Decidí no quedarme con las rosas, mandé un ramo a cada secretaria de la empresa, sólo me quedé con la flor...y la tarjeta.
Como buen jefe de su empresa, el señor Allen se enteró de mi repartición de Ramos. En cuanto lo supo llamo diciéndome que no volvería a molestar, ni siquiera me dejó darle un explicación, termino de hablar y colgó.
...
Han pasado 15 dias desde el envío de las rosas, no lo he vuelto a ver, y como es costumbre, yo me dedico a lo mío, al trabajo, a la escuela y a mis amigos.
-hola Margoth- Jazmin y yo miramos al frente y a los lados pero no hay nadie -aquí abajo- me inclino sobre el mostrador y está la pequeña Merlina con una mariposa de felpa.
-hola guapa ¿y tu mami?- pregunto ya que no la miro.
-ya se fue- contesta sonriendo.
¿La dejo en acera para que la niña viniera hasta acá sola? Miro a jazmín quien niega repetidas veces por la inconciencia de la madre. Le extiendo los brazos la niña, los toma sin dudar.
-ve tu, yo te cubro- se adelanta Jazmín.
Con la niña en brazos, me voy a elevador, como la primera vez, todos los que estaban adentro salen.
-que bonita tu mariposa-
-me la regaló mi papi- me la muestra -si quieres te la presto y podemos jugar juntas- sonrie.
-me parece una buena idea, pero que te parece si lo hacemos otro dia, ahorita tienes que ver a tu papi- asiente.
Las puertas se abren y Lucy la secretaria del señor Allen está frente a nosotras, mira a la niña y de inmediato su cara de torna preocupada, me mira y lo hace apenada.
-hoy no es un buen dia- susurra advirtiendome.
Ella entra al alevador y no nosotras salimos, camino hacia la puerta, me pasó enfrente, acomodo a la niña en mi cintura, y me preparo para tocar.
-¡que!- dice molesto del otro lado. Tomó la perilla y abro la puerta.
-disculpe la molestia señor Allen- digo toda nerviosa -le traigo a su hija-
Levanta la cabeza, sus ojos se estrechan al ver a la niña, quien le sonrie felizmente por verlo. Paso y cierro la puerta, dejo a la pequeña sobre sus pies, y de inmediato corre a él, se que no debo meterme pero no puedo evitarlo.
-señor- me mira -se que esto no es de mi incumbencia, pero me veo en la obligación de decirle-
-valla al punto- gruñe.
-la señora Allen no dejo a la niña en recepción- frunce los labios -la dejó en la acera-
En cuanto termino de decir las palabras se levanta molesto, camina de un lado al otro.
La niña le extiene las manos para que la levanta y así lo hace. Al parecer la pequeña estabiliza la reacción.
ESTÁS LEYENDO
Sólo por ella...y por ti.
Chick-LitEl pensamiento humano es lo mas banal, frágil y volátil. Nunca pensamos las consecuencias de nuestros actos, y cuando nos damos cuentas de nuestros errores, es muy difícil de solucionarlo. pero a veces esos "errores" son lo mejor que te puede pasar...