Sólo por ella...y por ti.

Capítulo 47

No se que fue lo que Christopher le dijo a Morgana y la verdad no me importa ya que tendremos a Mery por 15 días, si, quince días, donde no haremos nada más que estar con la pequeña.
He decido callar, no quiero preocupar a Christopher con las idioteces de James, no quiero que su felicidad se vea irrumpida, quiero que esté 100% dedicado a Mery. Decidimos que Mery no iría al colegio hasta el lunes, hoy Christopher dijo que tendríamos un día de compras.

Tengo todo y nada en la mente, por un lado está mi madre que tiene algo que me inquieta, por el otro están las amenazas de James, por otro lado la recuperación de la custodia de Merlina, y por el otro mi embarazo tengo que ordenar mi cabeza, organizar prioridades y resolver una cosa a la vez.

Ya quiero tener una vida tranquila, quiero que todo encaje en su lugar para ya no preocuparme de nada, quiero que Morgana y James desaparezca a la faz den la tierra, que mi madre se aleje al otro extremo del país y que Mery simpre este con nosotros. Pero la vida jamás es así, nada sale como uno espera y no hay nada que podamos hacer.

En el día de compras, sólo compramos cosas para Mery, nada para el bebé, ni para Christopher ni para mi, todo es excusivamente para ella, y al parece le agrada tener toda nuestra atención ya que su sonrisa es mas grande de lo usual y sus ojos están más brillosos de lo normal.

-¡mira Margoth!- Mery corre hacia un estante -¡me gusta ese vestido!-

-¿el azul?- asiente -vamos a ver si tienen de tu talla-

-es muy pomposo- dice Christopher viendo el vestido en el maniquí.

-¿pomposo?- río -tenía siglos que no escuchaba esa palabra-

-¿entonces como lo dirías tu?- alza una ceja.

-Mmmm- río -quizás... ¿pachón?-

-¡¿pachón?!- rie con ganas -no creo que esas palabra exista-

-por supuesto que si existe-

-la buscaré en el diccionario-

-¿diccionario?-

-si-

-mejor utiliza Wikipedia- río.

Pedimos que nos muesten el vestido que a Mery le gustó, se lo probamos y le queda perfecto. Cristopher ni siquiera pregunta el precio, simplemente le da la tarjeta de crédito a la mujer para que la pase y cobre.

-estoy agotada- me quejo -quiero mi cama y quiero comer algo-

-¿algún antojo en especial?-

-hamburguesa- digo sin siquiera pensarlo.

-¿lo dices enserio?- pregunta incrédulo.

-si, con doble queso, con mucho ketchup, ración de papas extra y un refesco enorme de Coca-Cola vainilla- sólo de imaginarme la comida se me hace agua la boca.

-¿algo más?- me mira sorprendido.

-quiero una tarta de moras- añado.

-¿estas segura?-

-completamente- tomo la mano de Mery -vamos cariño, comeremos hambuerguesas-

-¡si!- chilla feliz -¡quiero una cajita con juguete!-

-claro que si, tu papá nos consentirá con mucho gusto- alzo a Mary para ir al McDonald's que está en el siguiente pasillo de la plaza.

-tengo pensado otras maneras de consentirte- susurra Christopher.

-que curioso- sonrio -yo tambien tiengo pensado en otras maneras que puedas consentirme- digo mientras llegamos al lugar

-¿puedo saber cuales?- dice con un tono de perversión.