dignidad que tenía con tal de convencerlo de darme algo que en el fondo sabia que lejos de aliviarme me hundirá mas..
—Nada. Ya no tienes nada que ofrecer, aunque pensándolo mejor si hay algo que quiero..— me toma de las muñecas y se gira para quedar sobre mí..
—¡¿Que cosa?!—
—Quiero que la adicción te ponga mal, a tal punto que culpes a Adrien por no poder aliviar tus ganas. Que lo veas mañana y le grites a la cara que es su culpa que tu tuvieras que ser mía.. Eso quiero—
—Eres..—
—Insultarme no te ayuda en nada y lo sabes perfectamente, así que mejor trata de dormir un poco que mañana te espera un día muy largo..— me besa y tengo que corresponder, simulando toda la pasion que soy capas. Quizás si logro convencerlo se apiade de mi y me de al menos una sola dosis..
—Lo vez..— le digo entre el éxtasis fingido.. —Adrien ya no me interesa.. ¡Maldita sea soy tuya!..— Ethan reacciona y me muerde el labio, la sangre sale y me corre por la mandíbula..
—Recuerda decirle eso cuando el te busqué, y también dile que yo se lo advertí— dicho eso sale de la cama y se pone el bóxer dejándome allí temblando de ira, muerta de miedo y de remordimientos. Escucho la puerta abrirse y es cuando me echo a llorar tan fuerte que me desgarro la garganta y el pecho. Empuñó las sábanas pensando en como demonios lo voy a ver a la cara, ¿como le cuento todo esto sin que la ansiedad me haga perder la cabeza?. Seguramente no podré y la escena del parque se repetiría, me será imposible verlo sin demostrar lo desesperada que estaba por consumir algo que ni siquiera se que rayos es.
Paso la noche retorciendome en la cama, presa de espasmos y convulsiones que me recorren todo el cuerpo.
Por la mañana apenas puedo arrastrar los pies para ducharme y ponerme lo primero que veo y saco del closet. Antes había pasado muchas noches en vela pero ninguna como ésta, nunca antes tuve que luchar tanto por mantener la calma, era como si la droga me pidiera que la tomará, que buscará a Ethan y me arrastrara a sus pies para conseguirla. Me miro al espejo y de nuevo no me reconozco, el brillo en mis ojos y la sonrisa que comenzaba a surcar mis labios habían vuelto a desaparecer. La nueva Marinette o la señora Mercier ya daba igual con que titulo lo dijera, era quien me devolvía la mirada.
Tan pronto me dejaron salir me dirijo a la habitación de Aiden y en cuanto la atravieso lo envuelvo con mis brazos.. No supe como es que logre no soltar ni una sola lágrima y ayudarlo a vestirse con el acostumbrado uniforme, tampoco se como lo acompañe en el desayuno y al llegar a la puerta del colegio lo despedí desde el auto con una sonrisa. Lo vi entrar antes de que el chofer arrancará..
—Se que no debería preguntar esto pero.. ¿Esta bien?—
—Si. Tan bien como siempre..— le respondo al chofer sin despegar los ojos de la ventanilla.
—¿Esta segura?— suspiro y me río con notoria amargura..
—hazme un favor ¿quieres?.. En tu informe de hoy dile a Ethan que me viste llena de felicidad.. Dile que era tanta que no cabía en el auto— se me quebrada la voz pero aun así continuó.. —Por último no te olvides de felicitarlo por todo lo que me ha dado y seguramente me seguirá dando..—
—Señora.. ¿Puedo ayudarla en algo?— aquello me hizo mirarlo..
—¿Es en serio? ¿Llevas cuatro años allí sentado conduciendo y viendo como día a día mi vida se apaga y hasta ahora se te ocurre que podría necesitar tu ayuda?— escupo a borbotones el sarcasmo.. —No. No necesitó ayuda y si esto es otra prueba de mi esposó dile que no caí y que seguiré con la boca bien cerrada..— gira el rostro y me parece que de verdad esta preocupado, me vuelvo a reír sin humor y me apresuró a bajar cerrando de un portazo la puerta. Era imposible que ahora estuviera preocupado por mí, teniendo en cuenta todas la veces que me a visto llorar en la parte trasera del auto. No podía confiar ni pedir ayuda alguien que trabaja y hace de espía para él.. El interior del museo se siente muy frío y vacío, paso de largo sin prestarle atención a Alexa quien seguramente esperaba que le dijera a que se debió el desplante de Ethan ayer. Ella tampoco hizo esfuerzo alguno por detenerme y me dejo entrar deprisa al estudio, donde un rubio de ojos verdes ya me estaba esperando.. Apenas cierro la puerta el se endereza dejando sobre el escritorio los álbumes de fotografías. Se queda unos minutos parado sin dejar de observarme.. —Marinette no sabes que preocupado estaba por ti. ¿Dime estas bien?..— mientras lo decía se fue acercando a mi y en cuanto sentí sus manos me eche para atrás..
—No me toques.. No vuelvas a tocarme nunca más—le dije y todo el cuerpo me dolió, como si su tacto hubiera lanzado un millón de descargas eléctricas.
—¿Que ocurrió?— pregunta y me busca la mirada que se me ha perdido en la agonía de tenerlo tan cerca y no poder buscar en su cuerpo el alivio a mis problemas..
—¡No te importa!— exclamó y lo empujo por el pecho haciéndolo retroceder.
—Por supuesto que si. ¡¿Por dios dime que demonios te hizo ese mal nacido?!— suena desesperado y eso me frustra, ¿que rayos sabia el de desesperación? ¿Que había echo ayer para ayudarme?.
—¡Lo mismo! ¡Lo mismo que ha venido haciendo con migo desde hace años y esta vez fue tu culpa. Te pedí, te rogué que no lo provocaras, pero decidiste golpearlo sin importar cuando el te advirtió que sería yo quien sufriría las consecuencias!— estalló, como supuse que lo haría, la ansiedad me sobrepasa y las palabras de Ethan no paran de reproducirse en mi cabeza..
—¡No creí que hablara en serio!— responde y trata te tomarme de la mandíbula para evitar que siga bajando el rostro, le permito que lo haga y que vea la herida que me marca el labio inferior, las ojeras violáceas de una mala noche y todo el dolor que me desfigura las facciones..
—Ese es tu maldito problema, el no escuchar lo que te dicen y por eso tuve que hacerle sexo oral.. Después solo deje que el hiciera con migo lo que quiso..— hice una pausa para observar bien como mis palabras lo dejan pálido, tan blanco y consternado que apenas si puede respirar.. —Y eso no es todo, le ofrecí repetir el asqueroso acto sexual con tal de que no me dejara encerrada.. ¿Estas escuchando eso? Le habría echo todo otra vez con tal de salir y poder decirte todo esto a la cara— escupir la verdad había resultado ser mas fácil de lo que imagine. Era sorprendente como Ethan se las arreglaba para mover los hilos donde quiera que yo estuviera y asegurarse de darle a Adrien donde mas le doliera. Trato de cerrar la boca pero no puedo las palabras me queman la garganta y siguen saliendo tan pronto como las pienso.. —No sabes que decir ¿cierto? No sabes que pensar de mí ¿verdad? Pues yo te daré las respuestas que tanto buscas.. Dime que no valgo nada, que soy una prostituta que se acuesta con tigo y después con el y que no tengo límites..— me detengo para jalar aire y buscar apoyó en el mueble más cercano.. —¿Y sabes que es lo peor de todo esto?— le pregunto sintiendo como poco a poco todo dentro de mi iba colapsando.. —Que posiblemente lo vuelva hacer esta noche, mañana y pasado mañana, y todo para que Ethan me proporcione la manera de olvidarme de todo..— solo entonces la estatua reacciona y se mueve para sostenerme antes de que mi cuerpo impactara de lleno contra el pisó..
—¿A.. A que te refieres con la manera de olvidarte de todo?— intento que su destruida voz no me afecte pero se me clava en el pecho y me invade la culpa..
—¿De entre todo lo que te e dicho, solo te interesa saber a que demonios me refiero con eso? Si que eres idiota..—
—¡Dios, solo dime que significa!.. — estalla y me toma de los brazos para sacudirme, debe pensar que de esa manera me ayudara a salir del estado en el que me encuentro. Pasa saliva y con un hilo de voz me pregunta.. —¿Es una droga?— lo empujo y me tambaleó pero logro quedarme de pie.
—No se que demonios sea y no me interesa saberlo, aunque posiblemente si lo sea, pero no me importa.. ¡La necesito para no volverme loca y para olvidarme de ti y de todo lo que he vivido con tigo!— la mente se me torna confusa y demaciado borrosa, todo comienza a desaparecer dejándole el paso a esa sensación de estar cayendo en un abismo sin fondo, del cual me parece que nunca mas podré volver a salir.. —Vete, lárgate de mi vida y dejame morir tranquila..— farfulló aterrada porqué la fase mas difícil de la abstinencia ya estaba tocando a mi puerta..
—¡No vas a morir, no te voy a dejar sola, ahora menos que nunca!— las piernas me fallan y me preparó para recibir el golpe, sin embargo, lo que siento son nuevamente sus brazos cálidos y fuertes sostenerme y mantenerme muy cerca de su pecho. —Marinette te juro con mi vida que buscare la forma de ayudarte.. No te voy a dejar caer..— cierro los ojos y dejo que su voz me acompañe a la profundidad de la obscura inconsciencia, de la cual esperó nunca mas volver a salir.
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"Juegos Del Destinó "
Fiksi PenggemarTodo nuevo comienzo tiene su lado malo, y para Adrien y Marinette no será la excepción... Créditos de la portada: para MajoCheng 16.