Capítulo 30.

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Me sentía demasiado bien ahora mismo, abrazada a él, sintiendo el calor que emanaba su cuerpo desnudo, el vaivén de sus suaves caricias por toda mi espalda, y como música los latidos de su corazón.
No quería que este instante acabara nunca, amaba estos momentos tan íntimos, donde no necesitábamos la voz para decirnos que nos queríamos.

Entonces, el sonido de mi móvil rompe el silencio, y aunque no quiero cogerlo, como no cesa acabo contestando.

-¡Abi! -me grita Cam. -¿Dónde estás?

-Estoy con Simón. -respondo sonriendo, pensando en lo que hemos hecho hace unos minutos.

-¿Dónde os habéis metido? -sigue preguntando.

-Estamos en la furgo. -le respondo con una risita, ya que además Simón ha comenzado a besarme por el cuello, cosa que me vuelve loca.

-No quiero saber más. —me responde sabiendo que ha pasado. —En unos 15 minutos estamos allí.

—Anda, déjanos un ratito más a solas. —le pido como súplica. —Yo te ayudé con Juan Pablo en su día.

—No me nombres a ese gilipollas. —me responde enfadada. —En fin, veré lo que puedo hacer, por si acaso dejad las guarradas. —me responde algo más amable y cuelga antes de que le de las gracias.

-¿Qué ocurre? -pregunta mi novio.

-Que no van a tardar en venir, nos vamos a tener que vestir.

-Pues que pena, me gustas más así. -me responde, para volver a besar mi cuello.

-Pero así solo soy para ti. -le contesto para ahora besarle yo por el cuello, incluso voy más allá y le dejo un pequeño chupeton.

-Me encantas Abi... Pero mejor paremos o nos van a pillar. -me dice y me separa de él, aunque sin muchas ganas.

Entonces nos separamos del otro, y nos vestimos, pero no tardo en volver a acurrucarme entre los brazos de mi guapo novio.

—Me pregunto que le habrá pasado a Cam con Isaza. —le comento, recordando lo mal que me ha respondido al nombrarle.

—A saber... Esos dos tienen tela... Tu amiga es muy orgullosa, pero realmente esta más enamorada de lo que cree de Isaza. —me responde.

—Eso ya lo sabia... Pero es que Isaza avanza un paso y retrocede cinco con ella.

—Y bueno hablando de Cam... ¿De que hablabais durante la prueba de sonido? —pregunta.

—Nada... Prefiero no hablar del tema. —le respondo, escondiendo mi cara en su pecho.

—Dímelo. —me exige y comienza a hacerme cosquillas.

—Simón, para. —le grito riendo.

—Pues dímelo. —me vuelve a pedir, intensificando las cosquillas.

—Que no! Para! Vargas! Te voy a matar! —le grito.

Entonces de pronto para, la puerta de la furgo se abre y aparecen todos... Y menos mal... Un poco más y lo mato.

—Villa me debes 10 euros. —le exige Martín a Juan Pablo y este le mira mal.

—Aposté que os íbamos a pillar en un momento más íntimo pero perdí. —se excusa Villa, encongiendose de hombros.

—¿Y si no estaban cogiendo? ¿Qué hacían aquí? —pregunta Isaza con confusión.

-No me encontraba muy bien, aquello que tomamos me sentó fatal. -le miento, si el supiera...

Noches de verano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora