Pensar.

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  La carrera había comenzado y es poco decir que fue la mejor desición que he tomado por ahora, todo es divertido, reímos sin parar como si estuviéramos ebrios todo el día y en el atardecer usualmente paramos a comer contemplando algunos bellos paisajes de India.  El solo pensar sobre lo que giraba mi vida en ese momento me sacaba una enorme sonrisa...y algunas lágrimas. Come en aquel momento en el que estaba sentada sobre un roca en prácticamente el medio de la nada, miraba directamente hacia el suelo y tan solo pensaba. Agradece que estaba oscuro, de otra forma, se notarían las pequeñas lágrimas que salían de mis ojos. ¿Por qué las lágrimas? Verás, como siempre, ese día habíamos parado para comer unos simples sandwiches que traíamos con nosotros y después de tender las bolsas de dormir en el suelo todos se había dormido, bueno, todos menos yo, que por alguna razón no lograba siquiera cerrar un ojo. Con cuidado me paré y esquivando pisar a alguno de los chicos, caminé unos pasos hasta divisar una gran roca, me senté en el piso apoyando mi espalda en dicha piedra. Tirándo la cabeza para atrás y largando un profundo suspiro me dispuse a...pensar.

 Pensar en que mi vida giraba en torno de viajes, paisajes, diferentes culturas, diversión, nuevos amigos y pura relajación a mi gusto. Era totalmente increíble, porque, Yo, Emma. La misma Emma que se prohibía a si misma salir a divertirse con sus amigos de Argentina, la misma Emma que había pensado en dejar atrás una "Tonta" promesa que le había hecho a su difunta mejor amiga y trabajar en la empresa de su padre para ser infeliz el resto de su vida. Evidentemente ese viaje la cambiaría para bien. Tal vez eso era lo que realmente necesitaba, un cambio en su vida. 

 Ese mismo pensamiento la llevó hacia Kristal, su querida amiga, quien había sido mi confidente, hermana y de vez en cuando peor enemiga, a quien le había confiado todos y cada uno de mis secretos, a quien había apreciado incluso más que a mis propios padres. Porque, ya saben, Kristal era de esas personas que jamás olvidarías, no importa cuánto tiempo pase, su imagen seguiría en tu cabeza hasta el mismísimo momento de tu muerte. Kristal era de esas personas que con tan solo una mirada te hacía sentir mejor, ella tenía ese poder, hacerme sentir bien. Y hablo solo de mí porque por lo que supe no hubo otra persona que haya conocido tanto a Kristal como yo, ya que, que digamos la comunicación entre los señores Hoult y ella era nula de vez en cuando. Ella siempre se quejaba de que no sentía confianza suficiente en ellos, que prefería hablar conmigo sobre sus problemas. Y así me hacía sentir especial. 

 Así sin darme cuenta tenía lágrimas cayendo de mis ojos y una sonrisita en la cara. Había un lado bueno (Recordar todo lo que Kristal era y cómo me hacía sentir) y un lado malo, (Mi mejor amiga ya no estaba conmigo).

 Luego vinieron los pensamientos en mi madre, mi abuela e incluso mi padre. No los había llamado en un largo tiempo, pero creo que no importaba mucho. En la última llamada habían dicho que solo llamara para contar algunas noticias de vez en cuando...pero yo los extrañaba. Saqué mi teléfono de el bolsillo derecho de mi pantalón, tenía sólo una barrita de batería, genial. Marqué el número de mi mamá y esperé, sonó una, dos, tres...¡Contestó!

-Hola, mami.-Dije con la voz más tierna que tenía, y en español. obviamente. Cualquiera se hubiera reído de escuchar el tono de voz que siempre usaba con ella, o con papá y era ún peor con mi abuela. Pero apuesta a que todos ustedes hacen lo mismo. La conversación seguía al igual que las lágrimas caían por mis ojos, pero eso no evitaba que la sonrisa se borrara. No me dí cuenta pero al momento de cortar la llamada ya estaba amaneciendo, habíamos hablado bastante. Apagué el teléfono y lo volví a guardar, no estaba para nada cansada, lo cual era extraño considerando que no dormí nada. Me llevé las manos a la cara y juntando las rodillas me quedé ahí, sentada. Dejando que lentamente el sol se apoderara del cielo y todo se vuelva ligeramente más claro para la visión.

-¿Emma?-Dijo una voz detrás de mí.-¿No dormiste nada?-Negué con la cabeza, aún sin mirarlo, pero no era necesario, yo ya sabía quién era.-Emma.-Se acercó.-Emma, Emma, Emma, Emma.-Repitió mientras tocaba repetidas veces mi hombro.

-¡Ya cállate que los demás están durmiendo!-Le "grité" susurrando. A él le tomó menos de un segundo darse cuenta de que estaba llorando y a mí, desgraciadamente, me tomó más de un segundo darme cuenta de que le había "gritado" susurrando injustamente.-Lo siento.

-No te preocupes.-Se sentó a mi lado.-¿Debería preguntar por qué lloras o ignorarlo y hacerte reír hasta que te sientas mejor?-preguntó despreocupado. Inevitablemente solté una risita.-Veo que la opción dos va a funcionar mejor.

-¿Qué haces despierto, Jack?-Pregunté.

-Tengo la costumbre de levantarme temprano.-Se encongió de hombros.-¿Quieres caminar?-Estoy segura de que mi expresión facial era muy extraña ya que el rió. Jack era lindo, pero había algo en él que no me llamaba tanto la atención como Finn lo hacía.

-Claro.-Contesté después de unos segundos. Él se paró y me extandió una mano para ayudarme. así nada más salimos caminando sin ninguna dirección muy clara, en silencio, no silencio incómodo, sino silencio de disfrutar nuestro alrededor. 

-Emma.-Me llamó Jack.-¿Puedo preguntarte algo?-Yo asentí.-¿Te gusta Finn?-Ahí lo tenía por seguro, los "¿Puedo preguntarte algo?" de los gemelos Harries siempre traían preguntas incómodas.

-Emmm....yo..-Empecé a  balbucear. "¡Mierda, Emma! Sólo dile lo que sientes, no es Finn pero es un comienzo." -Yo...p-puede que así...que así sea.-Lo miré, él tenía una sonrisa amplia en el rostro mientras que yo juraba que mis mejillas eran dos tomates rojos.

-No tienes por qué estar nerviosa, yo no le diré nada.-Me abrazó por los hombros.-A menos que tu quieras.

-¡No!-Grité para luego taparme la boca.-Ni se te ocurra mencionar una palabra de esto.-Continué hablando.-Queda entre nosotros, Jack.-Suspiré.-¿Okay?

-Okay.

 Después de eso solo seguimos caminando, hasta que extrañamente y sin intención alguna nos encontramos con los chicos, habíamos vuelto a el pequeño "Campamento" que habíamos armado.

-¿Dónde estaban ustedes dos? Los estuvimos buscando toda la mañana.-Dijo Zoe en cuanto notó nuestra presencia.

-Ya tendríamos que haber salido hace media hora, nos retrasamos.-Comentó Caspar.

-Solo estuvimos caminando por ahí.-Mientras ellos hablaban yo ayudaba a cargar cosas en los Tuk tuks.

-Muy mal, Jackson. Emma es de Finn. ¿Cierto, amigo?-Dijo Louis mientras abrazaba a mi compañero de viaje. Mi mirada se posó en él, me sonrió y yo probablemente me sonrojé casi como lo había hecho después de confesarle a Jack que me gustaba Finn.

-Mientras ustedes disfrutaban de su paseo por el campo.-Comenzó a hablar Zoe.-Nosotros hablábamos de cierto temita bastante importante.

-¿Y de qué se trata?-Pregunté.

-Se supone que esto es una carrera, ¿No?-Dijo Caspar. Jack y yo asentimos.-Entonces a partir de hoy los equipos harán todo por su cuenta, solo los dos.

-Me parece bien.-Dijo Jack. Me gustaría decir lo mismo, eso significaba más tiempo a solas con Finn, que en cierto modo me encantaba pero en otro...No sé que pasará ahora.

20 cosas que hacer antes de cumplir veinte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora