Capítulo 11. Ebriedad.

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Como era de esperarse esa noche había sido muy larga. Eran las cuatro de la mañana, Caroline estaba sentada en el techo de la casa donde había sido la fiesta con un intenso dolor de cabeza, la reseca estaba comenzando apoderarse de ella, se sentía una verdadera ilusa, se lo que estas preguntando, ¿qué había hecho? ¿Cómo rayos había terminado ahí?

Muy bien, como dice la madre de Liam, los voy a iluminar un poco, para que entiendan mejor... Cinco horas antes.

— ¿Caroline? —habló Liam mientras se acercaba a ella.

—Liam —Tomó aire para subir el tono de voz— ¡al fin llegas! —exclamó con una gran sonrisa.

—¿Has bebido? —preguntó con un gesto de desaprobación.

—No, solo he bebido soda —culminó el comentario señalando el contenedor vacío. Así es, Caroline lo había vaciado con ayuda de dos o tres personas que fueron a servirse un trago.

Liam también había bebido, pero solamente dos vasos, al contrario de Caroline se había tomado más de diez. Ya estaba en estado de ebriedad, y no era la primera vez que sucedía, con una experiencia anterior prometió que no volvería a suceder ya que se descontrolaba. Rompió su promesa sin darse cuenta. Liam podría aprovecharse de la situación y acostarse con ella, ganar la apuesta y ella no lo notaría.

—¡Caroline! ¿A dónde vas? —gritaba Liam mientras la seguía, estabas más que seguro que haría una locura.

—A bailar, hay buena música, no debo de desaprovechar esta oportunidad —contestó a gritos antes de salir de la cocina.

La sala estaba llena de personas ebrias, haciendo cosas que probablemente mañana no recordarían. Liam salió de la cocina al escuchar el nombre de Caroline varias veces. Pero se sorprendió al ver la escena que sus ojos le permitían observar, un embudo estaba en su boca y varios hombres vertían cerveza en el, Caroline seguro se arrepentiría de esto mañana...

—¡Récord nuevo! —exclamó un chico y todo lo corearon.

—Soy la reina de la fiesta —gritaba feliz entre la multitud que alababa su gran hazaña.

Después de un rato, Liam se cansó de ver todos los ridículos que estaba haciendo Caroline, así que para olvidar todo decidió ir hacia su lugar favorito; el tejado. El techo estaba curvado, si se movía resbalaría fácilmente, se sentó con cuidado y se quedó ahí observado la luna y las estrellas. Sus pensamientos fueron interrumpidos por un ruido, el volteó a ver quién era y se sorprendió al ver a Caroline.

—Soy yo, no hay problema —dijo con una sonrisa mientras sentaba con dificultad a un lado.

Ambos se mantuvieron en silencio, Caroline observaba a Liam detenidamente verlo de esa manera tranquilo y serio lo hacían verse aún más sexy de lo que era, estaba confundida de lo que estaba pasando o simplemente estaba confundida por el alcohol. Liam notó que Caroline lo observaba, el volteo a verla, sus miradas se encontraron, Caroline comenzó acercarse poco a poco al rostro de Liam, pero él la detuvo justo a tiempo antes de que se besaran.

—No quiero que hagas nada de lo que probablemente mañana estés arrepentida —comentó a la vez que se levantaba—. Voy al baño, te veo abajo para irnos a casa—terminó de decir mientras se marchaba.

Realmente Liam quería que Caroline le diera ese beso, pero en una situación donde ella lo recordara, no como en este momento donde mañana ella podría olvidar todo. Había sido era un hombre, al no aprovecharse de ella.

— ¡Que estúpida soy! —gritó cuando Liam se había marchado del tejado.

Sabía que había echado todo a perder, Caroline bajó y buscó a Liam para marcharse, después de esto, probablemente el plan de Caroline ya no seguiría en marcha.

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