Noches de verano.

Capítulo 39.

Simón.

Al parecer Abi y yo somos de los últimos en llegar a la fiesta de mi hermano.
Para mi gusto, hay demasiada gente, y noto a Abi incomoda cuando varios amigos en común que tengo con Martín se nos acercan a saludar.

Pero por suerte no tardamos en encontrar a Villa con Noah, a Isaza con Camila, y me extraño al no ver a mi hermano y Rocío con ellos.
Me quedé mirando a los dos últimos extrañado, ya que hacía mucho que me había perdido que pasaba entre ellos.

—¡Hola! ¡Tenía muchas ganas de verte!—exclama con mucha efusividad Abi y abraza a Noah.

—¿Ey y yo que? —se queja dramatizando Villa a mi novia.

—Tranquilo Villa, ya me alegro de verte por ella. —Le digo en broma a mi mejor amigo.

—Al final Villargas va a ser real y la loca de Abi va a tener razón. —comenta Noah.

—Es que tengo razón, yo sé que en verdad se aman. —Le contesta Abi y nos mira a Villa y a mi.

—Y yo también lo creo. —se suma Isaza, lo que provoca que Villa le pegue.

—Entonces, Villa, ya que tenemos la bendición de mi novia, vamos al baño? —Le digo sugerente y Villa me mira muy mal.

—Usen protección, no quiero hijos. —bromea Abi y se ríe.

—Si dices estas cosas sin beber, miedo me das cuando lleves unas copas de más encima. —Comenta Noah.

—Soy inofensiva, Cam lo sabe. —Le dice a su amiga, y ella asiente.

Y es cuando noto que Camila se encuentra muy callada, distraída, y metida en su burbuja personal.
Veo que no se siente nada cómoda y entonces, sin saber bien el motivo, tengo un presentimiento de que algo va a pasar.

—¿Bailamos? —Le pregunta Isaza a Cam, y ella sin muchas ganas asiente y se aleja juro a él.

Villa imita a Isaza, invitando a bailar a Noah, y las dos parejas se van hacia la pista de baile improvisada.

—¿Quieres bailar tu también? ¿O prefieres que me vaya con Villa? —Le pregunto a Abi, abrazandola por la espalda.

—¿Te parece tomar algo y nos unimos? —propone y asiento.

Empezamos por un par de cócteles, y brindamos por que la noche vaya bien.
Y me la quedo mirando, realmente Abi está preciosa esta noche y de pronto, siento una necesidad urgente de besarla, así que sin darle muchas vueltas, y sin que ella se lo espere, la beso.

—Ay parce, vas a dejarla sin aliento. —comenta una voz a mi espalda, que reconocería a kilómetros.

Cuando me separo del beso con mi novia, me giro y como ya me esperaba me encuentro a mi amigo Sebastián.

—Simón, no me habías dicho que tenias novia, y tampoco que era tan linda. —comenta coqueto como siempre.

—Como has dicho, la linda es su novia. —Le responde imponente Abi, adelantándose a mi.

—Linda y con carácter, Simón tienes muy buen gusto. —Comenta el colombiano. —Por cierto, soy Sebastián Yatra. —se presenta a mi novia.

—Lo sé, tengo una muy amiga mía colada por ti. Yo soy Abigail. —Le contesta.

—¿Y tu amiga es linda? —pregunta con mucho interés.

—Si quieres te doy su número y juzgas tu mismo. —Le contesta Abi, y le dicta el número de Danielle.

—Bueno, pareja voy a saludar a los demás. No se gasten mucho al otro. —se despide Sebas.

—Ey, de nada por darte el número. —Le dice borde Abi cuando se aleja. —Tu amigo es un capullo, no? —me pregunta.