Capítulo 40

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POV Lauren

Podía sentir la mirada de Camila sobre mí, pero yo seguía leyendo el libro que me había regalado Keana esta tarde. Desde que Keana había vuelto a mi vida, ella me visitaba cada día al menos media hora lo cual era bastante gratificante. Sabía que a Camila le molestaba, pero Keana ante todo siempre fue mi amiga, si bien cuando las cosas terminaron, no terminaron bien, pero Keana siempre será una de mis mejores amigas.

- ¿Y ese libro?

- Me lo dio Keana.

- Lauren, si estás haciendo esto porque la semana anterior fui con Ariana...

- Camila, no estoy haciendo esto para molestarte. - Le miré cerrando el libro. - Te lo he explicado, Keana es mi amiga y lo siento si eso te molesta, de verdad. Pero las cosas son así.

- Bien. - Ella se cruzó de brazos, yo suspire y dejé el libro en la mesa de noche.

- Camila, si hubiera querido estar con Keana nunca hubiera terminado con ella para estar contigo. Tú eres la chica que quiero que este a mi lado el resto de mi vida. - Tomé su rostro entre mis manos para que me mirara a los ojos. - Si no te amara como lo hago, no estaría contigo incluso si eso signifique quedarme sola toda mi vida.

- Es sólo que me siento algo insegura...

- ¿Qué?

- Keana es una súper modelo hermosa, ya estuviste una vez con ella.

- Si, y la dejé para estar contigo. Camila, eres hermosa. - Sonreí levemente. - Yo estoy completamente enamorada de ti desde que tengo 17 años.

- Y yo desde que tengo 16. - Ella me besó haciéndome sonreír.

- Camila, ¿Quieres tener una cita conmigo?

- ¿Una cita? - Asentí. - Uhm, claro. - Ella sonrió, pero podía ver algo de duda en sus ojos. - Tendré que decirle a Bea que nos acompañe...

- No, Bea no irá. Sólo seremos nosotras dos.

- Okay.

- Tranquila, Camz. - Acaricié su mejilla. - Te quiero mostrar algo antes de la cita.

- ¿No puedes ser antes? - Negué.

- Es una sorpresa.

POV Camila

Lauren había convencido a Dinah para que me fuera con ella para prepararme para nuestra cita y Lauren se quedó con Normani, esto me recuerda un poco a nuestra primera cita cuando recuperé la memoria. Dinah también me había obligado a ponerme la ropa que no quería usar y ella me había maquillado, este era un recuerdo que me gustaba pues ese día había besado una vez más a Lauren.

Conduje hasta el apartamento y bajé del auto para ir en busca de Lauren, pero apenas entré a la recepción del edificio me detuve al verle allí, de pie. Llevaba muletas, pero aún así yo me quedé impactada, ella estaba ahí.

- Lauren...

- Te dije que te sorprendería. - Me acerqué a ella para besarle y ella rió apenas terminamos el beso. - ¿Cómo me veo?

- Hermosa. - Contesté mirándole a los ojos.

- Debía estar a tus alturas hoy, quiero que la gente note que somos la mejor pareja. - Ella me guiñó un ojo.

- Bien, vamos. - Sonreí. - Si te cansas puedes decírmelo...

- Tranquila, Camz. - Ella empezó a caminar fuera del edificio. - Iremos a mi estudio.

- Okay. - Fui rápidamente a su lado para ayudarle a subir al auto y ella sólo me sonrió.

- ¿Cómo estuvo tu día? - Preguntó cuando encendí el motor del auto.

- Oh, bueno. Apenas salí del trabajo fui a la casa de Dinah y como supondrás fue como siempre todo con Dinah, muy loco. Pero esta vez no fue como la última vez que me obligó a poner ropa muy ostentosa.

- Me gusta la ropa que Dinah elige para ti. - Yo solo reí. - Hablo en serio, siempre te ves linda, pero hoy te ves perfecta para la ocasión.

- ¿La ocasión? - Le vi asentir de reojo. - ¿Y cuál sería la ocasión?

- Es una sorpresa, Camz. Cuando lleguemos lo sabrás.

Lauren se dedicó a cantar el resto del camino y yo le acompañé un par de veces, pero para ser sinceras sólo me quedaba en silencio para escuchar su hermosa voz cantar. Simplemente ella podía hipnotizarme con esa voz tan especial que ella poseía.

Cuando llegamos al viejo estudio de Lauren nos subimos al ascensor, quería saber luego que era lo que había hecho Lauren y aún tenía la duda de sea lo que sea que hiciera cómo lo logró. Hace años que nadie venía a este lugar, específicamente del día en que Lauren recibió el disparo.

- Bien, tienes que cerrar los ojos un momento. - Yo le miré algo confusa cuando llegamos a la gran puerta.

- Pero tú...

- Confía en mí, Camila. - Yo sólo suspire antes de hacerle caso. Escuché como la puerta fue abierta y ella llevó mi mano a su hombro. - Lamento si debemos ir a un paso lento, pero quiero procurar de que no te caigas. - Yo solo sonreí divertida. - Bien, puedes abrir tus ojos.

Y no, no había una gran cena esperándome, no habían pétalos de rosas ni velas como la última vez. Está vez había un fuerte hecho con mantas y algunas otras cosas, miré hacia adentro en donde todo estaba con cojines y una caja de pizza. Me encantaba.

- Me encanta. - Besé cortamente a Lauren. - ¿Necesitas ayuda?

- Tú sólo ponte cómoda, cariño. - Yo asentí entrando. Me sorprendió ver como a Lauren no se le hizo difícil acomodarse por su propia cuenta.

- ¿Cómo van las cosas con Shay?

- Muy bien, ella es agradable. - Ella se encogió de hombros y yo le miré. - Oh, te refieres a la rehabilitación. Te lo dije, cuando sea el momento mostraré los avances.

- Okay. - Suspire.

Lauren me estaba contando acerca de uno de los libros que había leído, sabía que era el libro que Keana le había regalado y aunque me molestaba un poco el tema de Keana, me encantaba escucharle hablar cuando en serio le gustaba o le apasionaba. Tenía que admitirlo, Lauren me encantaba.

- Estoy enamorada de ti. - Lo solté interrunpiendole, ella me dio una suave sonrisa.

- Sobre eso, ¿Cuán enamorada estás de mí?

- ¿Por qué la pregunta?

- Sólo tengo esa duda.

- Uhm, creo que en una escala del 1 al 10, pues 11. - Ella rió. - La verdad es que me sorprende como han pasado los años y todo este tiempo sigo amándote, desde que íbamos en el instituto me he proyectado contigo en el futuro, siempre que me veía pensando en mi futuro, te veía parte de cada escenario. Incluso cuando te veía con Sofia o jugando con los niños pensaba en qué sería formar una familia contigo.

- ¿Has pensado en tener una familia conmigo? - Asentí.

- Entonces, ¿Te gustaría casarte conmigo?

- Por supuesto, es una idea que me fascina pensar. - Ella tomó mi mano.

- Estupendo, eso sería el primer pasó a un contrato de nuestro futuro juntas. - Le miré confundida hasta que sentí como ella ponía un anillo en mi dedo.

- ¿Qué? - Pregunté confundida.

- Es un anillo de compromiso, cariño. - Yo sonreí antes de lanzarme sobre su cuerpo para besarle. - Vaya, era cierto eso de que las mujeres se ponían felices con joyas. - Bromeó.

- No lo sé, yo sólo estoy feliz porque este es el primer paso para construir una familia, juntas.

High Hopes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora