Capitulo treinta y dos

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Tony quedó callado. Forzó los labios y después se dio media vuelta, apoyó todo su peso contra la mesa y respiró profundo.

–Come. –dice–. se hará tarde. –dicho esto se marcha, dejándome sola en la cocina. Sin a nadie más que decirle.

Mi apetito había desaparecido, pero me sentí obligada a comer. Después de todo tenía que hacerlo.

(...)

Tomé mis cosas, Tony me esperaba en la puerta, una vez que salimos de ahí se puso unos lentes oscuros. Sabía que cuando se los ponía normalmente no pensaba hablar. En ese momento él era completamente otro.

Fuimos al auto, donde nos esperaba un hombre perfectamente arreglado, mantenía la puerta trasera del auto abierta.

–Buenos días, señor Stark. –dice aquel hombre.

–Happy.. –le saluda Tony, sin dejar su paso a la puerta del otro lado.

–Señorita Stone, luce hermosa.

Sabía que era él a quién Tony se refería esta mañana. Quería agradecerle por aquel favor que me había hecho. Pero... el momento era rápido. Y no vi que fuera posible decir más de una palabra.

–Gracias. –solté una pequeña sonrisa después de que él me la había devuelto, en lo que yo me metía al auto.

Una vez dentro, donde me había encontrado a Tony, el hombre me cerró la puerta, y se fue al asiento del piloto. Después dio marcha al auto.

El camino se hizo bastante largo, pues que nadie hablará lo hacía aún más pesado. E incómodo.

Por la ruta que llevaba desde el gps, sabía que se dirigía al edificio de mi padre. Estaba ansiosa, no paraba de moverme. Mis dedos combatían entre ellos, y mi respiración estaba muy acelerada. Tenía ganas de abofetear a Tony en ese momento, necesitaba que reaccionara... que pudiera darse cuenta de lo que estaría por hacer.

Una vez que ya habíamos llegado aparcamos el auto. Happy me abrió la puerta del auto, y enseguida me llevó con Tony.

–Espera aquí, no tardaré. –le dice Tony.

–Sí, señor. –dice después de haberse quedado quieto a un lado del auto.

Tony sin desviar su mirada hacia mí, me llevó dentro tomándome por la espalda. Literalmente me empujaba, y yo me reusaba. Se lo infantil que podría verme, pero si eso haría que Tony al menos deje de portarse así, sería suficiente.

Nos dirigimos al elevador, y después de marcar el último piso, y que las puertas se cerrarán, me dispuse a hablarle

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Nos dirigimos al elevador, y después de marcar el último piso, y que las puertas se cerrarán, me dispuse a hablarle.

–No tienes porque hacer esto. –le dije, pero me ignoró, por lo que esta vez hablé más alto–. Por favor no me ignores..

–Abajo te comportaste de mala gana, será mejor que así no lo hagas cuando estemos con tu padre, estoy seguro de que no le gustará...

Solté un suspiro de frustración. Me giré a verlo y respondí.

–Sólo quiero que dejes de invadirme. Eres tan cobarde, ¿por qué eres así? Cambias tanto de personalidad.... sólo quiero que no hagamos esto, por favor llévame... llévame a donde sea. Sácame de aquí y finjamos que nada pasó.... –mi voz se entrecortaba, era obvio que si continuaba juraría que estaba por llorar–. sólo piensa un poco en las cosas..

Por fin me miró. Las puertas del elevador ya estaban abiertas, y él aún estaba quieto, así como yo. Pasé saliva. En lo más profundo de mi tenía esperanzas de que él cambiara de opinión.

¿De verdad lo haría?

Iron Man mi Guardaespaldas ❨sin editar❩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora