Capítulo 49.

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Me desconcertaba su modo de hablar. Quiza podría estar haciendo algo bueno por mí: cuidarme. Pero yo no se lo pedí, y mucho menos tengo los ánimos de que él lo haga. No, no ahora que sé que el peligro lo corro por culpa de él.

Me fuí alejando con cortos pasos hacia atrás hasta retirarme totalmente y no escuchar nada en lo absoluto.

Subí de nuevo a la habitación y con rapidez me vestí. Debía de salir de ahí lo antes posible. No esperaba que Tony me encontrara mientras yo me marchara.

(...)

Había terminado de hacer una llamada rápida con Jack, mi hermano. Antes que nada le informé que estaba bien, y después le pedí una dirección.

Con prisa me dirigí a donde Jack me había dicho. Al llegar, toqué la puerta del departamento.

—Hola. —dice la mujer con gigantes anteojos que apenas se sostenían por el puente de su nariz. Pasó un mechón de su largo pelo por detrás de su oreja. Una amplia sonrisa me regaló en lo que me dejaba pasar. Así es, era la May. La tía de Peter. —Georgie, bienvenida, linda—. Cerró la puerta detrás de ella. Y una vez que ambas estuviéramos dentro del lugar, me volvió a hablar—. ¿Cómo no podía reconocer a la hermosa jovencita de la embajada?

Su adorable atención me sonrojaba. Era una mujer tan cálida.

—Gracias, señora Parker. —sonreí, mostrando todos mis dientes—. Pido una disculpa por no hacer un previo aviso de mi visita... —trataba de pedir disculpas, pero por más que intentara ella me interrumpía.

—No, no, no... No tienes porque disculparte. —me comenta, evitando que me sintiera mal—. Seguro vienes a ver a Peter. —menciona como en modo de pregunta, pero tan rápido había vuelto a hablar que ni tiempo de responderle me había dado. Su comentario fuera respondido por sí sólo.

—Sí. —le dije torpemente con prisa. Apenas alcanzando de hablar.

—Esta en su habitación. —y sin necesidad de que ella lo pidiera, la seguí. El departamento era pequeño, pero tenía un excelente tamaño. Igual seguía siendo pequeño. Podría jurar que recorrimos casi todo—. Sabes, más gusto me da de tu visita inesperada. —me cuenta sin detener nuestro paso—. es extraño, o más bien dicho: raro cuando Peter sale o lo invitan a alguna reunión. O que tenga visitas, pero no puedo obligarlo a hacer algo más, seguro con eso él se sienta realmente cómodo.

—Sí, seguro. —afirmé, repitiendo lo mismo.

Al llegar nos detuvimos. May sólo dió un toqué y enseguida abrió la puerta.

Lo primero que pude observar fue a Peter sobresaltarse

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Lo primero que pude observar fue a Peter sobresaltarse... y sin camiseta. Torpemente intentó ponérsela con prisa, pero eso le ocasionaba tardar más. Enseguida trate de evitar la mirada en él, pero sin voluntad propia esta misma tomó la decisión de desviarse con su sorprendete abdomen perfectamente ejercitado. Vaya! Comienza a tener un poco más de sentido que Peter no salga mucho. Quizá pase la mayor parte del tiempo preocupándose y cuidando de sí mismo.

Iron Man mi Guardaespaldas ❨sin editar❩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora