Iron Man mi Guardaespaldas ❨sin editar❩

Capitulo treinta

Frunció el ceño, y después pasó su mano por la barbilla, para evitar reír.

¿Lo decía enserio? ¿Él se ofrecía para bañarme? Cielos!

En un lado lo tomé como algo que no vendría nada mal. Lo decía por buena causa. O al menos eso creía. Pero me incomodé en el momento que pensé que si lo haría él se vería obligado a verme sin ropa. Desnuda. Mierda!

–¿ah? –fingí desinterés a su comentario. Pero el sabía que eso no era cierto. No sabía que decirle. Me tenía completamente nerviosa. Sentía mi corazón latir muy a prisa. Sólo por oírlo decir esas cosas tan...

–¿Ah? –repitrepite mi pregunta. En un tono exageramente bajo. Mucho más bajo que unos murmuros.

Pasé saliva. Y parpadeaba mis ojos muy constante. Entonces comprendí que está situación trataba nada más que la realidad. No era ningún tipo de sueño... nada de eso.

–¿Te refieres a... bañarme? ¿Literalmente? Ya sabes... quitarme la ropa, ¿y esas cosas...? De pasarme el jabón por el cuerpo.  Y que... y que me veas desnuda... ¿eso es a lo que te refieres?

Mis preguntas se volvían más un interrogatorio. De pronto todas las palabras brotaron de mi boca. De haberlas pensado, sólo las dije. Así nada más. Mierda! x2

–Mmm.. sí. –confiesa. Haciéndome estremecer desde lo más profundo de mí–. ¿o tú de que clase de darte un baño te refieres? –habla, casi por soltar una risa. Quizá por verme tan nerviosa. O tan... ¿inocente?

Miré por todos lados de la habitación. Mis ojos no paraban de moverse, tal vez por no querer mirarlo a él, o también porque intentaba encontrar por algún lado las respuestas a sus ingeniosas palabras.

–No lo sé. –dije, concentrándome en calmar mi ritmo cardíaco–. Seguro que sólo un baño básico....

–¿Un baño básico? –se cruza de brazos. Sin apartarme la mirada–. ¿según tú en qué consiste un baño básico?

Volví a quedar ni con la más mínima palabra. Eso y que ese tema yo fui quien lo había empezado. Vamos! No puede hacerme esto.

–Pues tu sabes. –dije mientras me movía sólo un tanto para soltar mis tantos nervios que no paraban de invadirme–. abrir la llave, meterme a la ducha... enseguida lavarme el pelo... y después... tu sabes.. –volví a decir. Intentando hacer de esto una pérdida de tiempo. Pensé que él sabía lo que hacía con tantos rodeos. Y seguro podría dejarme con nada más que decir de éste tema. Pero al parecer lo hice estar más interesado sobre esto.

–¿Qué sé? –dice, haciéndose alguien inocente. Como si no supiera de lo que seguía por decir.

–Vamos! No quiero seguir con esto..... –le dije, rendida. Simplemente quedaba cada vez más avergonzada hasta por mí misma.

El suelta una pequeña sonrisa. Y una vez que se calma. Vuelve a hablar.

–De acuerdo, escucha... Sabes que no hay problema de que lo haga. –de nuevo se  encoge de hombros–. De todos modos, tu sabes... ambos sabemos.. que tu eres una chica, y está bien que quieras privacidad. Creeme que te la merecer. Pero.. no eres alguien que tenga algo que jamás haya visto..

Quedé con la boca medio abierta, como de costumbre. Tenía que reaccionar ya! o si no juraría que me dejaría llevar por este momento.

Carraspeaba la garganta, mientras miraba el suelo con desesperación, como si estuviera buscando algo. Pero en realidad sólo quería evitar mirarlo demasiado. Vaya momento tan incómodo! Mis mejillas se sonrojaban tremendamente. No podía contenerlo. 

–.... –seguía sin nada más que decir. No sabía que.. pero al parecer el sí.

–Y dime! ¿como no pude haberte visto si fui yo quien te auxilie y vestí mientras estabas inconsciente?

–¿Qué? –pregunté, casi pegando un grito. ¿Dice que me ya me vió.....  desnuda?

–Na! no lo hice. –exclama, haciendo una ligera mueca–. bueno en realidad sí, pero debí de hacerlo, sabes que no tuve opción... y relájate... tu ropa interior permaneció en su sitió.

Ahora, me sentía más que realmente apenada. Verdad o no lo que diga, cada cosa que salía de él me hacía sentir tan... avergonzada.

–¿Cómo me aseguras que lo último fue cierto? –pregunté, con una ceja un tanto levantada.

–Porqué yo sé lo que te digo. Y sabes que nunca me equivoco. –guiñó un ojo.

Perfecto! Lo que faltaba! Y en este momento. El egocéntrico Tony Stark.

–Lo que digas.. –dije, dándole el avión mientras ponía los ojos en blanco.

–Así que.. dime.. ¿aceptarás mi propuesta del principio?

Oh! Cierto! El baño! Lo había ya olvidado.

Si! Por Dios! Sólo bañame!

–No, no. –dije con un nudo en la garganta. No se me facilitaba hablar normal. Pero debía de al menos intentarlo–. creo que.. yo puedo sola.. –admití después de pasar saliva. Dándome cuenta que me arrepentía de mi respuesta, pues desde lo más profundo de mí pensaba lo contrario.

Vamos! ¿Desde cuando estoy pensando éstas cosas? ¿Con un adulto? ¿Empleado de mi padre? ¡A la mierda! ERA UN MALDITO ADULTO, EL GUAPO EMPLEADO DE MI PADRE QUE JAMÁS HAYA VISTO!

Cuando volví a observarlo, ví como se le formaba una pequeña sonrisa en boca cerrada.

–Hubiera sido un gran placer bañarte. –sonríe por fin.

Cuando me giré para verlo le note un tanto de expresión pícara sobre su rostro. Me incomodé de sólo pensar en cosas tan indebidas. Sacudí mi cabeza y volví a mirarlo.

–¿Me ayudarías a llegar al baño? –le pregunté. Él sabía que yo ya podía al menos caminar. Y también yo. Pero traté de aprovechar el momento. Y sabía que él estaba encantado de hacerlo.