Empieza con H

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Se separaron a causa de una fuerza que los mareó, impulsándolos hacia atrás. Jack pudo sostenerse de pie, agitado, tomándose la cabeza. Su mente estaba repleta del castaño. No sabía porqué, ni cómo. Pero quería que él estuviera ahí. Su falta lo llenó de inseguridad, y casi por instinto quiso apegarse a Mérida. Pero no era lo mismo. ¿En dónde estaba Hiccup? ¿Por qué lo precisaba? ¿Por qué sintió miedo?

Por su lado, Mérida reaccionó sin saberlo, a los movimientos de Punzie. La tomó protectoramente, impidiendo que cayera al suelo. No supo cómo, nada. En un segundo estaba mareada, y al siguiente su cuerpo y mente solo pensaba en proteger a Punzie. Mientras la ayudaba a enderezarse, sin quererlo, pensó en la falta de su amigo. Estaba tan aturdida y confusa, que solo atinó a abrazar a Rapunzel, sintiendo como ella se colgaba de su cuerpo asustada. Abrió los ojos. Los había tenido fuertemente cerrados debido al ardor. Su vista estaba borrosa. Aquello la alarmó.

-Mis ojos.- dijo casi sin aire. Rapunzel reaccionó, poniendo amabas manos en las mejillas de la pelirroja. Estaban llorosos, ligeramente rojos.

-¿¡Qué sucedió!?- se alteró Jack, llevándose las manos a la cabeza. Sin embargo no se dejó controlar. Contuvo las preguntas y el miedo al ver como Mérida trataba de enfocar su mirada, sacando el agua de sus ojos con el reverso de su mano. Rapunzel, temblando, susurraba un "no lo sé, no lo sé". Él comenzó a respirar hondamente, como Aster le había enseñado. Una, dos.. Luego de unos minutos, el silencio reinó. Dentro, solo se escuchaba algunas risas, la música y el ir y venir de la gente.

-...¿Estas mejor?- trató de confortarla Rapunzel. Aunque en realidad, ella estaba siendo confortada por la sola presencia de la pelirroja.

-Lo estoy.- asintió ella, aun algo agitada.- Jack.- lo llamó. El aludido la miró con pesar. Como si él hubiera sido el causante. ¿Por qué se sentía con culpa?

-Estoy bien.- mintió. Aun se sentía vulnerable y conmovido.

-No lo estas.- dijo ella.- Lo siento, no era en serio lo de tu familia.- admitió, tratando de poner una sonrisa, aun encima del rastro de lágrimas que dejaban sus lágrimas de irritación. – Ven aquí.

-¿Y si explota el mundo?- trató de bromear. Pero no pudo negarse. Rapunzel se separó, acariciando a su pobre mascota que seguía sin comprender que rayos había pasado. Jack se acercó con pena. Mérida le volvió a sonreír, y lo abrazó. Ambos, con miedo, pensaron que sucedería algo. Pero nada. Solo hubo calma. Jack respiró profundamente, dejándose llevar por el olor a bosque que tenía la chica. Se parecía al de Hiccup. Solo que Hiccup olía más a una mezcla de pino y chocolate...Libros viejos ... Y seguridad.

-Quizás fue una alucinación colectiva.- habló Rapunzel, tocando su cabello.

-No lo fue.- negó Mérida. Se alejó de Jack, ahora más satisfecha, y se pasó las manos por los ojos por última vez.- Una alucinación no duele tanto. ¿Verdad?

-Tiene razón. – Concluyó Jack.

-Entonces no entiendo que pasó...

-¿Alguien más las vio?- preguntó ella. - ¿O las escuchó?

-...¿Qué cosa?- preguntó Jack. La pelirroja ya se lo esperaba.

-Unas luces. Azules. Murmuraban cosas. Y estaban en esa dirección.- apuntó donde mejor pudo. En lo oscuro, aun costaba ver, a pesar de que tenían la ayuda de las tenues luces. – un camino de ellas. Como si señalaran algo.

-No. No había nada ahí...- negó Rapunzel.

-Quizás bebimos de más.- quiso justificar Jack.

-No he bebido.

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