Capítulo 4

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Se que renunciar de esa la era no fue lo mas inteligente de mi parte, pero ya no importa, lo hecho, hecho está.
Ahora estoy tirada en la sala, pensado en una solución para mi vida, pero, ¿que solución puedo encontrar si sigo actuando de manera tan repentina?

¿Quizás pueda trabajar en una cafetería? Siempre me ha gustado la idea, pero como ya tenía empleo no quise aventurarme. Lo intentaré más tarde.

...

Es fin de semana, Ariel ha planeado irnos de fiesta con unos algo a suyos de su carrera, y la verdad es que hoy me entusiasma la idea. Me pongo un jeans rasgados en negros al igual que la blusa y los tennis. Si en tennis. Ya que hoy pienso bailar, beber y divertirme. Al parecer Ariel tiene las minas intenciones ya que trae el algo similar a lo que yo visto.

El lugar esta increíble, de inmediato me voy a la barra y pido un par de cervezas, Ariel se toma la primera como si de agua se tratara.

Las canciones son de lo mas apetecibles, mi amiga y yo nos vamos a bailar, Ariel mueve exageradamente las caderas, me río de sus desfiguros, pero un par de cervezas me dan el valor necesario para hacer las mismas incoherencias.
He perdido las cervezas que llevo, después de la sexta estoy más que ebria, bueno, no tan ebria, pero lo suficiente como para sentirme mareada.

-No pensé que volvería a verte- dice a mi espalda. Volteo y es mi bendito jefe, aclaración, ex'jefe.

-pensé lo mismo señor Allen- intento articular lo mejor posible.

-¿cuánto has bebido?- levanta las cejas.

-lo suficiente como para decirte que eres un idiota- me cruzo de brazos.

-entonces no ha sido mucho- sonrie -deja de beber- dice al verme con la botella en la boca.

-¿y porque obedecería tus órdenes?- bebo nuevamente.

-porque si tu no lo haces por las buenas, lo haré yo por las malas- amenaza.

-tu no eres nadie para ordenarme, mucho menos para amenazarme- aspecto molesta.

-sólo hazlo- gruñe. Doy un paso hacia él.

-pudrete- lo dejo ahí parado.

Me voy, pero cuando doy cinco pasos me regreso por las cervezas en la barra. Las tomo, y a una le doy un enorme trago delante de él. Sigo mi camino donde está Ariel con un par de chicos, se levanta y toma mi mano para llevarme más rápido.

-ellos son Rolando y Marcus- me los presenta -amigos de mi Facultad- con razón se me hacían conocidos -ella es Margoth- me presenta.

-un gusto- me siento al lado del rubio. El cual no pierde tiempo y pasa una mano por mis hombros.

-te sugiero que sueltes a mi chica o te partiré la cara- gruñe el señor Allen frente a nosotros.

-¿y tu quien eres?- a mofa el rubio.

-no y lo diré una vez más- sus labios forman una sola linea -sueltala-

-¿quien te cres?- me levanto molesta.

-vamos- me toma de la mano y me jala hacia su pecho

-¡sueltame!- chillo ante su agarre.

-si no vienes, le partiré la cara- sus ojos me dicen que no juega -y eso no será lindo para él-

-¡sueltala!- exije el rubio.

Me jala y me opongo, me toma de la cintura pegandome a su cuerpo, las venas de su cuello estan sobre saltadas, su cara está frente a la mía, puedo notar tensas todas sus facciones.
Pegada a su cuerpo me jala y está vez cedo. Creo que el rubio no tiene oportunidad ante Allen. Ariel me mira sonriendo, sabe de quien se trata y mejor se queda callada.
Bruscamente me encamina, miro que vamos hacia la salida, en el camino tomo una botella de cerveza que lleva un mesero. La llevo a mis labios, pero antes de que pueda tomar me la arrebata de las manos.

Sólo por ella...y por ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora