Sólo por ella...y por ti.

Epílogo.

~Merlina~           ~años despues~

-buenas tardes- digo nerviosa -la profesora de Ética, nos pidió que hiciéramos un trabajo que en lo personal para mi a muy especial ya que debíamos tomar a una persona que podemos seguir de ejemplo- siento que se me quiebra la voz -ya que en mi vida tuve tres personas como ejemplo, pero por desgracia hoy sólo tengo dos- sonrío viendo a los presentes -mis ejemplos a seguir son: Morgana Swan, mi madre, Christopher Allen, mi padre, y Margoth Allen, mi segunda madre- los busco entre la multitud -quizás ustedes digan, es obvio que eligiera a mis padres, pero no. Los elegí por ellos han hecho mucha cosas. Empezaré por Margoth y Christopher, quiénes me han amado incondicionalmente cuando pudieron no hacerlo ¿por que lo digo? Por que biológicamente no son mis padres, pero aún así estuvieron en cada paso, en cada caída, en cada logro, y en cada error. Me enseñaron que el amor es incondicional, y a pesar de haber tenidos hijos propios, jamás, jamás se olvidaron de mi, al contrario, siempre me incluyeron en sus vidas, en sus planes, me amaron como una hija más y yo los amo sin importar si me engendraron o no- se me quiebra la voz -también incluí a mi madre, Morgana, ella... Ella hizo cosas que al ojo de la opinión pública no eran correctas, pero como muchos dicen, el fin justifica los medios, y esa fin era yo, hizo cosas un poco... locas para protegerme, para dejarme con una gran familia, Morgana, hizo lo que hace toda madre, amar- lloro -Christopher, Christopher Allen, ese hombre maravilloso  supo desde un principio la verdad, pero aún asi decidió amarme, decidió protegerme, decidió darme una familia- sonrío -quizás para ustedes será tonto, pero para mi es muy importante e indispensable que ellos sepan que los amo, que sin ellos jamás hubiera sido lo que soy hoy- limpio mis lagrimas -mami, papi, Chris, Meghan... los amo familia-

Voy con ellos y me arrojo a los brazos mi madre, quien llora y no entiendo por que, si no hay día que no le diga que la amo.

~Christopher~

Siempre he sido el hombre que después de un buen sexo deja a la chica ahí, pero en este caso fue la acepción, desperté y ya no se encontraba a mi lado, ¿por que a día así? ¿tan mal estuve? ¡Dios!

Sin más es hora de trabajar, tengo  muchos pendientes, y muchas horas de estrés por delante.
Al salir de la junta con mi hermana, Lucy se encuentra en su lugar un poco nerviosa, pero esa mujer a ha vuelto un manojo de nervios últimamente. La ignoro y entro a mi oficina, pero me sorprendo al ver a mi pequeña acompañada de una mujer.

-¡papi, ella cree que soy bonita y hermosa!- mi pequeña corre hacia mi

Se queda sentada en el piso. Camino lentamente par acercarme a ella, tiene la vista baja, le tiendo la mano para ayudarla a levantar. Sigue con la vista baja, de inmediato se acomoda la falda, sube lentamente la vista, mira mis labios, sigue su curso hasta mirarme a los ojos

No se que cara tengo, pero tengo ante mi, a esa hermosa mujer que la noche de ayer me hizo experimentar muchas sensaciones y he de admitir que con esta mujer he tenido el mejor sexo de mi vida. No puedo evitar sonreír, pensé que no la volvería a ver, pero hoy está aquí, frente frente mi. Se da media vuelta. ¡¿sólo así?!

-nuevamente me abandonas- digo cuando toma la perilla de la puerta -pensé que no volvería a verte, pero veo que estas más cercas de lo quisieras- Voltea para verme.

-tengo que volver a mi trabajo-

Tomo a Merlina en brazos, le quito la mano de la perilla y salgo, salgo con mi hija, y Lucy entiende que necesito su ayuda. Regreso de inmediato.

-¿sabes?- pongo el pasador de la puerta -jamas me habían abandonado, siempre era yo quien dejaba a las mujeres en el cuarto del hotel- camina a ella y retrocede -pero hoy me he despertado y no te he encontrado, el sentimiento de vacío que dejaste en mi no me gusto-