Capitulo 95:

1.4K 28 0
                                    

Respire fuertemente y al fin pude obtener algo de aire en mis pulmones. Sonreí enseguida, esto podía significar una mejora. Pero cuando recordé que aquel aire salía de un tubo que me daba respiración sin que yo apenas intente inhalar, mis esperanzas se desvanecieron como si fueran fuego que le echa agua. Abrí los ojos y lo primero que vi fue el techo blanco de la habitación. Vire la cabeza y vi a Harry dormido con un rostro de frustración en el sofá hecho una bolita. 

Tu: Harry. –susurré moviéndolo con mi brazo suavemente

El abrió los ojos poco a poco, y al verme sonrió. Siempre que yo lo levantaba en la mañana, lo primero que él hacía era sonreírme. Supongo que lo hacía porque eso significaba que yo tenía un día más de vida. También le sonreí intentando parecer que me sentía perfecta y no sentía como mis pulmones se hacían más pequeños y se ahogaban lentamente por cada segundo que pasaba. 

Harry: ¿Cómo te sientes? –se sentó en el sofá restregando sus ojos

Tu: Perfecta. No siento dolor. –mentí

Note como su rostro se ilumino. Me dolía mas que era una mentira. 

Tu: ¿Quisieras leerme otro libro? –dije siguiéndolo con la mirada mientras 

Vi tristeza en sus ojos

Tu: ¿Qué pasa? 

Harry: Mi amor… yo… me dio un ataque de… rabia y rompí los libros. –decepcionado 

Tu: Esta bien. Ya no importa, ven- 

Harry: Bueno, eso no quiere decir que no te puedo contar uno. 

Sonreí. Sabía que tenía una idea en la mente. 

Harry: Se me muchos libros. 

Tu: cuéntame uno. –emocionada 

Harry: Había una vez… una niñita que tenía una capucha roja. La niñita se fue de su casa, y en el camino se encontró con un lobo. Él quiso conquistarla, pero ella no se dejo y le hecho una maldición. El estaría enamorado de ella para siempre pero no podría logar que ella se enamore de él. Él lo intento todo. La siguió y siguió todos los días, hasta la beso, pero ella seguía resistiéndose. Incluso ella se atrevió a salir con el primo del lobo para hacerlo sufrir. Al final, ella no se resistió de sus encantos y vivió feliz con el lobo. 

Tu: ¡Eres terrible contando historias! –Reí- me suena a caperucita roja, mezclado con algo de nuestra historia y algo llamado imaginación borracha. ¿Acaso te eche un hechizo? Porque no lo recuerdo. 

Harry rió. 

Harry: Es cierto. Soy terrible contando historias. Lamento haber roto los libros. 

Tu: Solo rompiste las hojas. No los recuerdos. 

Harry se acerco a mí y se sentó a mi lado en la camilla. 

Tu: ¿recuerdas esa noche que comimos miles de helados? 

Harry: Fue una locura. Sigo teniendo el sabor a chispitas de chocolate en la garganta. 

Tu: Sigo teniendo ganas de helado. ¿Quieres comprarme helados amor?

Harry: Ahora mismo salgo. Te traeré mil helados. 

Tu: Genial. –reí

NARRA HARRY: 

Salí de la habitación poniéndome mi chaqueta ya que hacia un frio aterrador afuera. La tienda de helados estaba algo lejos, pero no me importo. Me subí al auto y maneje por como 40 minutos ya que había un tráfico atroz. Al llegar al lugar fui directo a donde la señora de los helados. 

MY LITTLE REBEL (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora