Capitulo treinta y tres

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Tony me tomó del brazo.. y después me sacó del elevador.

Todas las expectativas que tenía habían sido arruinadas una vez que íbamos con la recepcionista de mi padre.

–Venimos con el señor Stone. –menciona Tony.

–Esta desocupado, pueden pasar. –dice aquella mujer que estaba detrás del escritorio.

Tony sin decir más, me llevó con él.

Tocó, y justo cuando escuchamos la voz de mi padre desde el otro lado, Tony estaba por abrir la puerta, pero antes yo hablé.

–Por favor piensa en lo que estarás por hacer... –le digo mientras le detengo su mano en la perilla.

Me hecha una mirada rápida, después se apartó los lentes de la cara, los guardo, y se dispuso a abrir la puerta. Y ahí estaba. Lo primero que vimos fue a mi padre sentado en su despacho.

–Georgie, hija! –exclama, y una vez que me ve se acerca a mi para abrazarme–. Cariño, ¿de dónde has sacado ropa tan cara? –me pregunta una vez que se había apartado de mí para verme mejor...

Pasé saliva, y miré con urgencia a Tony. Pero sabía que tenía que hacer algo antes.

–Ha! Pues es una historia graciosa... –reí–. Resulta que...

–La he llevado de compras.. –agrega Tony, haciendo lo que fuera con tal de salvarme–. espero que no haya ningún problema con eso.

–Para nada, Señor Stark. –dice mi padre–. en cuanto Georgie haya pagado todo esto..

Estaba por comenzar con una mentira más, pero antes Tony habló. Arruinando mi nuevo plan.

–Yo lo hice, en realidad. –dice él.

–Señor Stark, ¿cómo puede ser posible? Ahora mismo le haré un cheque de lo que ha gastado por

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–Señor Stark, ¿cómo puede ser posible? Ahora mismo le haré un cheque de lo que ha gastado por....

–No es necesario. Ha sido un regalo de mi parte para ella.

Mi padre me miró una vez más, estaba por continuar regañándome, quizá porque todo era mi culpa. Yo sólo me encogí de hombros y traté de evitarle la mirada. Al parecer él quedó rendido y prefirió mejor cambiar de tema.

–Y cuentame.. ¿cómo te la has pasado con tu amiga? –pregunta.

Abrí ligeramente la boca, y mis ojos se desviaron a Tony quién me observaba con una ceja alzada. Esperaba que le siguiera con el tema. Cuando volví con mi padre le regalé una pequeña sonrisa con los labios.

–Bien... ha crecido mucho.. –respondí. Con toda la inocencia que podía tener. Necesitaba desviar los ojos de mi padre, por lo que no lo miraba tanto tiempo mientras hablaba–. Fue divertido volver a verla después de tanto... juraría no haberla reconocido. Como si no la conociera... –río fingiendo tal simpatía.

Iron Man mi Guardaespaldas ❨sin editar❩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora