Capítulo 1.

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"No pienso volver a beber en mi vida"  Pienso nada más despertar, al sentir un muy potente dolor de cabeza, que se intensificaba con la luz que entraba por la ventana.
Cerré los ojos, intentando volver a dormir, pero tras dar algunas vueltas a la cama, desistí y volví a abrir los ojos, y como era manía en mi, lo primero que hice fue revisar las notificaciones de mi móvil.
Tenía varios mensajes de mi mejor amiga Lu, que básicamente eran fotos de anoche.
Y sonrío al recordar lo bien que me lo pasé, y es que iba poco de fiesta, pero cuando iba, lo daba todo.
Entonces, de pronto, mientras miro (y me río) de las fotos que Lucía me ha mandado, me llega la notificación de un correo electrónico nuevo, y me quedo en shock, y es que he conseguido el trabajo de mi vida.

Dos semanas atrás.

Me sentía estresada, rodeada por apuntes de 5 asignaturas distintas, esto de la selectividad me estaba sobrepasando y en estos momentos solo me apetecía gritar, llorar o mandar todo a la mierda. 

De pronto, mi madre con una de sus cálidas sonrisas se asoma por la puerta de mi habitación, con dos grandes vasos de limonada en las manos.

-¿Se puede pasar? -Pregunta algo cortada, al ver mi cara horrible de estrés.

-Si- suspiro.- Quizás me viene bien despejarme un poco. 

-Yo creo que también, no tienes muy buen aspecto. -Me aconseja mi madre, a la vez que se sienta a mi lado en la cama, donde estaba estudiando. -Toma y refresca las ideas. -Me dice tendiéndome uno de los vasos de limonada. 

-Gracias mamá, esta pausa me viene genial. -le respondo para darle un buen trago a mi bebida.

Entonces la miro, veo que tiene su cara de "Abi, cariño, tenemos que hablar y no te va a sentar bien lo que te voy a decir". 

-Suéltalo. -le pido.

-¿Qué se supone que he de soltar? -Pregunta, evadiendo el tema. 

-Mamá te conozco... Sé que me quieres decir algo y no sabes como. -le contesto, para que me cuente lo que sea que me tenga que contar.

-Qué vas a tener que trabajar este verano, yo sola no puedo pagar todos los gastos que vienen de la universidad. —me responde seria.

-Mamá no tengo ahora la cabeza para pensar en ponerme a trabajar, la verdad. - le contesto, pensando en el agobio que tengo por culpa de los exámenes.

-Pues piénsalo, te recomiendo que comiences a buscar ya. -me ordena, se levanta de la cama y sale de mi cuarto, sin darme tiempo a replicar.

Aunque solo por el hecho de que en estos momentos no me apetece seguir estudiando, alcanzo el portátil, que estaba enterrado entre los apuntes de historia y no tardo en estar registrada en una web de trabajo.
Me apunto a algunas ofertas de camarera, canguro o dependienta, no son el trabajo de mis sueños, pero no tengo currículo para aspirar a mucho más.
De pronto, un anuncio me llama mucho la atención, y es que al parecer, un grupo de música (que no pone el nombre), busca una asistente personal para su gira de verano por España.
Me entra muchísima curiosidad, y sin pensarlo demasiado mando toda la información que piden.

Y al rato me llaman.

-¿Abigail? -me pregunta una voz de hombre.

-Si, soy yo, ¿quien es usted?

-Soy Pedro Malaver, el manager de Morat, le llamo por el trabajo de asistente personal.

En ese momento me quedo de piedra, esto no puede ser real, ¿no es un sueño? NO PUEDO CREER QUE ESTOY HABLANDO CON PEDRO. Siento como el corazón me va a mil, incluso comienzo a hiperventilar, esto es muy fuerte, se me acaba de presentar la oportunidad de pasar el verano con mi banda favorita, y no la quiero dejar escapar.

Noches de verano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora