Capítulo 26

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Narra Tito

Habían pasado 6 días desde la última vez que la vi, 6 largos días. Suerte que el jueves se pusieron todos de acuerdo para ir el sábado a ver la competición. Hoy era sábado, me levanté antes de que sonara el despertador. -¿Impaciente por verla? Fue la pregunta que Marc me había hecho cuando pasó a buscarme.-Deja de decir tonterías-mi respuesta, mentira, obvio que estaba impaciente. A la hora acordada estábamos en el lugar en el que se celebraría la competición, _____ estaba nerviosa, se le notaba, pero recibió un whassap que la hizo reír de inmediato. Sabía quien se lo había mandado, me lamentaba por no haberlo hecho yo primero, mejor dicho me lamentaba por no haberla conocido primero pero estos pensamientos quedaron a un lado cuando dieron la señal de salida. Salió con ventaja y la supo aprovechar hasta el final, parecía cansada en los últimos 10 minutos normal, sin parar de correr y haciendo bici hora y media. Iba de primera, si ganaba era la primera adolescente en ganar el duatlón de su categoría, era la participante más joven. Debieron escuchar mis súplicas pues pasó por línea de meta de primera. Lloraba pero yo sólo oía los aplausos y los gritos. Felicidades mi niña, pensé.

Su sorpresa fue vernos al mediodía, su cara era entre sorprendida y emocionada, a punto de echarse a llorar de nuevo. Nada más vernos vino a abrazarnos aunque el primero fue Rins. Pasamos la tarde en el restaurante hasta que sus padres nos invitaron a cenar a todos, me daba corte igual que a algunos pero no podíamos negarnos. Toda excusa para estar cerca de ella era buena y ahora gracias a sus padres la tenía. Al llegar a su casa nos hizo un tour exprés por ella enseñándonos toda la casa incluidas las habitaciones. La suya era sencilla, la de una chica de su edad. Fotos, peluches, libros y apuntes por el escritorio, se notaba que estudiaba, una tele, el portátil, etc. Cuando acabó decidí ser un caballero y le pregunté a su madre si necesitaba ayuda.

-Eres muy amable pero no hace falta, vamos a cenar en el jardín. Espero que os guste el churrasco-dijo Carmen, su madre

-No es molestia. Al revés, nos encanta-contesté con mi mejor sonrisa

-Estás aquí-dijo _____ entrando en la cocina-te están buscando, voy a poner la mesa

-Te ayudo-dije rápido

-Si quieres, puedo sola

-Déjame ayudarte-insistí

-Está bien-dijo rindiéndose y con una sonrisa-toma los platos, yo cojo los vasos y los cubiertos. Me los pasó, estábamos colocando las cosas en la mesa cuando hubo un momento que nuestras manos se rozaron, sentí una corriente eléctrica, pienso que también _____ lo notó porque se sonrojó al instante. No tenía intención de apartarme hasta que volví al mundo real, por unos segundos estaba en mi mundo. Cenamos entre risas, bromas y charlas, los chicos tenían razón _____ hablaba por los codos, su familia en general era habladora así que tiempo para aburrirnos no tuvimos.

-Demasiado espacio no hay aunque si queréis quedaros a dormir estáis en vuestra casa-comentó su madre

-Por una noche nos podemos acomodar como podamos; en las habitaciones de los niños cogen dos/tres personas, la mitad, en los sillones sitio para 4/5 hay y está la cama hinchable, si juntamos la cama a los sofás los otros 9 cogen sin problema-dijo su padre

Nos miramos entre nosotros, era de noche, estábamos cansados y ganas de coger el coche no había así que la respuesta fue clara. Tras recoger sus padres se fueron a dormir dejándonos en el jardín a nosotros.

Narra _____

La cena pasó entre risas, bromas, charlas de cualquier tipo y más risas. Mi madre los invitó a dormir, vale sabía que estaba loca pero no tanto, a mi padre se le ocurrió la solución, apiñados cogíamos. Se fueron a dormir, eso dijeron, empezaba a refrescar así que decidimos ir para la sala.

Corriendo por un sueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora