Respire hondo y tome aire. Sentía miedo mezclado con curiosidad. Sentía alegría, amor, desesperación. Eran todos los sentimientos mezclados en un solo cuerpo. Estaba ya vestida, sentada en la vieja silla que rechinaba de la habitación. En cualquier momento, mi madre entraría y me daría la señal de que es la hora. La hora de caminar por el altar para ser la esposa de Harry.
Mire mis tacones. Tan perfectos y relucientes. Mi vestido era (EL DE LA FOTO ANTERIOR) hermoso y lo amaba. Era sencillo, pero de alguna manera especial. Me sentí extraña por los tacones, no me sentía… yo misma. Como si en este momento, ahora fuera otra persona, alguien elegante y refinada. Esa no era yo. Yo era la rebelde y problemática. Bueno, antes. Pero extrañaba eso. No tanto los insultos y cuando me llamaban “perra” en cada susurro pronunciado en la escuela. Pero extrañaba ser esa chica fuerte y grande. Al menos, sentirme grande. Estire mi brazo y me saque los tacones. Me pare de la silla y camine descalza por un momento por el helado suelo de la habitación. Fui hasta el closet y vi mis viejos, rotos y descoloridos converse. En la punta, tenia escrito “Harry” con marcador permanente. Tenía que usarlos, eran parte de mi, parte de mi pasado, de mi vida entera. Me senté en la cama y me los puse con delicadeza. Me levante y note que el vestido tapaba los converse. Perfecto, así, mamá no lo notará y podré usarlos.
Aun que ella no supiera que es mi madre, se que haría todo un sermón de lo elegante que debo estar hoy y me obligaría a usar los tacones relucientes. Espere un momento y me vi al espejo nuevamente. Por primera vez en mucho tiempo me vi linda. Unas cuantas horas antes, mi madre me había ayudado a colocar la peluca, y a maquillarme con todos claros y duraznos. Rizo mis pestañas y coloco delineador para que mis ojos resaltaran. Luego coloco la base y el polvo durazno y un poco de color rosa claro en mis cachetes. Finalmente, me aplico color rosa claro en los labios y un brillo.
La peluca era rubia, lacia y cabello como hasta las costillas de largo. Era muy parecido a como era antes. Lo dejamos suelto, pero a un lado con un pedacito de cabello hizo una pequeña trenza francesa fina y le puso un broche en forma de flor al final.
Me miraba el espejo, sin darme cuenta ya estaba sonriendo. Cuando mi madre entro por la puerta haciendo rechinar. Vire el rostro enseguida en dirección hacia ella. Me sonrió y susurro
TM: Es hora cariño.
Se me erizo la piel y sentí mariposas infinitas revoloteando por todo mi estomago. Salí de la habitación llevando mi tubo de respiración arrastrando. Aun que rogué por no usarlo está noche, el doctor insistió que era necesario por lo que me vi obligaba a usarlo. Bajamos por el ascensor y caminamos lentamente hacia el salón donde sería la ceremonia. Suspire hondo y agite mis manos.
Tu: ¿Estoy bien? –mire a mi madre quien ya me veía con una cara de orgullo
TM: Perfecta. –contestó sin pensarlo dos veces.
Asentí con la mirada hacia la puerta. En cuanto sonara la música, las puertas se abrirían y llegaría la hora, el momento. Me imaginaba a Harry parado del otro lado de la puerta, igual de nervioso mordiendo sus labios inferiores igual que yo. Los dos amándonos esperando el momento separados por una puerta del salón del hospital. Mire a mi madre y cuando estaba a punto de decir algo, la música sonó. Algo en mi se encendió y sentí que el estomago me daba vueltas sin parar, que las manos me temblaban y las mariposas no se controlaban.
Las puertas se abrieron finalmente y sentí que un viento golpeó mi rostro. Cuando alce la mirada, vi a Harry. Él sonreía como si acababa de ganar un Óscar o tal vez algo aún mayor. Al verlo, no pude evitar sonreírle de vuelta. Me sentía tan nerviosa que sentía que temblaba mientras soltaba pequeñas risas nerviosas. Camine por el pasillo sin desenfocar los ojos en Harry. Sabía que mis amigos estaban ahí, pero mi mirada era directa hacía sus ojos verdes. Agarraba el brazo de mi madre con fuerza, como si me estuviera sosteniendo de no caerme de la ansiedad. Cuando llegamos al altar, mi madre me dejo en el puesto al frente de Harry y beso mi cachete, luego se fue a su puesto. Harry y yo nos quedamos parados frente a frente en el altar, deseando este momento. El sacerdote comenzó con la ceremonia y sentía que la sonrisa de Harry me derretía. Su mirada bajo a mis manos y tomo una de ellas apretándola fuerte, luego me miro a los ojos nuevamente.
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MY LITTLE REBEL (Editando)
Teen FictionHola, esta historia esta siendo editada por lo tanto, van a encontrar cambios en alredor del transcurso de la historia. Esta historia ya no entra en la categoria de fanfic's, he decido cambiarle los nombres a los personajes. La trama va hacer la mis...