Capitulo 91:

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Suspire profundo el olor de café en la mañana. El olor recorrió desde mi nariz hasta mis pies llenándome de felicidad. Adoraba el café por la mañana. Parpadeé dos veces y abrí finalmente los ojos. Lo primero que vi fue la puerta de mi habitación en el hospital. Mi cabeza estaba apoyada en el abdomen de Harry, ya que terminamos quedándonos dormidos en esta posición. Harry, estaba en sus bóxers azules y yo tenía únicamente mi calzón y su camiseta vieja de su equipo favorito de futbol. 

¿Pero por qué olía a café? Mire el reloj de la pared que marcaba las 8:15 de la mañana y el desayuno, no lo pasaban hasta las 9:30. Me senté en la cama e intente encontrar de donde prevenía ese olor tan delicioso. Y lo encontré, en la mesa. Había dos tazas con café hasta el tope. Me levante de la cama y lleve conmigo mi tanque de oxigeno. Me acerque a las tazas de café que estaban en la mesa, donde Harry y yo desayunábamos habitualmente. Alado de las tazas había un papel rosa en forma de corazón, supe que era uno de esas “notitas de buenos días”. 

Desde que ingrese al hospital, cada semana, Harry me ido dejando diferentes notitas por todos lados. A veces, estaban en el velador, a veces en la mesa de desayunos, una vez encontré uno enrollado a mi cepillo de dientes. Siempre los ponía en diferentes lugares y al despertarlos yo los veía. ¿Qué decían? Frases. Frases que me harían una buena semana, cosas como “sonríe, es gratis” “Hoy es un perfecto día para reír por montones” y así habían millones de notitas. Las guardaba todas en una cajita en el cajón del velador, amaba verlas, siempre me hacían sonreír. Harry y yo las llamábamos “notitas de buenos días”. 

Agarre la notita y la leí “Fui a comprar café mientras dormías, para que despiertes y recuerdes los viejos tiempos”, de inmediato sonreí mientras observaba la notita y leía la frase una y otra vez. Cuando sentí unas manos grandes y suaves que me rodeaban el abdomen. 

Tu: Hola cariño. –dije sin voltearme 

Harry: Dime que tenias ganas de café. –suspiro apoyando su mentón en mi hombro. 

Tu: Moría de ganas de café. 

Harry: ¿Qué tal anoche? –me abrazo mas fuerte 

Tu: Justo como los viejos tiempos. –mordí mis labios inferiores

Agarre la taza de café y le di un gran sorbo. 

Tu: Delicioso. –dije dejando la taza de café nuevamente sobre la mesa- y amor, ¿Me quieres hacer un favor?

Harry: Lo que quieras. 

Tu: ¿Me ayudas a bañarme? Me siento tan sudada desde… -me voltee hacia él e hice una cara picara- desde ayer… 

Harry: ¿Sudada, eh? –alzo una ceja y me junto más hacia el- ¿acaso intentas seducirme con lo del baño?

Lance una fuerte carcajada. 

Tu: para tu increíble suerte… no. Enserio necesito un baño y no puedo hacerlo yo sola. 

Harry: Esta bien, te ayudare. Pero solo digo que será algo difícil controlarme… 

Reí nuevamente y lo jale hasta el baño. Harry me ayudo a sacarme la ropa teniendo cuidado con el tanque de oxigeno y me cargo adentro de la bañera. Me quede sentada y me apoye hacia atrás con el borde del jacuzzi. Harry calentó el agua a la temperatura perfecta y puso algo de burbujas. Me puse jabón en el cuerpo y Harry me ayudo a mantener el equilibrio. Cuando terminamos, nos quedamos un rato así. Yo recostada en el jacuzzi y él afuera sentado a mi lado en el suelo. 

Tu: Oye. –dije mirándolo. 

Harry: ¿Si, princesa? 

Tu: Pásame mi gorrito de baño porfis. –dije estirando mi mano señalando el gorrito que estaba sobre una silla en el baño. 

MY LITTLE REBEL (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora