Capítulo 33

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POV Camila

Lauren ya podía mover sus brazos, pero sus manos seguían siendo algo torpes lo cual le frustraba bastante, ella aún no hablaba, pero sabía que estaba frustrada, era algo evidente. Poco a poco su cuerpo iba despertando, pero ella no sólo tenía una lucha con su cuerpo, sino con su mente. Cada vez que ella se dormía se empezaba a alterar por alguna pesadilla, su terapeuta ha dicho que sufre de estrés postraumático y lo mejor era hacerle tomar pastillas para dormir, eso a Lauren no le agradaba, pero a Lauren en realidad nada de esto le agradaba.

- Debo irme al trabajo, no muerdas a nadie, ¿Si? - Bromee, pero ella sólo desvío la mirada. La verdad es que hablaba en serio, a veces cuando se sentía incómoda con algunos enfermeros, o se enfadaba con ellos les mordía. - Supongo que no ha sido gracioso, lo siento. - Suspire. - Volveré por la tarde. - Ella se limitó a ignorarme.

POV Lauren.

Estaba frustrada, odiaba no poder decir nada, ni aún no poder mover mis piernas. Estaba enfadada con todos y todo, incluyéndome. Sabía que Camila no tenía la culpa de nada, todo lo contrario ella siempre seguía ahí incluso cuando le ignoraba. Camila no se merecía todo esto, ella debió haber tomado la mejor decisión hace un tiempo y dejarme para hacer su propia vida.

- ¿Cómo estás, Lauren? - Miré seriamente al doctor Standley quien era el doctor encargado de mi caso. - Si... Mala preguntaba. Bueno, quería presentarte a la fisioterapeuta que se encargará de ayudarte a avanzar. - Una mujer entró con una radiante sonrisa.

- Hey, hola Lauren, soy Shay. - Ella se sentó a mi lado. - Espero nos llevemos bien, aunque seamos honestas, habrán momentos que me odiarás, pero da igual. - Ella se encogió de hombros.

- Bueno, debo ir a rellenar algunos papeles, les dejo. - El doctor se marchó dejándome con la joven fisioterapeuta.

- Bueno, quiero comprobar algo antes de enfocarnos en tus manos. - Ella se levantó y de su bolsillo sacó una pluma, la pasó por las plantas de mis pies observándole, sentí un muy leve cosquilleo. - Perfecto, aún reaccionan, algo leve, pero arreglaremos eso. Ahora, dame tus manos...

POV Camila

Tomé la guitarra antes de bajar de mi auto e ir directamente a la habitación de Lauren como lo venía haciendo cada día desde que ella había ingresado, se me había ocurrido la idea de que quizás si le cantaba un poco a Lauren ella se pondría de mejor humor, ella siempre se ponía de mejor humor con eso. Cuando iba a abrir la puerta me detuve al escuchar aquella risa que tanto caracterizaba a Lauren, me quedé sorprendida y mis ojos se inundaron de lágrimas, extrañaba tanto ese sonido.

- Tienes una risa muy dulce, Lauren. - Pero mi felicidad llegó hasta ahí, ¿Quién era esa mujer?

Tomé un respiro antes de entrar y ver a una mujer que tomaba sus manos con una sonrisa, ella era bastante linda, incluso parecía una modelo. Nunca le había visto con Lauren, y yo sabía de todas las personas que trataban a Lauren.

- Oh, tienes visita Lauren. - Noté que ella llevaba un uniforme del hospital diferente al que todos usaban regularmente. - Soy Shay Mitchell, la fisioterapeuta de Lauren.

- Soy Camila, la novia de Lauren.

- Vaya Lauren, no me dijiste que tenías una novia tan linda. - Shay le sonrió y Lauren se encogió de hombros. - Cierto, aún existe esta falta de comunicación entre nosotras, ella es algo callada, ¿No? - Miré a Lauren que parecía divertida. - Ya estábamos terminando, si quieres puedes quedarte. - Asentí antes de sentarme en un sofá que había en la habitación observandolas. - Bien, intenta apretar mis manos, pero esta vez más fuerte.

Lauren asintió y noté lo concentrada que estaba mientras lo hacía, ella lo estaba intentando y todo era gracias a Shay, sea lo que sea que había hecho la fisioterapeuta, eso estaba funcionando muy bien.

- Vendré cada día. - Shay miró a Camila con una sonrisa. - Pero tú también deberías practicar con nosotras de vez en cuando, ¿Te parece?

- Me encantaría.

- Estupendo, bueno nos vemos mañana. - Shay se marchó despidiéndose de ambas de un beso en la mejilla.

- Lauren, - Ella me miró. - mañana vendrán Dinah y Normani, se tomaron el día libre para venir a verte y en unos días llega tu familia... - Dejé de hablar cuando ella desvío la mirada, solté un suspiro. - Supongo que no quieres hablar de eso. - Ella asintió. - Bueno, te tengo una sorpresa. - Capté su atención. - Quiero cantarte una canción. - Me senté a su lado junto a mi guitarra.

Mientras cantaba veía sus ojos que poco a poco se suavizaban, aquellos eran los ojos que me miraban con adoración cada vez que me veían. Sabía que esto por fin estaba funcionando, no me rendiría hasta que Lauren estuviera completamente, y es que ella en serio era perfecta para mí, sea como sea.

Cuando dejé la guitarra de lado, ella tomó mi mano con suavidad y me dio un suave apretón haciéndome sonreír, cuando vi sus ojos supe lo que quería decirme a la perfección.

- Yo también te amo, mi amor. - Dejé su suave beso sobre sus labios y ella sonrió. - Superaremos esto, ¿Si? - Ella asintió. - Y cuando ya estés mejor volveremos a casa, y no te preocupes conservo tu departamento tal y como lo dejaste. - Ella soltó mi mano. - ¿Pasa algo? - Ella negó mirando a otra parte. - ¿Estás segura? - Asintió. - Bien. Oh, Shaun te ha mandado saludos, volverá en una semana de su viaje a Francia. - Ella volvió a asentir.

Y así hemos estado todo el tiempo con Lauren, avanzaba un paso y retrocedía diez, no sabía que era lo que pasaba y ella aún no hablaba ni tampoco quería hacerme conocer sus problemas, así que sólo me quedaba esperar a que ella estuviera lista y quisiera hablarme acerca de todo lo que sentía y pensaba.

High Hopes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora