Capítulo 53.

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Una oleada de frío me despertó. Mi cuerpo temblaba. La temperatura era muy baja a pesar de que estuviera empapada de sudor por doquier. Incluso mi pelo estaba húmedo.

El lugar olía mal. Era un aroma como de tuberías rotas con sonidos que provenían por mi alrededor que se escuchaban muy similares a las goteras.

Miré por todos lados mientras mis ojos se iban acostumbrando a la luz de aquel lugar. Estaba en una bodega. Era grande. Y oscura. Pero a pesar de todo aún me costaba observar sin dejar de tener la necesidad de volver a cerrar los ojos y lubricarlos. Sin mencionar lo hinchados que se encontraban.

Estaba tirada en el suelo, acurrucada conmigo misma. Al darme cuenta noté que mis tobillos y las muñecas de mis manos iban amarradas con un grueso mecate. Su textura hacía que raspara y me ardiera la piel, sin mencionar que además había quedado lo suficientemente apretado como para sentir como la circulación de mi sangre se cortaba poco a poco. Podía ver como un tono levemente morado se echaba a ver cada vez con más facilidad.

A pesar de que mis manos comenzaban a adormecerse intenté con limpiarme las gotas de sudor de mi cara.

Comenzaba a dolerme el cuerpo. Estaba por echar un jadeo ahogado pero me lo impedía la cinta que me cubría la boca. Intenté gritar pero sería una gran meta que algún ruido poco escaso llegara al sentido auditivo de alguien que se encontrara a una corta distancia mía.

Traté con ponerme de pie pero era imposible, pues el cuerpo me pesaba demasiado y volvía a caer al suelo.

Mi respiración se agitaba con tan solo sentir como me asfixiaba no poder hacer nada.

Intenté acercarme a algún lado con arrastrarme, pero antes de comenzar me topé con las desgastadas botas de un hombre pararse justo frente a mí. Estaban llenas de lodo, y también olían muy mal, como si hubiera andado por agua sucia.

Temblorosa, alcé lentamente la vista. Y me encontré con los ojos de Bucky observarme con la vista agachada. Luego de cruzar la mirada me regaló una sonrisa pícara que después se convirtió en mi peor pesadilla.

Me tomó del pelo y me llevó a arrastradas hacía donde había despertado.

No dejé de quejarme aún con la boca tapada. Me dolía. No podía hacer nada. Sólo trataba de quitarle sus manos pero su agarre era muy firme.

—Cállate... —me ordena. De nuevo da un tiro de mi pelo con más fuerza y enseguida me suelta. Caí de nuevo en donde estaba en un principio. El suelo de concreto era tan frío que de nuevo se me erizó la piel al tener contacto—. De nuevo nos vemos, Georgie. Y esta vez es mi turno de salirme con la mía... —vuelve a sonreír.

Tomó una silla que estaba en un rincón y la puso frente a mí, luego se sentó y con su rifle apuntó conmigo mientras bebía un poco de alcohol. Parecía ser whisky, pues el aroma podía llegar a saturar mis fosas nasales, además de que pude notar una gran transparencia en el líquido... muy similar al agua.

—¿Has probado el whisky? —me pregunta después de dar un largo sorbo de la bebida—. Es lo más delicioso que he probado. Nunca podré cansarme de beberlo. —hace una exagerada mueca y luego vuelve a hablarme—. Deberías tomar un poco. —se pone de pie, pone a un lado el rifle y luego se inclina hacia mí. Arranca con fuerza la cinta de mi boca. Al instante de que ya no la tenía sentí un gran desgarre. Cómo si hubiera recibido un profundo rasguño. Ardía mucho. Y fue algo que me obligó a suspirar con toda la voluntad de mis pulmones. Solté un pequeño quejido después de que comencé a sobar un poco por alrededor de mis labios.

Una vez que estaba cerca de mí apartó mis manos de mi boca y me acercó su vaso. Quería obligarme a beber. Pero enseguida negué.

—Mmnh...

—Sólo un pequeño sorbo, vamos.

—No...—musité mientras desviaba mi cara para evitarlo.

Aparentemente que le contestara no era el mejor método para mantener la situación en calma.

No le importó y lo hizo... me había abierto la boca bruscamente y sin voluntad me dió un poco a beber. Pero la forma en que le contesté fue escupiéndolo fuera. Aparentemente mi respuesta le enfureció y al instante me tomó del pelo nuevamente y me sentó en donde él estaba hace un instante.

—¡He dicho que bebas, maldita sea! —alzó las voz entre dientes mientras me obligó a tomar.

De un momento a otro sentí como el líquido pasaba por mi garganta cuando sentí un nudo muy rasposo. Tosí y luego hice una mueca muy similar a la misma que él había hecho después de que bebió.

—Eso es... —sonríe—. ¿Qué opinas si me cuentas todo lo que sabes sobre Stark?

—¿Tony? ¿Qué es lo que quieres saber?

—Dime donde esta ahora.

—No, no lo sé. —confesé.

—Oh! Vamos, no seas estúpida y dilo.

—Es la verdad, yo no sé nada.

Tomó el rifle y con este me dió un fuerte golpe en la cara haciendo que yo volviera a caer al suelo.

Toqué por encima de mi mejilla y al mirar mis dedos me encontré con un poco de sangre. Volví a tocarme, y está vez salía más, así que oprimía un poco para que se cortara el derrame.

Sentía como alrededor me daba vueltas, como si me hubiera golpeado un balón de baloncesto directo en la cara. Todo adormecido. Sólo con una ligera oleada de dolor. Mientras mis ojos volvía a humederse hasta llegar al punto de hacer caer lágrimas hasta rodar por mis mejillas.

—¿Y si te apuntara en la maldita cabeza? —me pregunta cuando tenía el rifle entre manos—. ¿Podrías recordar?

—Por favor, créeme. —de nuevo recibí un golpe por parte suya, pero esta vez fue una fuerte patada en el abdomen. Quizá dando lo mejor de él—. Ahh.... —un gemido ahogante salió de mis labios mientras intentaba conseguir aire en los pulmones. Me dolía. Mucho.

—No soy estúpido, sé que lo has visto hace poco...

—No, yo no... Nunca pudimos hablar... lo suficiente.

—Ese imbécil siempre ha robado lo que otros no tienen. Hay personas que nos merecemos un poco de lo que a él le pertenece. Es un maldito egoísta. —gruñe.

—Él ha hecho mucho y lo que le pertenece fue algo que se ha merecido. No puedes... quitárselo.

De nuevo recibí otra patada de él. La misma intensidad del golpe me hizo rodar por el suelo. Me acomodé lateralmente e intenté mirar a pesar de lo húmedos que mis ojos estaban.

Justo después de quedar quieta, dió de sopresa un disparo por unos centímetro al lado de mi cara. Creí que yo había recibido el disparo, pero no fue así. Sin embargo, el dolor que cargaba en el cuerpo me impedía  preocuparme si la bala llegó a atravesarme. Un silencio fue lo que inundó el lugar. Por un momento creí que la sordera duraría por mucho, pero no fue así, poco a poco logré conseguir el sentido auditivo.

—Yo sólo quiero algo que a él le pertenece... —después de una breve pausa, habló—. Tu...

¿Yo? ¿Cómo podría tener la idea de que yo le pertenezco? No! No... Eso no es cierto.

Quizá pudieron ser los efectos del alcohol o de haberse embriagado lo suficiente que hizo que de pronto se encontrara encima de mí. Me rompió de un tiro la blusa mientras yo me retorcía para evitar que terminara muy pronto. Al quedar con mi pecho contra el suelo me encontré con su rifle tirado a unos centímetros frente a mí; la suficiente distancia para alcanzar tomarla con sólo estirar mis manos.

Volví a hacer el esfuerzo con girarme hacia él y disparé.

Por parte de Bucky había recibido rasguños y mordidas.

Cerré los ojos y esperé a que se calmara. Cuando fue así, por más miedo que tenía de observar una violenta escena, volví a abrir los ojos lentamente y lo miré...

Diablos!

Iron Man mi Guardaespaldas ❨sin editar❩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora