Capítulo 17.

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Mañana era el último concierto de la semana, y regresariamos a Madrid, donde al fin tendremos 2 días libres.

Pero de momento, estábamos en Roquetas de Mar, tirados en las tumbonas de la piscina del hotel.
Villamil y Martín estaban abstraídos escuchando música, Isaza sonreía mucho mirando al móvil, Simón leía y yo estaba poniéndome al día con las zorris y Cam.

—Abi, ¿te bañas conmigo? —me pregunta Simón de pronto.

—Ay... Ahora no me apetece.

—Venga... No seas aburrida. —insiste.

—¿No te puedes bañar solo?

—Es que solo es aburrido. —se queja, haciéndome un adorable puchero.

—Bueno vale... —accedo sin ganas.

Así que vamos los dos hacía la piscina, pero cuando en teoría me debería de meter con él, lo dejo solo, y hago un intento de volver a mi tumbona, y digo intento, ya que Simón no tarda en salir de la piscina, cogerme en volandas y tirarme al agua con él.

—A mi no me engañas. —me susurra al oído, ya que sigue sin soltarme.

—Eres el mayor idiota que conozco. —le digo molesta, no me quería bañar.

—Y tu una mentirosa.

—Y tu un pesado.

—Y tu una cabezota.

—Te odio.

—Mentira. —afirma y me besa.

—Que me robes un beso, no hace que te odie menos. —le sigo vacilando, y me cruzo de brazos.

—Entonces te tendré que robar otro beso. —anuncia, antes de cumplir lo que me ha dicho.

—Sois muy empalagosos ustedes dos. —comenta Villa que se acaba de meter al agua, al vernos besándonos.

—Calla Villamil. —le manda Simón y le salpica agua.

Y eso hace que comience la tercera guerra mundial de agua entre Villa y Simón y aunque ambos me miran para que tome bando, prefiero quedarme al margen y mirar como Monchi y Juan Pablo, se salpican y se persiguen para ahogar al otro.

—¿No juegas? —me pregunta Marto que acaba de entrar al agua.

—Paso, creo que me voy a salir.

—Abi, no sabes que te pierdes. —me dice antes de unirse a esos dos.

Como le he dicho a Martín, decido salirme, y me siento en la tumbona de Villa, al lado de Isaza, y veo que no tiene muy buena cara.

—¿Estás bien?

—Ehh si, ¿porqué preguntas? —me miente.

—Te noto preocupado...

—No es nada... De verdad.

—No te creo. —insisto.

—Es que... —duda.—No creo que seas la indicada con la que hablar de esto.

—¿Es sobre Camila? —le pregunto, ya que al decirme eso, solo puede ser sobre ella o Simón, pero no me responde.

—¿Es sobre Simón? ¿Pasó algo? —insisto.

—No, no es de Monchi... —niega.

—Entonces es Cam. —afirmo convencida.

—Si Abi... —acaba reconociendo.

—¿Qué ocurre?

—Da igual...

—Isaza, sea lo que sea me voy a enterar, así que dilo.

Noches de verano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora