Capítulo 14.

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Unos fuertes ruidos a la puerta de la habitación me despiertan, miro el móvil son las 6 de la mañana... ¿quién será a estas horas?

-Abi, soy Villa... necesito hablar contigo. -escucho que dice Juan Pablo, al otro lado de la puerta, mientras vuelve a golpearla.

Lo noto mal, muy mal, así que sin pensarlo demasiado me libero de los brazos de Simón que me tenían abrazada y salgo de la cama.

-¿A donde vas? -Me pregunta Simón que se despierta al notar que me he movido.

-Esta Villa fuera que quiere hablar conmigo... y no está bien. -le contesto, mientras me estoy vistiendo.

-Esta bien... yo voy a seguir durmiendo. -me dice y a los pocos segundos ya esta roncando.

No puedo evitar sonreír, amo la capacidad que tiene este hombre de dormirse en segundos, y sin poder evitarlo, le doy un beso en la mejilla antes de salir en busca de Villamil.

Y allá esta, apoyado en la pared del pasillo, mirando hacia el suelo, y en su mirada se reflejaban la culpa y la tristeza.

No sé que habrá ocurrido, pero lo único que se me ocurre hacer es acercarme y darle un buen abrazo... y no tardo en notar sus lágrimas.

No podría decir el rato que nos pasamos en mitad del pasillo abrazados mientras Villa no dejaba de llorar, cada vez me sentía más asustada y preocupada, ¿que le había pasado?

-Vamos a tu habitación. -le pido cuando se calma un poco.

Así que nos separamos, y él yendo delante mio, abre la puerta de la habitación y entramos.
Nos sentamos en la cama, el uno enfrente del otro.

-¿Que ha pasado? -me atrevo a preguntar al fin.

-Le he sido infiel a mi novia... -me confiesa.

Voy a decir algo, pero veo que lo mejor es dejarle hablar.

"Me encontraba solo en la barra, pidiendo otra ronda de bebidas, cuando noté como alguien me tocaba la espalda. Me giré y la vi, era preciosa, con un precioso pelo castaño y una sonrisa que derritiria a cualquiera, llevaba puesto un ceñido vestido rojo, que le marcaba cada una de las curvas de su precioso cuerpo.

—Ho-hola... —me saluda algo cortada.

—Hola linda. —le respondo seductor.

—Ay muero! —exclama —No me puedo creer que esté hablando contigo.

—¿Nos conocemos? —pregunto con tono de broma, aproximandome a ella, sabiendo que seguramente es una fan.

—Tu a mi no, pero yo a ti si... Villamil. —me responde con una bella sonrisa.

—Estamos en situación de desventaja, yo quiero saber como te llamas también. —"me quejo"

—Me llamo Patricia. —me responde nerviosa.

—Encantado de conocerte, Patricia. —le digo al oído, y noto como se pone más nerviosa.

Entonces, olvidándome de que iba con Juan Pablo y Martín, la invito a una copa, bailo con ella y me dejo llevar, besandola en mitad de una bachata que no logro identificar.
En estos momentos estaba ido, y me dejó de importar mi novia, si tanto desconfiaba en mi, ahora si le iba a dar motivos.

—Tengo ganas de irme a casa... ¿Me acompañas? —me pregunta con segundas.

—Claro, vamos. —le respondo sin pensar.

El apartamento de Patricia estaba a muy pocos minutos de la discoteca, así que no tardamos en llegar.

—¿Pasas? —me pregunta apoyada en el marco de la puerta, jugueteando seductoramente con un mechón de su cabello.

Noches de verano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora