A pesar de que anoche llegamos de madrugada a Madrid, no logré volver a dormirme cuando Simón abandonó la cama que compartiamos, para irse con Martín al aeropuerto.
Y como no quería seguir dando vueltas a la cama, pensé que sería buena idea irme un rato a leer a la terraza a solas, necesitaba un tiempo para mi misma.
Como era pronto aún, a pesar de ser verano, el aire fresco de Madrid me golpeó al salir, cosa que se me hizo muy agradable.
Me senté en unas de las sillas y abrí el libro, pero no lograba concentrarme, mi mirada estaba entre sus páginas, pero mi mente estaba en otro lugar.Cuando Simón me dijo que hoy iban en busca de la novia de Martín que llegaba de Bogotá, me hizo pensar y una gran inseguridad comenzó a angustiarme por dentro.
Volví a pensar en que dentro de unas semanas, Simón y yo nos veremos en las mismas circunstancias de una relación a distancia y no sabía bien si podría soportar tenerle tan lejos, o siquiera si lo nuestro funcionaria en esas circunstancias.
Desde que nos conocemos hemos estado juntos, y realmente no se si aguantaría estar lejos de él, y quizás suene a novia loca-obsesiva, pero sé que no es eso, es que me he malacostumbrado a mi novio, y se me hará demasiado duro lo que se avecina.—¿Qué haces acá? —me pregunta la reconocible voz de Villamil a mis espaldas.
—Simón me despertó y no podía dormir más. —Le contesto a mi amigo, mientras me giro para hablarle a la cara.
—¿Te apetece que salgamos a desayunar? Muero de hambre y no hay nada para comer... —me propone Juan Pablo, con una cara absoluta de sueño, y vestido con un pijama.
—Habría que ir a hacer la compra... Pero vale, vamos. —acepto su propuesta. —Dame 20 minutos. —anuncio y me levanto de la silla, cerrando el libro.
Me dirijo hacía el baño de al lado de mi habitación, me doy una ducha rápida, y después me visto con unos sencillos vaqueros cortos negros, una camiseta de manga corta con un adorable estampado de pequeños pandas, y mis converse negras.
Me maquillé ligeramente y recogí mi pelo en una coleta alta.
Metí mis cosas en una pequeña mochila, y me fui al salón, donde ya me estaba esperando Villamil.Nos vamos directos a una pequeña cafetería de al lado de casa, ambos teníamos bastante hambre como para ir muy lejos.
—Buenos días. — Saluda la camarera, una morena de pelo largo. —¿Qué van a tomar? —pregunta lo segundo algo más nerviosa, al darse cuenta de que mi acompañante es Villamil.
Villamil por su parte, noto que en cuanto la ve, se pone blanco y su cara es un poema... Me he perdido algo y no sé qué puede ser.
—Yo quiero tomar un café con leche y un croissant. —Le pido a ella, para romper el momento incómodo.
—Yo lo mismo. —Le contesta preso de los nervios Villamil.
Ella se va y yo me quedo mirando a Villa, tiene algo que contarme.
—¿Quién es ella? —Le pregunto directamente.
—Patricia... La chica con la que engañé a María... —me contesta con un hilo de voz. —No sabía que era de Madrid.
—Pues ya ves que sí... ¿Y porqué te pones así?
—Me fui de su casa sin darle explicaciones, y al verla de nuevo me he sentido culpable... No pensé que la volvería a ver. —me cuenta de manera sincera.
—Deberias de hablar con ella. —Le aconsejo, quizás así se siente mejor.
—No creo que quiera hablar conmigo... Pero da igual, ya sabemos donde no hay que ir. —Comenta, quitándole importancia, aunque yo niego, creo que hablar con esa chica sería lo mejor que podría hacer.
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Noches de verano.
FanfictionAbigail tiene 17 años, acaba de terminar las clases y se le ha presentado el reto de su vida: trabajar durante el verano con Morat, su grupo favorito. Ella sin pensarlo dos veces acepta, sabe que junto a esos 4 va a pasar el verano de su vida.