-¿Una rana?
-Camaleón. – aclaró ella de nuevo, con una sonrisa vaga.
-¿Y le pusiste Pascal?
-A mi madre le gustó el nombre.- afirmó. Hizo una ligera mueca de dolor. Las laceraciones y hematomas comenzaban a desaparecer ( cosa extrañísima, según Flynn) de sus muñecas con gran velocidad, pero aun así era algo incómodo el hecho de ser vendada.
-...Claro.- afirmó. En realidad no la estaba escuchando. Estaba más ocupado sorprendiéndose de la falta de heridas. ¡Si tan solo ayer parecía que durarían algunos días más! ¿Qué tipo de cicatrización tenía esa chica? ¿Era una bruja?
-¿Hay algo mal?- preguntó ella, enarcando una ceja.
-No, nada.- mintió. Quizás luego le dijese sobre sus dudas acercad de las heridas.
-¿No deberías ir a dormir?- preguntó ella.
-No, me toca hacer guardia aquí. Ya sabes, órdenes del jefe.- finalmente terminó de envolver la mano en vendas. Se paró, tomó el botiquín y salió de la celda, dándole la espalda a la rubia unos momentos para dejar su carga en algún estante o rincón lo suficientemente seguro para no contaminarse. Rapunzel no pudo evitar ver de nueva cuenta el exterior: un aire frío y tétrico se colaba por el ambiente a través de la puerta mal cerrada. Se encogió en su lugar, inconscientemente pensando en Mérida, Hiccup y Jack. ¿Qué estarían haciendo? ¿Estarían llorando? ¿Buscándola? En el momento en el cual comenzó a pensar en ellos, y como sí ella no pudiese contener sus propios pensamientos, la inquietud y la sensación de vacío llenó su pecho. Gruesas lágrimas salieron de sus ojos, y comenzó a desesperarse. No sabía que estaba pasando, ni porqué se sentía así. Solo atinó a pensar que debía escapar, reunirse con los suyos y al fin apagar el torrente de pensamientos que le pedían a gritos ver a sus tres amigos. En el fondo de su episodio confuso, aquella canción tan conocida pero extraña a la vez comenzó a reproducirse.
"Trae lo que perdí
Volviendo a lo que fue...."
No lo soportó. Solo corrió, con la vista nublada y el corazón a mil, aun cuando solo estaba descalza. Tenía que verlos, estar con ellos. Necesitaba de Mérida, su sonrisa, sus brazos protectores; de Jack, de su presencia, de su consuelo; de Hiccup, de su cariño, su lealtad.
-¡Espera, no!- Escuchó a Flynn gritar a sus espaldas. No le importó. El pasillo se le hacía interminable. Pero no desistió de su idea de salir, ni siquiera un poco. Los pasos apurados de Flynn detrás suyo le asustaron, y con todo lo que podía trató de huir. Cuando terminó de cruzarlo dobló hacia la izquierda.
Se horrorizó al verlo: miles de escaleras, un ambiente oscuro plagado de tipos de mal aspecto, bastantes armas de fuego y lo que parecía ser piezas de tecnología desparramadas por el suelo. Pero todo aquello se quedó cortó cuando lo notó: un grupo de hombres llevaban en brazo a unos cuantos niños desmayados. Un barandal de metal que apenas le llegaba un poco más arriba de su cintura la separaba de todo ese infierno. Parecía que estaba recluida en un piso superior, puesto que todo lo miraba desde arriba. Algunos hombre la observaron con molestia, otros fingieron que no existía, y unos cuantos la vieron con pena, alzando la cabeza hacia ella. Rapunzel ahogó un grito. Solo por unos segundos, una mirada joven e inocente se detuvo a contemplarla. Era uno de los niños. Parecía pedirle auxilio silenciosamente, como solo podía ser estando amordazado. Para cuando quiso bajar a toda velocidad, sintió como su tobillo era envuelto en alguna especie de metal helado. Bajó la mirada. Ni siquiera llegó a quejarse cuando se vio envuelta por completo en aquel material negro. Se quejó. Luchó y se removió como nunca antes, pero aquello que la retenía era tan fuerte que ni siquiera pudo hacer que cediera un poco.
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Mafia
Fanfic"Cuentan las lenguas que no hay mal que pueda ganar, cuando cuatro corazones honestos luchan a la par. Se dice que estos son capaces de conceder milagros, gracias a la bendición de la Luna, madre de los mares y joya del cielo nocturno... Y el Sol, p...