Capítulo 23. Día de los inocentes.

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El chico más guapo del mundo: Hola, soy Axel, primo de Liam, él está en el hospital, tuvo un accidente grave y sus padres me dijeron que te informara, ya que eres especial para él.

Al leer el mensaje que Liam le había mandado, Caroline se exaltó, no sabía qué hacer, hasta que reaccionó y le marcó a Liam asustada.

—¿Liam se encuentra bien? —preguntó en cuanto le respondieron la llamada.

—¡Feliz día de los inocentes! —felicitó Liam a través del teléfono.

—¡Te odio! —gritó Caroline colgándole.

Liam se quedó confundido por lo que había hecho Caroline, pero ella en realidad estaba molesta, se había preocupado mucho, de ahora en adelante no le crearía nada, cuando se calmó le devolvió la llamada. Él respondió y antes de que ella hablara, él habló primero.

—Lo lamento, no quería que te molestaras.

—No estoy molesta, bueno un poco, hiciste que me preocupara.

—Que tierno, Caroline se preocupó por Liam —dijo con una voz chillona.

—¡Liam! Basta o en verdad me voy a molestar contigo.

—De acuerdo, me callo, no más bromas por el día de hoy.

Caroline no sabía nada de Liam desde navidad, por eso sí creyó su broma.

—¿Al menos valió la pena hacerme la broma? — preguntó ella.

—Cada segundo— respondió riendo—. Como ya estamos serios, ¿te gustaría salir hoy?

—No, invita a tu primo—comentó molesta.

—Vamos Caroline, solo fue una broma, además mañana me iré y no regresaré dentro de dos semanas.

—Bien, de acuerdo, pero me voy a vengar de tu broma y te lamentaras de haberla hecho—terminó de decir con una voz de terror para colgar la llamada.

Y ya estaba pensando en como lo iba hacer, pues molestar a Liam era su especificidad, cuando pasó su momento de maldad recordó que no habían acordado ninguna ahora, así que marcó nuevamente a Liam.

—Lo siento, me altere—dijo en cuanto él le respondió.

—No te preocupes, nos vemos a las 8, yo paso por a ti a tu casa.

—De acuerdo, nos vemos más tarde—dijo finalmente para colgar.

Al caer la noche Caroline estaba lista con algo casual para salir con Liam, al cabos de unas horas el llegó.

Sonrieron al verse y subieron al auto para iniciar su viaje.

Caroline no sabía hacia donde se dirigían, ni lo que haría, solo disfrutaba de la vista que tenía, la ciudad era demasiado diferente de noche. Después de un rato de silencio, Caroline habló.

—Oye Liam, ¿Hacía donde nos dirigimos?

—Ya casi llegamos, solo espera unos segundos más y sabrás.

Al llegar Liam, paro el auto en el estacionamiento del parque.

—Listo, hemos llegado a nuestro destino—habló señalando un parque complemente solo.

—¿Un parte?—desaprobó con una sonrisa.

—Si, hacer algo tranquilo por una noche no está mal.

—¿No piensas venir? —gritó mientras caminaba.

Caroline respondió pero no sé escuchó por qué ya la había dejado atrás, así que corrió para alcanzarlo, fue poco la distancia que caminaron, pues Liam se paró y se sentó en el césped, acto seguido hizo una señal para que Caroline se sentará a su lado.

—Liam—dijo Caroline tono bajo viendo a la cara de Liam.

—¿Si?—respondió mientras volteaba para verla.

Su tierna mirada hacia que Caroline se volviera loca, y se miraba mejor gracias a la oscuridad, rápidamente quitó esos pensamientos y volvió hablar.

—Yo... Nada, olvídalo—respondió viéndolo a los ojos.

—Me encanta tu forma de mirar. Esa intensidad y profundidad. Es como si tus ojos me arrastraran.

—Seguro que eso se lo dices a todas.

—Bueno, quizá no tantas veces como las que tu hayas podido decir esa frase —dijo con un poco de humor dándole unos aires más intensos al juego, el Liam original estaba de regreso.

—¿Estas rentándome?

—No, yo solo estaba bromeando contigo, por cierto casi lo olvidaba—expresó sacando su teléfono y unos audífonos.

—Deberías guardarlo, si alguien lo mira, nos vendrá a asaltar.

—No pasa nada, este parque es de los más seguros.

Liam conectó los audífonos a su teléfono, introdujo uno en su oreja derecho, le entregó el otro a Caroline y lo colocó en su oreja izquierda. Cuando ambos se lo pusieron, y una canción comenzó a sonar, Liam volteó a ver Caroline y sonrió mientras seguían escuchando la canción, y así pasaron el resto de la noche, tranquila pero una noche hermosa.

Al llegar a su casa, Caroline subió rápido a su habitación, tomó su teléfono y le marcó a Liam, en unos segundos él le respondió.

—¿Liam? —preguntó Caroline.

—Sí, ¿qué sucede Caroline? —preguntó preocupado, pues hacia pocos segundos que la había dejado en su casa.

—No sé cómo decirte esto, pero lo tengo que decir: desde hace tiempo me gustas, no quiero estar otro momento sin ti —confesó Caroline tratando de no reírse.

Liam se sonrojó, mordió su puño para evitar no gritar, pues si esto era cierto ganaría la apuesta en cualquier momento.

—¿Liam? —llamó Caroline, cuando vio que él no le respondió.

—¿Si? —preguntó nervioso.

—Feliz día de los inocentes—felicitó soltando una risa.

Liam maldijo para sus adentros, Caroline no había olvidado el día y estaba esperando con ansias para regresarle la broma, Liam en verdad había creído todo lo que ella le dijo, ahora él estaba molesto, ¿pero lo que Caroline le había dicho había sido una simple broma o ella realmente esas palabras habían salido del corazón?

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