Capitulo 82:

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Tu: ¿Escuela, hoy? No, por favor. –dije al sentir que Harry me despertaba

Harry: tranquila, son las 12 de la mañana –rio- ya empezó la escuela

Abri los ojos lentamente y lo primero que vi fue el rostro de Harry quien me sonreía acostado a mi lado. 

Tu: Ayer fue un dia increíble –jugue con sus rizos 

Harry: ¿Con que te gusto volar? –sonrio 

Tu: Supongo que hoy… ya que faltamos a la escuela- 

Harry: aja. Tengo otro plan. Pero esta vez, nos llevara un poco mas de tiempo. 

Tu: ¿ah si? ¿Qué haremos? 

Harry: Solo ponte tu ropa de ejercicio. 

Tu: ¿Ejercicio? No- No puedo amor –triste 

Harry: Hable con el doctor, lo que planeo si puedes si vamos lento 

Tu: Parece que lo tienes todo fríamente calculado, ¿ah?

Harry: Cuando se tratan de cosas importantes en la vida, debemos tenerlo todo calculado.

Reí mientras me levantaba de la cama y caminaba hacia el armario. 

Despues de una hora en viaje escuchando los cd´s de “The Fray” estacionamos el auto cerca de una montaña. 

Tu: ¿aquí nos bajaremos? –mire por la ventana 

Harry: exacto. Tranquila, no hace mucho frio. 

Abri la puerta del auto y pude respirar verdadero aire fresco. Casi todo a mi alrededor era verde. Sobre todo por la gran montaña que teníamos en frente. Había un teleférico a un lado y una fila de gente esperando su turno. Mire hacia donde llegaba el teleférico y note una como cabaña de madera donde parecía ser un restaurante o algo parecido. Y a su alrededor tenia pequeñas cabañas. Tal vez era un mini hotel para rentar cuartos. Supuse que subiríamos como los demás por el teleférico hasta llegar al “restaurante” y tomar chocolate caliente juntos. Pero en realidad, aun que era una hermosa idea, no recordaba haber escrito eso en mi lista. 

Tu: Vamos a la fila antes de que se haga mas larga. 

Harry: ¿Fila? Pero si nosotros no subiremos por el teleférico. Eso no esta en la lista –miro la lista nuevamente

Tu: ¿Y entonces?

Harry: Numero 11… Subir una… 

Tu: Montaña –termine la oración recordando cuando lo escribi- ¿Subiremos la montaña?! –la mire nuevamente 

Harry: Mucha gente lo hace, los valientes claro. 

Tu: Oh, no quiero ser cobarde –rei 

Harry: entonces, ¿Qué esperamos? –tomo mi mano 

Camine junto a Harry hasta que llegamos a un lado de la montaña donde había un camino de tierra rodeado de millones de plantas. 

Harry: Aquí empezaremos. Terminaremos allá arriba –señalo el tal restaurante

Tu: Esta bien. –respire jalando su mano 

El camino fue divertido, algo largo debo decir, pero divertido. Nos pasamos cantando y riendo, Harry siempre sacaba una sonrisa en mí. Hasta me olvide de mis dolores por la mayoría del tiempo. Era muy lindo el sendero, donde había mariposas y podía llenar mis cansados pulmones con aire fresco. En una parte del camino, cuando Harry me noto cansada, me llevo en su espalda y seguimos, pero nunca nos rendimos. Seguí y seguí, más que por un deseo “antes de morir” sentía que hacia esto también por Harry. Estaba tan emocionado siguiendo la lista. 

Ya casi al final del sendero, mi cuerpo no daba mas. Harry me pregunto si quería que el me cargue, pero yo me propuse terminarlo y el respeto mi decisión. Es mas, estuvo feliz de que yo me sienta capaz de lograrlo. Y así lo hice y llegue cansada, pero llegue al restaurante arriba de la montaña. 

Me sentí victoriosa y feliz, lo había logrado a pesar de mis estúpidos pulmones dañados. Apenas llegamos al restaurante nos sentamos en una mesa y pedimos dos chocolates calientes justo como lo imagine. El lugar era pintoresco y lindo, pequeño pero tenía ese calor que te hacía sentir como en casa. 

Cuando los terminamos y Harry pago la cuenta, pensé que ya nos íbamos y me sentí algo triste, aquí era tan hermoso alejados de la gran y ruidosa ciudad. Pero me equivoque, no nos íbamos aun. La señora que le cobro la cuenta a Harry le entrego unas llaves y Harry me guio hasta una pequeña cabaña. 

Eran como las 6 de la tarde, y estábamos a punto de entrar a nuestra pequeña y preciosa cabañita para dos. 

Harry: ¿Estas lista? –me sonrió a punto de abrir la puerta de la cabaña

Asentí con la cabeza sonriente. Al abrise la puerta mi corazón latio mas rápido y sentí mariposas recorriendo todo mi cuerpo. La cabaña era pequeña y lo único que tenia era un colchon en el piso. ¿Pero que fue lo hermoso? Alrededor del colchon, habían petalos de rosas blancas, mis favoritas. Y velas con aroma a vainilla, que eran las que iluminaban la cabaña. 

Tu: Wow. Yo- 

Harry: Tuve que llamar cuando te dormiste ayer para que no supieras la gran sorpresa. ¿Te gusta? –beso mi cachete que se mojaba con lagrimas de emoción 

Tu: Me- Me encanta –dije con la voz cortada

Me voltie y comencé a besar a Harry lentamente. Cuando entramos, Harry cerro la puerta y ahora lo único que iluminaba eran las velas blancas. Con total silencio y sin desesperación, saque la camisa de Harry lentamente de el y bese su cuello. Nos acostamos sin hacer ruido sobre el colchón y Harry comenzó a sacar mi blusa. Todo fue tan despacio y mágico. Sin apresurar, si quiera un solo paso. Seguí besando lentamente su pecho y con tan solo el sonido de las velas terminamos uniéndonos y haciéndonos uno con total amor y delicadeza. Nada ni nadie, ni siquiera mi enfermad, podía arruinar ahora este momento.

MY LITTLE REBEL (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora