Capítulo cuarenta y cuatro

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La brisa del aire chocaba muy fuerte contra nosotros. Por la velocidad a la que íbamos me hacía sentir frío en el cuerpo. Aún seguida sintiendo el mismo cosquilleo en los labios, tenía náuseas, necesitaba saber que era lo siguiente que se vendría.

—¿Esto te gusta?

Cuando agaché la mirada ví la iluminada ciudad de Malibú como todos los fin de semanas se acostumbraba ver, aunque no de ese ángulo, pero de igual manera era preciosa aquella noche.

—Es mágico... —eché una sonrisa de lado, sin dejar de admirar la hermosa ciudad.

No tardamos demasiado en llegar, por fin. Primero que Tony estuviera seguro de tocar suelo me bajó y una vez ahí me soltó. Después se retiró el traje.

Estábamos en la entrada de su casa, parecía como si fuera ayer la primera vez que conocía ahí. Antes de entrar tomó de mi mano y la entrelazó con la suya para juntos llegar a la puerta. La abrió y primero entre yo, después de él cerró la puerta.

—Lindo... —le dije, sin nada mejor que se me ocurriera en ese entonces.

—Sí... —después de pasar del vestíbulo me soltó para adelantarse y darme un poco más de espacio—. Traeré algo de beber... —entonces se gira y por un momento camino de espaldas mientras jugaba con sus manos, divertido—. Ponte cómoda.

—Bien... —le estreché una mirada. Cuando lo ví detrás de su barra eligiendo algo bueno para beber, yo inspeccioné el lugar, asombrándome una vez más por cada cosa que me encontraba, aunque no todo fuera muy nuevo—. No ha cambiado demasiado este lugar. —le dije después de soltar un suspiro aún sin apartar la vista de mi alrededor, pues cualquier cosa me llamaba la atención, más unas fotografías en Marcos colgadas en una de las paredes más cercanas a mí. Caminé hacia ellas y las ví con atención.

—Sí, no es nada... —me hablaba en lo que servía las bebidas mientras tanto yo me encontraba una foto donde aparecía Peter con Stark.

—¿Por qué... tienes... una foto con... Peter? —le pregunté extraña, haciendo grandes pausas entre cada palabra de mi oración.

—Hace unos meses que hicimos negocios... —dice, tan limitado por hablar mientras que caminaba a mí con dos copas entre manos.

—Cuéntame más... —le pedí mientras yo también me acercaba hacia él.

Levantó una ceja y aunque no le gustara del todo la idea, lo hizo.

—Lo conocí... —intentó pensar y continuó—. Viéndolo venir al edificio "Stark". Le interesaba mi trabajo.

—¿Y cuál fue el negocio que hizo contigo?

Permaneció nuevamente callado, quizá esperaba que tuviera menos curiosidad, pero en realidad conseguía lo contrario. 

—Le interesaba mi trabajo, quería formar parte de mi comunidad.

—Y sólo por eso seguro que lo odias tanto. 

—¿Odiarlo? —frunció el ceño.

—Note lo pésimo que fuiste con Peter en la embajada. —le reclamé mientras nos sentamos.

—¿Piensas comenzar una discusión con esto?

—Tienes razón... ¿sabes qué? —y entonces bebí de corrido lo que había en mi copa, una vez que acabé vi su mirada de asombro—. Sirveme otro trago, por favor...

Después de un momento de quedar aún sorprendido, reaccionó.

—Ya bebiste suficiente esta noche... —dice mientras daba un corto sorbo de su trago.

—Oh, vamos Stark...

—Georgie... —se quedó sin nada más que decir.

—Dime algo... —me puse de pie y me acerqué a él—. La adolescente que cuidabas hace dos años, ¿haría esto?... —me senté en sus piernas. Él miraba curioso por saber lo que tenía en mente. Y cuando estaba por hablar lo tomé de la cara y me acerqué aun más y lo miré fijamente—. ¿Y esto?... —entonces lo besé.

Fue un beso perfecto, delicado y muy difícil de terminar, pues me había tomado por la nuca para pegarme más a él. Pero cuando bajó un poco la fuerza en su mano, nos apartamos unos pocos centímetros. Me miró y luego me acarició el labio inferior.

—Si se tratara de querer algo como deshacerse de mí, lo creería... —se burla mientras una sonrisa traviesa se cruzaba por sus labios. Fue algo que me contagió por completo... su humor—. No me satisfació completamente, y... ¿si... lo intentamos, otra vez... Esta bien, ¿cierto? —mientras me seguía mirando a los labios, poco a fue acercándose hasta besarme nuevamente.

 Esta bien, ¿cierto? —mientras me seguía mirando a los labios, poco a fue acercándose hasta besarme nuevamente

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Y otra vez, había quedado entre sus labios.

—Te amo, Stark... —le susurré mientras me volvía a apartar un poco de él. Podía oler su delicioso aroma de whisky caro. Su favorito—. nunca más vuelvas a dejarme sola... —y lo abracé, con mucha fuerza. Podía llegarme su aroma a perfume—. por favor... —musité.

—Te lo prometo... —me besó el pelo.

Y entonces pude sentir como los tirantes de mi vestido... aquello que podía mantenerlo puesto, Stark lo hacía caer por mis hombros. Y en pequeños y delicados besos fue humedeciédolos poco a poco. Luego mi cuello y para seguir, mis labios. Demonios! Era excelente este momento. Me dejé llevar por el momento y permití que Stark me cargara hasta su habitación.

Me echó en su cama con delicadeza. Una vez que estaba recostada, él se dispuso a quitarse el saco, luego el chaleco y enseguida la camisa antes de continuar con todo lo que vendría...

Iron Man mi Guardaespaldas ❨sin editar❩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora