Capítulo 29. San Valentín.

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El día de san Valentín es una festividad donde los se expresan el amor, ese es el punto de vista de los enamorados, también existe la otra cara de la moneda, el punto de vista de las personas que no están enamoradas o son amargados, el cual es: que el día de los enamorados solo es una festividad comercial, ya que compras demasiados regalos. Y tienen razón, ya que uno puede demostrar amor todo el año y no es necesario que sea en un día en específico, pero esas son las tradiciones que tenemos y cuando nos llega el amor cambia nuestra forma de pensar sobre esta festividad.

Caroline se sentía hostigada con todos los enamorados que había en la escuela, iba a morir de diabetes con tanta dulzura, por eso decidió ir rápido a su salón de clases para así no mirar más corazones y flores, algo imposible, el amor se encontraba en todo el instituto y tarde o temprano el amor te iba a encontrar.

El timbre sonó, la profesora de literatura entró al aula y detrás de ella varios alumnos, uno de ellos era Liam. Esta era una de las clases favoritas de Caroline y no era solo porque Liam estaba en ella, sino que la literatura le gustaba demasiado.

—Buenos días, hoy es un día especial, por eso cambiaremos un poco nuestro trabajo, guarden sus libros y saquen una hoja en blanco, haremos una actividad diferente.

Todos realizaron las indicaciones que había dado la instructora, ¿qué tipo de actividad estaban a punto de hacer?

—San Valentín, es un día dedicado al amor, por eso redactaremos un poema, tienen media clase para hacerlo, todos pasaran a leerlo y sí, tiene que ser de amor —dictaminó la profesora escribiendo la palabra amor en la pizarra.

Todos comenzaron a escribir, tenían unos veinte minutos para hacer un poema y era una actividad muy difícil, ni los mejores podrían hacerlo, eso era lo que Caroline pensaba ya que no llevaba absolutamente nada, y le restaba la mitad del tiempo. Observó a Liam y miró como él escribía sin parar, a Caroline le faltaba inspiración, después de unos segundos descubrió que su inspiración estaba a cuatro mesas de ella, claro que su inspiración era Liam.

El tiempo para escribir había terminado, la profesora dio la señal de que dejaran de hacerlo lo que estaban haciendo, Caroline había escrito algo corto pero aceptable. Ella estaba ansiosa por escuchar lo que Liam había escrito. La docente tomó su lista, estaba a punto de seleccionar a alguien, cuando habló antes.

—¿Ningún voluntario? ¿No? Entonces usaremos el azar.

Ella bajó su dedo y en un punto lo detuvo, leyó el nombre y lo dijo a la clase.

—Liam West —anunció finalmente—. ¿Liam estás aquí?

—Sí —respondió el.

Comenzó a caminar hasta donde estaba la profesora, todos se le quedaban mirando, estando enfrente de la clase tomó su hoja y la puso entre sus dos manos, las cuales temblaban. Su poema estaba dedicado a alguien y ese alguien estaba en la clase, finalmente respiró y comenzó a leerlo con su dulce, grave y sexy voz.

—Que con solo una mirada, con solo una sonrisa me basta para olvidar mi más grande pero bello error. El brillo de tu mirada desaparece todos los obstáculos que existen entre tú y yo. Con tu sonrisa alegras mi mundo y haces las cosas más fáciles, con tus palabras me llega la fuerza que necesito para salir adelante. Y destruye todos mis miedos y temores que me hacen sufrir. Quizá no te has dado cuenta, quizá sí, pero creo que es muy fácil de adivinar, que me estoy enamorando de ti, no sé dónde ni cuándo nació este amor. Lo que sí sé es que no estoy equivocado. Te amo y ese es mi error, pero sabes, descubrí que este es uno de los más bellos errores, que jamás haya cometido, pero ¿por qué error? ¿Por qué amar un error? Mi bello error no solo está en amar, sino en amar y no ser correspondido.

Todos en el salón aplaudieron, eso había sido muy hermoso y sí, estaba dedicado para alguien, Caroline no quería aceptar que ese poema era para ella, pero finalmente supo que sí lo era. Liam se sentó y la profesora llamó a otro alumno para que leyera su poema, ahora Caroline tenía vergüenza, no quería pasar a leer su pequeño fragmento después de haber escuchado el de Liam.

—Si decides quedarte, estaré aquí, amándote como siempre —recitó un chico y justo cuando termino de leer el timbre sonó.

—Bien eso es todo, nos vemos mañana, no olviden sus libros y por cierto todos los poemas fueron buenos —felicitó la profesora antes de salir del aula.

Todos en el aula habían salido excepto dos personas, Caroline y Liam, él siempre era de los primeros en salir, pero en esta ocasión decidió esperar a alguien, ya que quería hablar con ella.

—¡Caroline! Espera —pidió acercándose a ella.

—Hola Liam —saludó con una sonrisa—, tu poema... Me encanto.

—¿En verdad te gusto?

—Sí, no sabía que tenías ese lado poeta.

—Yo solo escribí lo que necesitaba decir.

—¿Decir? —preguntó con duda.

—Sí, ¿sabes? Necesitó decirte algo.

—Espera —aguantó mientras sacaba su teléfono el cual estaba sonando, era una llamada de Ashley.

—Acabo de pasar por donde estas, sé que estas en problemas, por eso te he llamado, ven al baño —habló Ashley a través del teléfono.

—Liam, ¿podemos hablar más tarde? Me tengo que ir, es importante.

—No hay problema, hablamos más tarde.

—Yo te llamó —aviso antes de marcharse.

—Y yo estoy enamorado de ti—exteriorizó Liam cuando Caroline se había ido del salón.

Liam maldijo para sus adentros, había tardado mucho, lo que le quería decir tenía que esperar, pero si tardaba mucho todo podía arruinarse.

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