Desmayos

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-No hay manera.

-De hecho...

-No, no. ¿En serio?

-Sí, James...

-Capitana- Jim dejó de hablar con el doctor Denver para pasar su mirada a Amelia , quien se frotó las sienes con hastío. Sus pequeños niños se alejaron por precaución, yendo a parar del lado de Jackson.

-Lo mencionó. Lo recuerdo claramente. – afirmó ella.- Fue un día en el cual inspeccionábamos los autos y él me comentaba sobre sus viajes por el mundo. Hay una gran posibilidad de que él sepa dónde encontrarlo, sobre todo ahora que está en la ciudad.

Jim se quedó en un silencio, procesando la información, mientras Jack preguntaba con la mirada a Hiccup de quién demonios estaban hablando.

-Es lo único que nos une con "El Coco"- suspiró Amelia.- Nadie más sabe algo de él, aparte de Silver.

La mirada de James se iluminó, como si estuviera recargado de fuerzas, y asintió alegre. Denver limpió sus gafas con un ligero temblor de manos y Amelia pasó a mover las fotografías e informes a un lado.

-Tu madre va a matarme.- se lamentó Denver, con un temblor notorio en sus manos.

-Tranquilo, no le diremos nada.- se entrometió Jack. Jim le sonrió de vuelta con ánimo, e Hiccup tuvo que aguantarse las ganas de soltar alguna reprimenda. Mérida, por su lado aun confundida por la charla, y extasiada por tener al fin tal ayuda para encontrar a Rapunzel, solo se limitó a seguirle la corriente a todos. Sinceramente ya no podía esperar por salir a las calles a buscarla.

-Aquí, presten atención.- Amelia se paró de la silla, y con su siempre porte elegante y recto, dejó aquella caja mediana sobre la gran mesa. – Sé que no traen sus teléfonos encima.- Mérida asintió a aquella declaración. Habían acordado deshacerse de todo dispositivo que pudiera rastrearse. – Así que...-La mujer sacó uno por uno teléfonos móviles, los cuales fue dejando sobre la mesa con mucha delicadeza.- Estos son algunos de lo que confiscamos. Están cargados y en línea, además de tener en la agenda solo los números de los que estamos aquí presentes.

El primero en agarrar uno fue Jackson. No era algo tan nuevo, pero tampoco tan viejo; de un color celeste con toques negros que lo hacían ver más elegante, y una cámara regular en la tapa. Agradeció con una gran sonrisa y lo metió al bolsillo de sus pantalones, posteriormente siendo imitado por Hiccup, cuyo teléfono era igual al de Jackson, solo que con la diferencia de que el color de su teléfono era verde; Mérida, igualmente con un modelo de teléfono parecido al de sus compañeros, solo que de color rojo y finalmente Jim, siendo su teléfono de una funda completamente negra.

-Con esto podremos estar comunicados.- Afirmó Denver, esta vez más nervioso.- No duden en llamar ni un minuto. Los buscaremos donde sea que estén.

-Según mis fuentes, Silver se está hospedando en uno de los barrios bajos de la zona roja oriental. – comenzó a hablar Amelia, sin embargo Jim la interrumpió.

-Es la zona donde más peleas de robots se producen.- enarcó una ceja Jim. Sí se imaginaba al viejo Silver en tales temas clandestinos, pero no en peleas robóticas. A pesar de que, bueno, gran parte de él era un genio con la mecánica.

-Exacto.- Afirmó ella.- Es una zona peligrosa, llena de sicarios, malviviente y estafadores.

-No podía ser de otro modo.- se tomó la cabeza Mérida, frustrada por su mala suerte. ¿No podrían haber ido a parar en manos de una gentil princesa de los bosques?

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