Capítulo 25.

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Cuando entré a la discoteca, fue cuando todo dentro de mi hizo crack.
Me vine abajo, toda la tensión vivida hoy había estallado, y no podía dejar de llorar.

—Abi, Abi, ¿estás bien? —me pregunta Alicia muy preocupada, que justo pasaba por donde yo estoy.

No me siento capaz para contestar, solo niego con la cabeza.

—Cariño, ¿que ha pasado? —vuelve a preguntar preocupada, y yo sigo sin saber que decir, solo lloro más.

—Vamos al baño, un poco de agua fría te sentará bien.

Ella me coge de la mano y me guía hasta el baño, donde me echa agua fría en la cara y me hace beber un poco, y aunque me siento igual de mal, me despeja bastante.

—¿Estás mejor? —se vuelve a preocupar.

—Si... Gracias. —le respondo con un hilo de voz.

—No te conozco de mucho, pero te he visto mal y tenía que ayudarte, ¿quieres hablarlo? —me pregunta amable.

—Hace un rato un tipo intentó abusar de mi...—le explico, con dificultad a Alicia.

—Vamos por partes... ¿Un tipo intentó abusar de ti?¿Te hizo algo? — se alarma.

—Sólo me manoseó, Simón apareció a tiempo para quitármelo de encima...

—Ay Simón. —suspira. —menos mal que estaba allí... —dice pero como con segundas.

—¿Qué quieres decir con eso? —pregunto algo confundida.

—Que se nota de lejos que ese chico está enamorado de ti. —me contesta sin rodeos.

—Pues que le den, es un imbecil, y me ha hecho mucho daño. —le replico sin pensar.

—¿Qué pasó? —pregunta ahora ella confundida, ya que para Alicia, Simón y yo no somos nada.

Y entonces dudo, ¿le digo la verdad? Y tras meditarlo unos segundos, decido que si, estoy harta de mentiras.

—Simón era mi novio, no Cam, y por celos que tiene el muy idiota de Villa, le he dejado, me ha dicho cosas que me han dolido mucho... Ha creído antes a María que a mi. —le explico.

—No entiendo, ¿y porqué Juan Pablo no fue sincero? —pregunta fuera de lugar.

—No lo sé, la verdad. —miento, creo que no soy quien para revelar que Isaza le está siendo infiel.

—Ya hablaré con él... Y con Simón, no entiendo como puede hacer caso a la paranoica de María, es mi amiga, pero es una celosa loca, no le duran los novios por eso.

—Villa lo pasó muy mal... Y es verdad que acabó engañandola, pero no conmigo... Entre Villa y yo jamás pasó nada. —me justifico.

—Y te creo, todo el mundo con dos dedos de frente, ve como María está loca.

—Entonces Simón no los tiene. —bromeo.

—Si si los tiene, lo que pasa que lo pasó mal con su última relación, estaba muy enamorado y la quería mucho, y sé que le costó mucho superarla. Y ahora que se ha vuelto a enamorar, tiene miedo y muchas inseguridades. —le excusa Alicia.

—Pero eso no quita que me haya hecho daño, no justifica que haya intentado darme celos con una fan y justifica mucho menos todo lo que me dijo... —le respondo con indignación.

—Entiendo que te haya hecho daño, pero un error lo cometemos todos... Y veo que te quiere, te ha defendido del malparido que te quería hacer daño, Abi, Simón te quiere y tu a él, se te nota, piensa las cosas bien, hablad las cosas bien, pero vuelve con él... —me aconseja y después me abraza, no la conozco casi nada, pero con esto me está que es una gran persona... Lo que en el fondo me hace sentir horrible, por ayudar en que su novio, le sea infiel.

Entonces un golpe brusco de la puerta abriéndose nos sobresalta, al parecer es una pareja en pleno momento fogoso, pero en cuanto vemos quienes son, puedo ver el momento en que a Alicia se le rompe el corazón.
Y es que esa pareja son Juan Pablo y Camila, besándose con todas las ganas del mundo, y tanto Alicia como yo, sabíamos que las intenciones de ambos eran darse más que besos.

—Juan Pablo... —dice con la voz quebrada, con las lágrimas a punto de salir.

Entonces él reacciona, y se da cuenta que estamos ahí y que su novia acaba de pillarle.

—Alicia... Ehhhh... —intenta excusarse, buscando alguna mentira o explicación, mientras nervioso se pasa las manos por el pelo.

Veo en la cara de mi amiga, las ganas de huir de allí, y aunque me sabe muy mal por Alicia, agarro de la mano a Cam, la saco del baño, y nos vamos fuera de la discoteca.

—¿Estás mal de la cabeza? —Le grito.

—Abi, lo siento... Fue él, me dijo de bailar y una cosa llevó a la otra, no pensábamos que estabais en el baño. —se excusa arrepentida.

—Alicia no se lo merece, es una chica con un gran corazón y quiere a Juan Pablo... y es que es un idiota, ¿porqué no hizo las cosas bien? —digo enfadada, pero con Isaza.

—Yo también tengo culpa, me metí en esa relación... —me responde con culpa Camila.

—La culpa entera es de él, si la quisiera de verdad, no se habría enrollado contigo... En verdad ya está bien que Alicia haya abierto los ojos, se merece alguien que si la quiera de verdad.

—¿Y yo que hago? —me pregunta Cam.

—Tu y yo nos vamos para la furgo, ha sido un día muy duro para ambas, vamos a dormir un poco.

Y eso hacemos, nos vamos hacia la furgo, donde encontramos a Simón solo, dormido, y el móvil en la mano. Veo que lo tiene desbloqueado y se lo cojo para apagarlo, pero antes me fijo en su fondo, somos nosotros dos, dándonos un beso, el día en el que me pidió ser su novia.
No puedo evitar sonreír, y me vuelvo a sentir mal... ¿Si tanto me quiere, porqué me hizo sentir tan mal? El amor no debería de doler.

Noches de verano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora