Preparativos

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Habían pasado algunos días desde aquel episodio. Pocos, para ser un tanto más exactos. Había conocido a Astrid Hofferson, la prometida de Hiccup, y su perra Tormenta, una Weimaraner gris de ojos azules. Como si no bastara con un perro lobo o lo que fuese dentro de la mansión.

En fin, dejando de lado los dos enormes perros que jugaban entre ellos como si no hubiera un mañana, Astrid era una chica un tanto... ¿Ruda? Al principio, debía admitir, pensó que que la joven sería una persona más...¿Cómo decirlo? Menos agradable y genial.

Fue bastante vergonzoso tener que pedirle disculpas ni bien regresaron a la mansión, mientras Heather lo maldecía y Valka le soltaba sermones. Todos parecían alterados, excepto, irónicamente, Hiccup y Astrid. Las presentaciones se dieron, y debido a que era bastante tarde por la noche, todos se dispusieron a relajarse luego de tal episodio.

A la mañana siguiente, encontrar a dos perros corriendo a gran velocidad como si estuvieran compitiendo entre ellos por ver quién era más rápido en los pasillos lo sorprendió.

Pero claro, eso no fue nada comparado con la "sorpresa" que sintió al bajar las escaleras, recorrer los pasillos y encontrarse con que su habitual puesto al lado de Hiccup para desayunar se veía ocupado por su prometida. Esa mañana, se dio una charla. Astrid se presentó formalmente, divertida y un tanto madura para el gusto de Jack, mientras Hiccup parecía ajeno a la conversación que ambos mantenían, abstraído en la lectura de un periódico. Fue en ese momento en el que pudo darse una pequeña idea del grado de relación que ambos llevaban.

"- No me escandalicé por Hiccup. Confío en él, sabía que te traería de vuelta, a pesar de lo peligroso que pudiera llegar a ser. Claro, estaba algo preocupada. Pero en el fondo, sabía que él regresaría contigo sanos y salvos. "

Había mencionado la rubia, tranquila, mientras sorbía algo de leche de su taza y comía tostadas sin mayor problema. Es increíble como una simple declaración puede significar tanto. Al menos eso pensó Jack, igualmente comiendo en silencio su desayuno. Confianza y cariño. Dos cosas fundamentales en una relación. Por un momento, Jack casi pudo sentir envidia. Las personas no solían confiar en él. Solo decían hacerlo, dado que no les quedaba otra. No había otro heredero a la familia Overland. De haberlo, de seguro nadie en su sano juicio apoyaría la idea de él siendo nombrado jefe de tales empresas y poder.

Debía ser lindo tener a alguien que confiara ciegamente en ti.

A partir de allí, las horas en la mansión se vieron cargadas de preparativos. Y cosas nuevas. Hiccup le dejó llevar ropa común en vez de trajes por toda la mansión. Había mencionado algo así como: " Se te ve mucho más feliz y cómodo con esas ropas, puedes usarlas siempre que quieras. " 

Así que su estancia en la mansión era mucho más llevadera ahora que no debía cargar con un par de trajes horrendos encima.

Incluso ayudó a Heather a preparar y organizar algunos detalles como la comida, la decoración y los utensillos. Siempre estaba dispuesto a subir escaleras, clavar algunas cosas del techo y deslizarse de manera ágil y certera por rincones altos para terminar  de adornar. El gran salón ( lugar que casi nunca era frecuentado) se veía sacado de película, y a medida que más se llenaba de vida por las telas finas, los brillos y artefactos luminosos, Jack sentía emoción. Nunca había asistido a una fiesta de las estaciones. Y sabía que todos vendrían. Aster, Tiana, Sandy... Elsa y Anna. ¡ Ah, estaba tan emocionado! Y eso podía verse. Todos mencionaban que sin su ayuda, las cosas marcharían un tanto más lentas de lo que se desease.

Otro detalle que notó en esos pocos días movidos y alegres, es que Heather y Astrid se llevaban muy bien. Ambas no perdían oportunidad para ayudarse mutuamente, y en ocasiones hasta pudo divisarlas juntas, charlando en tono bajo con sonrisas en sus rostros mientras jugaban con Tormenta, esa enorme perra que no había dejado un segundo de jugar con Toothless. Debían de ser muy buenas amigas.

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