"PESADILLA"

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                                                                                                              Narra Adrien.

Llevaba una maldita semana acatando la jodida regla que me impuso Marinette. Honestamente no sabía como había podido hacerlo, si al llegar a casa lo único que deseaba era fundirme en ella y retomar la hermosa costumbre que teníamos. Sin embargo, me obligaba a contenerme y darle tiempo, no quería presionarla y que terminara por cumplir con su amenaza. Prefería mil veces tenerla cerca, aunque su indiferencia y desprecio me rompieran el corazón. Por otra parte ya había terminando por completo mi relación con el bar y dejado bien claro a Sabrina que no me interesaba y que podía olvidarse por completo de mi.. La voz de la empleada me saca de mis pensamientos y me apresure a tomar el ramo de rosas y pagar la cuenta. Salgo de la florería y no estoy seguro de si mi esfuerzo por arreglar las cosas será suficiente, tal vez Marinette me arroje las flores al rostro y me vuelva a repetir cuanto es que me odia. Aun así tenía que intentarlo, ya no soportaba pasar las noches sin sentir su calor y sus besos, la necesitaba mas que al aire, la necesitaba para seguir con vida.. Entro de nuevo al auto y tras dejar el ramo sobre el asiento de alado arranco el motor y me incorporó a la avenida conduciendo mas rápido de lo habitual a causa de las enormes ganas que tenía de verla, me moría por alzarla en mis brazos y decirle al oído cual feliz estaba por su embarazo y cuanto me emocionaba la idea de ser padre. Aquella noche que me lo dijo, no pude hacer nada, me había quedado tan sorprendido que tarde demaciado en reaccionar como debería haberlo echo. Suelto una maldición entre dientes por dejar que un estúpido beso arruinara todo..
Me estacionó fuera de la casa, la noche era demaciado fría y había comenzado de nuevo a llover. Apago el motor y me quedo unos minutos mas dentro del auto para repasar la disculpa que le daría, era ridículo y muy molesto que aún me siguiera causando miedo su rechazó, teniendo en cuenta que ya anteriormente había tenido que pedirle perdón y por lo tanto ya tendría que ser un experto en esto. Bajo del auto y de camino a la puerta busco la llave y me las arreglo para abrir con una sola mano. Cuando entró las luces están pagadas y no se escucha ni un sólo ruido.. —¿Marinette?..— la llamo y enciendo la luz de la sala y después la del pasillo. Nadie respondió así que me dirijo a la habitación y antes de entrar echo un vistazo al baño, cuya puerta estaba abierta y el interior vacío.
—¿Crees que te haya dejado?— pregunto Plagg.
Entro a la habitación y tras encender la luz el alma me volvió al cuerpo.. —No, sus cosas siguen aquí..— respiro aliviado y después miro el reloj de pared (10:30) y eso basto para que la tranquilidad se esfumara por completo.. —Lo que me preocupa ahora es que ya es tarde y ella salió sola..— Plagg me miro y su rostro adquirió mas seriedad.. —¿Recuerdas que te hable sobre aquellos tipos, los que me amenazaron con hacerle daño?— le pregunte y me senté sobre el borde del colchón, rememorando aquella noche en la que debí matarlos y solucionar el problema.
—Si, ¿piensas que aun están interesados en ella?— preguntó a su vez con genuina preocupación.
—Espero que no..— respondo y me digo que no puedo quedarme aquí sentado esperando a que llegue, por lo que me pongo de pie soltando palabrotas por lo bajo y completamente enojado ya que mi plan de la reconciliación se había terminado de ir directamente al carajo.. ¡Mierda Marinette!, ¿Porqué tenías que salir?.. Antes de marcharme a la sala revisó los cajones y compruebo que su móvil sigue allí y sin batería, no había podido escoger un mejor momento para hacerle caso a su paranoia y por lo tanto salir sin el celular..
—Si esos tipos son tan peligrosos​ como dijiste, no entiendo porqué estamos perdiendo el tiempo aquí— comenta Plagg con voz apremiante. Dejo el móvil en su lugar y me vuelvo hacia el para responderle..
—Tienes razón, creó que Chat Noir es mas útil y podrá buscarla mucho mejor que yo— le digo de camino a la puerta..
—Si, pero no es conveniente, sabes de sobra que llamaría la atención y por más cuidado que tuvieras alguien podría verte y correr la voz..— escucho la puerta principal abrirse y me apresuro al pasillo..
—¿Marinette eres tu?.. Estaba a punto de...— me detengo de golpe y fruncí el ceño.. —¿Félix?—
—Hola, que gusto verte hermano..— me dice mostrando una falsa sonrisa.
—¿Que estas haciendo aquí? ¿Como supiste donde demonios encontrarnos?— le preguntó y después me arrepiento de haberlo echo, no era el momento para preguntas, no cuando me hallaba mas preocupado por salir y buscar a Marinette, que por sus futuras respuestas..
—¿Que no es obvió? Vine por Marinette..— cierro con fuerza la mandíbula a causa de sus palabras. —..y respecto a la segunda pregunta, pues la fuente que me proporciona la información es secreta— eso último lo dijo en voz baja y con gesto confidencial​.
—Déjate de juegos y habla claro ¿quieres?— le pido y lo observo cuadrar los hombros, como si quisiera demostrar que estaba por encima de todo esto.. ¿Cuando se había vuelto tan arrogante?.. Félix se marcha a la sala sin dejara de mirar a su alrededor, su actitud despectiva ya comenzaba a irritarme..
—Así que la trajiste aquí.. Es un lindo lugar pero sabes que ella se merece más que esto— hago un enorme esfuerzo por mantenerme tranquilo y pasar por alto sus provocaciones, ya antes habíamos tenido discusiones a causa de la rivalidad que Marinette despertaba entre nosotros, pero era la primera vez que Félix demostraba tan abiertamente su aversión hacia mi.
—Félix ahora no estoy para estupideces..—
—¿Donde esta ella?— me interrumpe alzando la voz. Bueno, ahora el que Marinette no estuviera aquí me parecía lo mejor y esperaba que no apareciera hasta que me hubiera desecho del inoportuno de Félix.
Relaje el rostro y crucé los brazos sobre el pecho aparentando indiferencia, si algo no soportaba mi querido hermano menor era que lo hicieran esperar.. Luego simplemente me limito a decirle.. —No se de que me hablas..— el resopla entre dientes, el coraje ya empezaba asomarse por su máscara de superioridad..
—Vamos, estuve en la boda y se que eres Chat Noir, así que no trates de salirte por la tangente y dime ¿donde esta?—
—No puedes llegar y exigir nada, además de que no permitiré que te la lleves..— me le acerco para encararlo y dejarle bien claro que no estaba bromeando.. —Somos hermanos pero eso no me impedirá ponerte en tu sitio— se ríe de mi amenaza, devolviendo las miradas frías que le dedicaba..
—Sabia que intentarías amenazarme y por supuesto que estoy preparado para eso.. ¿Sabias que alguien descubrió la manera de usar los Miraculous para crear amuletos que te permiten ser Chat Noir sin poseer el anillo?—
—Tu eras el farsante que estuvo en la habitación de Marinette..— le digo. Empuñó las manos listo para cerrarle la boca de un golpe..
—Si, y a diferencia de ti yo siempre he buscado lo mejor para ella, por eso le pedí que buscará los Miraculous y que se alejara de ti— aquello lo dijo con desdén, el mismo que reflejaba en su rostro y emanaba por cada uno de sus poros..
—No finjas que esto lo haces por ella. Tu solo quieres quitármela y ganar. Pero puedes olvidarlo..—
—Quizás una parte de mi si quiere verte acabado. No la mereces y lo sabes, siempre has sido un idiota que no le importó dañar a los demás con tal de salirse con la suya— sinceramente no comprendía porque su voz destilaba tanto odio, el que amara a Marinette no lo justificaba.
—¿A que te refieres?— le cuestione. Ya me encontraba cerca de perder la paciencia y el no hacia mas que hablar entre cortado y a medias tintas..
—Hace algunos años yo estaba perdidamente enamorado..— comenzó y se alejo de mi para moverse por la sala.. —..pero como siempre el modelo, idiota y mujeriego se las arreglo para conquistarla antes de que yo pudiera tan siquiera intentarlo..— me mira y ahora sus ojos grises parecen arder.. —Apuesto a que puedes adivinar quien era ella— doy un repaso rápido a la lista de chicas y el único nombre que me parecía mas factible era..
—¿Chloe..?— el asintió despacio.. —Nunca me imagine que tu..— ni siquiera se como continuar, francamente aquello me tomaba por sorpresa y no sabia que decir para justificar el echo..
—Me costo bastante superarla y ahora ya no me interesa.. Pero eso no quiere decir que no te guarde rencor y deseé cobrarme el daño y que mejor manera de hacerlo que poniendo a Marinette en tu contra— de pronto ya no me sentía molesto con el, de echo me consideraba a mi mismo como el peor hermano del mundo por ser tan ciego y egoísta.. Ahora entendía su comportamiento tímido cuando la rubia me visitaba en la mansión.
—Lamento mucho lo de Chloe. Te juro que de haberlo sabido en aquel tiempo yo no..—
—No necesitó tus disculpas, si después de todo ya comienzo a disfrutar de la venganza.. Las cosas han salido mejor de lo que esperaba y para mi sorpresa Sabrina resultó ser una excelente aliada..— proceso por separado cada una de sus palabras hasta que comprendo el significado que tenían..
—No estas hablando en serio— le dije y me negué rotundamente a aceptar que mi propia sangre fuera capas de ponerme una trampa así..
—Claro que ella no podía hacerlo sola y tu eres un imbécil que no resistió la tentación— eso me convence de que Félix estaba dispuesto a todo con tal de destruir la única relación que en verdad me importaba, y sobre todo me demostraba lo mucho que me odiaba. Solo había que verle la cara rebosante de satisfacción mientras me revelaba que Sabrina fue un títere en su juego.
—Eres mas astuto de lo que creía. Pero eso no te va servir para separarme de Marinette..— el alzo la mano para callarme, su maldita forma de ser y comportarse me recordaba a Gabriel y a las muchas veces que el movió la mano mientras me reprendía por no ser el hijo modelo que el esperaba. ¡Joder! Sabia como pegarme y hacer que los malditos recuerdos me llevaran al pasado, cuando era un niño y me intimidaba ese simple gestó..
—Estoy al tanto del desliz que cometiste y también se que ella te odia..— el tono de su celular lo interrumpe y se apresuró a sacarlo de su bolsillo y revisar la pantalla, por la sonrisa amplia que mostró supe que había sido una buena noticia. Se vuelve a guardar el móvil, alza el rostro y ahora creo que lo que sea que vio no será tan bueno para mí.. —Te repudia tanto que precisamente ahora esta bebiendo en bar por tu culpa, no me extraña ese efecto causas en la gente— ¿bebiendo? Aquello no tenía sentido alguno, ella no podía ingerir alcohol. Debía ser un inventó para sacarme mas de quicio.. ¿Pero si era verdad?.. ¿Si Marinette estaba tan dolida con migo, como para recurrir a perder la conciencia en las garras del alcohol sin importarle un carajo que lleva en su vientre a nuestro hijo?.. No ella no era tan estúpida. ¡Joder! No lo era y por lo tanto no era capaz de arriesgar su embarazo por una tontería pasajera.. —Lo dudas. No entiendo porqué, si es lógico que ella quiera olvidar la canallada que le hiciste, y que mejor que el alcohol para aliviar los males de amor..— me ordeno mantener la mente fría y no descartar que Félix pudiera estar diciendo la verdad..
—Si eso es cierto, solo estoy perdiendo el tiempo aquí con tigo. Arreglaremos nuestra diferencias después, como hombres sin importar los lazos de sangre— hago amago de irme pero el me retiene posando su derecha sobre mi hombro..
—No te preocupes​ que ya me encargue de Marinette. La muy tonta se escapó de mi, pero ya no podrá hacerlo más— eso fue la última gota que termino por derramar mi vaso, aparto su mano y lo tomó por las solapas de su chamarra y lo obligo a retroceder..
—¡No te atrevas a hacerle daño!— le grito terminado de estampar su espalda contra el muro mas cercano.
—Desde luego que no, el único que pagara y sufrirá las consecuencias de sus actos serás tu.. Independientemente de todo yo llegue a quererla mucho, tal vez más que a Chloe— intenta zafarse, por lo que apreté mas los puños y lo pegue mas contra el muro..
—Entonces déjala en paz.. ¿Dime en que maldito bar esta?— exigí. Ya había perdido la cabeza por lo que una vez mas termine por estrellarlo, tan fuerte que su cabeza rebotó contra el ladrillo..
—¿Porqué habría de decírtelo?— respondió jadeando y con la mirada desenfocada por el golpe en la cabeza.
—¡Porqué ya perdí por completo la maldita paciencia y me será muy fácil olvidar que somos familia!— grito y lo arrojo al pisó. Tiemblo de los pies a la cabeza preso de la ira, pero a pesar de todo no quería hacerle daño así que esperaba que se rindiera y me pusiera las cosas fáciles. Pero no era mi día de suerte y el universo no se cansaba de conspirar en mi contra, Félix se puso de pie y parecía que estaba dispuesto a luchar si es que los golpes terminaban por hacer acto de presencia. Se sacudió la ropa, acomodándose la chamarra sin quitarme su pesada y letal mirada de encima..
—¿Vas a matarme?— pregunto y no pude evitar pensar en el desconcertante parecido que guardaba esta situación con el pasado, aquel donde Gabriel y Marcus se disputaban a muerte el amor de mi madre y solo hasta ahora me di cuenta de que la pregunta de Félix era pura ironía..
—No, morir seria poco comparado con lo que te mereces..— le dije apartando los recuerdos y retornando al presente.. —..Pienso torturarte hasta que hables y jures que nos dejaras tranquilos— las amenazas ya no surtieron efecto en él y se podría decir que tenía guardado un haz bajo la manga, algo que lo hacia sentir muy seguro de si mismo, tanto que un mal presentimiento me recorrió la columna vertebral..
—Buena suerte con eso..— siseo antes de abalanzarse sobre mí y mandarme directamente al piso. Se montó sobre mí para poder tomarme del cuello apretando su agarre hasta dejarme sin aliento.. Intente mover los brazos, las piernas o alguna parte de mi cuerpo que me ayudara a quitarmelo de encima, pero fue inútil y no sabía porqué mi cerebro se había quedado dormido y sin ganas de obedecer mis órdenes.. Dejé de sentir y también mi vista se nublo. Aún así pude ver cómo me soltaba y me quitaba del brazo una especie de geringa, la cual encerraba en su interior un líquido de un morado tan intenso que podía fácilmente pasar por negro.. Los pensamientos se vuelven más volátiles y me cuesta mantener los ojos abiertos.. —Yo me quedare con esto y puedes estar tranquilo que cuidare de nuestra querida Marinette— mientras lo decía me alzó la mano para quitarme el anillo, quise protestar, decirle que era mío y que no podía llevárselo, pero mi voz se había perdido al igula que mi capacidad para moverme. Félix se puso de pie, me miró una vez más para luego irse y dejarme tirado.. (No..) mis ojos terminan por cerrarse y me piden que me deje llevar por la agradable sensación que me produjo ese líquido al correr por mis venas. (Marinette.. no te vallas con el..) pensé aferrandome a la poca lucidez que conservaba.. (¡Lo lamento, no sabes cómo lamento todo lo que ha pasado!..) Después de eso todo se desconectó, dejandome a la deriva de la obscuridad..

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