Habían pasado ya dos años. La fecha de mi graduación de la preparatoria se juntaría con mi cumpleaños número dieciocho.
Mis padres habían encontrado la manera de poder festejar ambas cosas en el mismo día. Y sólo faltaban tres días para que el evento fuera festejado.
–Mis padres organizaron mi fiesta de cumpleaños en la embajada. Espero ver a todos allá... –les dije a mis amigos.
Sabía que todos estarían ahí. Pues ninguno faltaba cuando algún evento se hacía por mi honor.
Dicho eso, mis amigos asintieron en modo de respuesta y cada quién se marchó. Excepto Ana, y Stan... un chico de la clase de Jack, que Ana me había presentado en una de sus fiestas.
–¿Querrás tu regalo de cumpleaños por adelantado? –me dijo Stan mientras me regalaba una sonrisa pícara.
Sabía a lo que se refería. Esa noche habíamos quedado. Estábamos por llevar algo así como una relación. Yo lo necesitaba. Algo más que sólo un novio. Necesitaba acabar con estas ganas que me han hecho sufrir por casi más de dos años.
Ana quedó boquiabierta. Sabía que ella había escuchado. Y también que sabía a lo que él se refería.
Reí un poco para evitar sonrojarme más. Y después le respondí.
–Ahí nos veremos. –le guiñé un ojo, coqueta.
Después de eso, Stan se marchó. Y Ana corrió a mí para hablar sobre lo que había acabado de suceder.
–¿Pero qué.... –se quedó sin aliento–. Georgie no me digas que... esta noche...
–Tendré...
–¿Sexo? –me interrumpió, después actuó muy dramática–. Dios santo! Eres una perra, Georgie...
–¿Qué dices? –fruncí el ceño mientras ladeaba curiosa la cabeza.
–No te hagas la inocente... es mayor que tú. Y de paso es el tipo más ardiente del colegio... –suspira, intentando controlarse–. ¿Enserio dejarás que un maldito mujeriego como el te arrebate así nada más tu virginidad?
Sabía que estaba en lo correcto. Pero no podía cambiar de opinión. No ahora que todo era seguro.
–Necesito hacerlo, Ana. Prefiero eso que ponerme a pensar en como darme placer con una banana.
Ella rió. Ambas sabíamos que era broma... después de todo eso jamás lo haría.
Y entonces. En lo que intentaba volver a tener la cordura... escuché ruidos detrás mío. Me giré. Y a pocos metros ví unos arbustos. Me dió curiosidad saber que abría ahí. Estaba segura de que había algo o alguien. Y justo cuando estaba por revisar, Ana me tomó del brazo y me llevó casi a arrastras.
–Se acerca tu fiesta de cumpleaños, Georgie. Conozco tu clóset mejor que tú... y se que es momento de ir de compras...
Mientras me hablaba no pude evitar seguir mirando aquel arbusto. Mantuve el ceño fruncido. Hasta que desapareció de mi vista.
Entonces recordé que eso mismo había vuelto a pasar. De oír ruidos... ya no era normal que me siguiera pasando después de dos años.
(...)
Por la noche íbamos Stan y yo en su auto. Estábamos afuera de mi casa. Ni siquiera yo sabía que rayos era lo que esperábamos para entrar. Estaba ansiosa, lo necesitaba ya.
Cuando por fin el tuvo la iniciativa de salir. Sentí un gran alivio.
–Esta noche mis padres están en una cena con sus socios. –le dije mientras caminábamos a la puerta de la casa.
–¿Y que me dices de tu hermano?
–No lo sé.. –y entonces justo cuando abrí la puerta apareció Jack–. ¡Jack! –exclamé.
–¿Georgie? –frunce el ceño. Al parecer el estaba por salir–. ¿Stan?
–Hola Jack... –le saluda Stan.
–Georgie, ¿que hace Stan aquí, y contigo?
–Quedamos esta noche. –me encogí de hombros. Jack quería decirme algo. Pero sabía que no lo haría porque estaba Stan presente por lo que le había pedido que fuera a la sala mientras yo hablara a solas con Jack.
–¿Enserio Georgie? ¿Stan? –pregunta Jack con desgracia.
–¿Puedes no ser grosero? –le pedí–. Necesitaba conocer a alguien, Jack... ya tengo edad...
–Eso lo sé, Georgie, pero ¿por que Stan?
–Bien, entonces quiero que me presentes a alguno de tus amigos..
–Ni hablar, Georgie. Son mayores que tú.
–Recuerdo que no siempre has tenido esa misma mentalidad... –me crucé de brazos. Haciéndole recordar algo que a mi me había hecho tener melancolía.
–Escucha, Georgie, conozco las intenciones de los tipos con los que me junto, y no quiero eso para ti...
–Ese es el punto. Menso...
–Eres una zorra hermanita... –ríe–. cuando regrese te replicaré un hermoso "te lo dije" en tu linda cara... –dice, rendido.
Esta vez no había logrado ganarme. Conseguí hacer que se diera por vencido de acuerdo a sus consejos.
Puse los ojos en blanco, solté un bufido y después lo empuje fuera.
–Largo... –le dije mientras cerraba la puerta en su cara.
Me aseguré de que se fuera, por lo que tuve que esperar sólo un momento. Una vez que lo hizo, fui con Stan. Estaba sentado en el sofá. Cuando me vio guardó su celular.
Me senté en sus piernas, y de manera provocativa comencé a besarlo. Le quité la camiseta que llevaba puesta, y entonces uno precioso abdomen alcancé a percibir. Lo toqué mientras nuestras bocas no podían separarse. Después él comenzó a tocarme por debajo de la blusa, hasta que por fin me la quitó.
Entonces me recostó en el sofá, estaba encima de mí, entre mis piernas. Empecé a jugar con su pelo. Y lo obligué a que comenzará a besarme en el cuello mientras cerraba los ojos..
Me hacía encorbarme, no podía evitarlo. Solté unos cuantos gemidos cuando sentía sus pequeñas mordidas.
Todo iba bien. Pero entonces oí ruidos afuera. Eso me obligó a abrir los ojos. Creí que no era nada. Pero de nuevo sucedió. Esta vez ví los arbustos moverse. Fue cuando me alteré.
–Espera espera... –le dije, mientras lo empujaba. Él había quedado confundido. Quería levantarme. Pero no podía por tenerlo encima.
–¿Qué? –pregunta.
–¿Oíste eso?
–¿Qué cosa? –exhala, pero después intenta volver a recostarme–. Vamos, continuemos con esto...
–Quítate! –esta vez, con fuerza logré tirarlo. Me levanté. Tomé mi blusa, me la puse, y después me asomé....
¿Quién estaba ahí?
ESTÁS LEYENDO
Iron Man mi Guardaespaldas ❨sin editar❩
FanfictionMuchos lo conocen como "Tony Stark", otros como "Iron Man". El es reconocido por ser un genio, millonario, playboy y filántropo. También por ser quien salva a la ciudad. Hijo de Haward Stark, inventor de armas. ¿Yo? Sólo sé que él es mi guardaespal...