Los viajes de excursiones que realizan las escuelas por lo regular son aburridos, los alumnos siempre tratan de hacerlos divertidos, ese no sería la excepción. El instituto Claymont tendría una excursión al museo y zoológico, los cuales estaban aproximadamente a unas cuatro horas de la ciudad, es por eso que todos los alumnos estaban dos horas antes de lo normal en la escuela.
Todos estaban dormidos, hacía frio y era demasiado temprano, nadie quería hacer ese viaje. Liam al ser el presidente del consejo estudiantil debía recoger los permisos de los alumnos y palomeaba en una lista al alumno que le entregaba el permiso, estas actividades no le gustaban para nada, pero tenía que realizarlas, porque el cargo de presidente tenía sus ventajas.
—¿Nombre? —preguntó Liam a la chica que estaba enfrente de Ashley y Caroline.
—Tessa Collins—respondió ella dándole el permiso.
—Ashley Harper —apresuró Ashley tratando de evitar a Liam.
—Listo, puedes subir al autobús número cuatro.
—Te espero arriba —comentó Ashley dirigiéndose a Caroline.
—¿Nombre? —preguntó él.
—¿Es enserio Liam?
—Reglas son reglas, tengo que seguir las órdenes del profesor.
—Caroline Thompson —respondió finalmente.
—Necesito ver tu permiso.
—Mi permiso está aquí —dijo buscándolo en su bolso.
Entonces Caroline recordó que su permiso se había quedado en su casa, no asistiría a la excursión que tanto había "esperado". No todo estaba perdido, tal vez un chico que estaba enfrente de ella, alto y guapo llamado Liam podría salvarla.
— ¿En dónde está? —preguntó nuevamente.
—Lo olvidé en casa—dijo con una risa nerviosa.
— ¿Sabes que sin permiso no puedes ir?
—Lo sé, me desperté temprano para nada.
—Pero, ¿también sabes que puedo poner que si lo entregaste?
—No —negó sonriendo y entendiendo lo que Liam estaba a punto de hacer.
—Pero, si algo te sucede, será bajo tu responsabilidad, la escuela no se hará cargo de nada.
—De acuerdo, gracias —agradeció dándole un beso en la mejilla.
Liam sonrió al recibirlo, estas eran las cosas que le gustaban de ser presidente del consejo estudiantil. Caroline comenzó a alejarse, pero antes de que marchara por completo, él le grito.
— ¡Caroline!
— ¿Si? —preguntó girándose para verlo.
—En el autobús número cuatro—respondió.
—Gracias—dijo nuevamente, dio la vuelta y se subió al autobús.
Liam continuó recibiendo los permisos, cuando finalmente terminó, subió en un autobús, y para la sorpresa de Caroline, subió en el mismo autobús que ella. El maestro de historia y Liam eran los encargados del autobús número cuatro, al parecer este viaje no sería tan malo como todos los alumnos pensaban.
Las horas pasaban y pasaban, y no llegaban al lugar de destino, parecía que el camino se hacía cada vez más largo, todos estaban platicando con sus compañeros y para la mala suerte de Liam, él tenía que hablar con el profesor de historia, su conversación era la más aburrida de todas, a cada segundo el revisaba el reloj de su mano, para medir cuánto faltaba, pero parecía que el tiempo estaba detenido, ya que este avanzaba lentamente. Pero su cara de aburrimiento fue borrada de su rostro cuando a lo lejos alcanzo a leer Museo Histórico de Sinawood, era poca la distancia que los separaba, ya no tendría que soportar más al profesor, prefería mil veces el museo que a su profesor.
—Bien chicos, hemos llegado, bajen en orden y esperen en la entrada del museo, ahí les darán las demás indicaciones —indicó el profesor.
Todos bajaron y fueron hacia la entrada del museo a esperar las indicaciones, como había dicho el profesor, una guía estaba esperando en la entrada, ella habló cuando vio que todos estaban en la entrada.
—Formen cuatro filas, no importa como sean, solo mézclense —dictó el guía.
Todos comenzaron a formar las filas que el guía había ordenado.
—Listo, ese será su grupo por el resto del día, cada grupo tendrá un guía acompañará por su recorrido, ellos los están esperando adentro, primero este grupo —Señaló uno a uno a los grupos hasta que no quedó ninguno.
Los estaban tratando como unos niños de primaria. Sin darse cuenta Liam y Caroline habían quedado en el mismo grupo, al parecer el destino estaba jugando con ellos.
—Bienvenidos al Museo Histórico de Sinawood, yo seré su guía, mi nombre es Emily, comenzaremos con la sección de artes, la cual es mi favorita —indicó ella emocionada comenzando a caminar a frente del grupo.
Todos fueron tras ella, en cada una de las pinturas se detenían y Emily explicaba cada una de ellas, unas eran interesantes, otras no. Caroline estaba presentando atención a lo que la guía decía cuando alguien hizo que la dejara de escuchar.
—Caroline —llamó Liam tocando el hombro de ella.
— ¿Liam? —dijo volteando a ver de quien se trataba.
—Sí —afirmó él poniéndose junto a ella.
— ¿Cómo te la estás pasando? —preguntó Caroline.
—Bien, ¿y tú?
—Igual, no entiendo ninguna pintura, pero esto está entretenido.
—Caroline, el arte no necesita ser entendido, eso es lo gracioso, esa pintura, —dijo señalando a una pintura—, puede ser lo que tú quieras, si el arte fuera entendido, entonces no sería arte.
—Olvidaba que Liam aparte de hablar francés, ser un gran deportista, también era conocedor del arte —Apuntó riendo.
— ¡Oye! —exclamó molesto—, pero todo lo que dije es verdad, mira esa pintura.
Liam había señalado una pintura que no tenía forma, su fondo era blanco y al parecer formaba unos corazones con distintas líneas.
—Es hermosa —reconoció Caroline.
—Representa el amor y las dificultades que tiene, aquella otra nos muestra la libertad, es fácil, solo debes tratar de entender.
Y así continuó el resto de la excursión, el guía que tenía Caroline era el mejor que alguien pudiese desear y además era el más sexy, diría el mismo Liam.
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Love Games ©
Teen FictionCaroline Cárter es una chica que tiene sola una cosa en mente, venganza. La devastación empieza cuando la mejor amiga de Caroline, Ashley es herida por un chico: el guapo y genial capitán del equipo de fútbol americano de la escuela, Liam West. Amb...