Capítulo 2

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Esto está mal, muy mal. No puedo dejar de mirar a todos lados, siento que todos los que me ven, saben lo que hice con mi jefe.
Bueno, es que en ese momento no sabía que era mi jefe, si lo hubiese sabido, ¡jamás lo hubiera dejado meterse entre mis piernas! ¡Dios!
¡¿porque tuvo que ser él?! Habiendo tantos hombres sobre la faz de la tierra fue él.

-buenas tardes señoritas- me tenso.

-buenas tardes señor Allen- responde Jazmín -¿podemos servirle en algo?-

-quisiera que se retirara- pide amablemente, pero a la vez con una pizca de enojo.

-vamos- Jazmín me toma del brazo e intento irme con ella.

-usted no- me mira fijamente.

Jazmín frunce el ceño, suelta mi brazo no muy convencida, suelta el aire y se marcha, aprieto mis labios para contener mi lengua, se de que se tratará el tema de conversación.

-¿en que puedo servirle señor?-

-puedes servirme muchas maneras, la mayoría de ellas no son aptas para el público en general- lo miro y sonrio negando.

-señor, creo que esta confundiendo las cosas- niega -usted pidió que fuera suya por una noche-

-así es-

-esa noche ya pasó, así que le pido que me deje en paz-

-¡papi!- la niña corre desde al ascensor hasta nosotros.

-My little butterfly- la recibe en sus brazos -¿como estas preciosa?-

-bien- le da un beso a su papá -hola- me saluda con su pequeña manita.

-¿como estás hermosa?- le sonrio.

-¿quieres jugar conmigo?- sonrie.

-lo siento hermosa, pero ahorita no puedo- hace un puchero -quizás otro día-

-o más tarde- su tono insinuador me hace reír.

-pero no puedo, tengo cosas que hacer- la miro pidiéndole disculpas.

-usted y yo tenemos una conversación pendiente- se va con su hija.

No sabía que detenía el aire hasta que lo suelto, intento concentrarme pero la realidad es otra.

"puedes servirme muchas maneras, la mayoría de ellas no son aptas para el público en general"

¡basta Margoth! Me regaño mentalmente.
No puedo pensar más en eso. Se supone que todo había quedado claro, sólo era sexo de una noche, después de eso se supone que no lo volvería a ver.

-¿todo bien?- Jazmín me toma del brazo.

-perfecto- le sonrio para calmar su cara de preocupación.

-¿que te dijo?-

-nada, sólo que si la mamá de la niña ha la dejado un mensaje- miento.

-me imaginé algo por el estilo- sonrío -pero te veías muy asustada-

-pensé que estaba despedida-

-ni Dios lo mande- pone un cara de horror.

Pasamos el resto del día trabajando, cuando es mi hora de salida, corro lo más rápido que puedo hacia la calle en busca de un taxi, lo tomo y me voy directo a la Universidad.

Como es costumbre, corro a través del campus, esquivando personas y chocando con algunas, pidiendo disculpas a cada uno de los que atropello.
Al llegar al aula, todos están en su lugar, el profesor Coria anotando algo en la pizarra, voltea y me ve por encima de sus lentes, niega repetidas veces.

Sólo por ella...y por ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora