Prometí hacerlo, se lo prometí a ella.
Pero, ¿Qué haría yo sin aquel preciado papel?
Finn me decía que comenzaba a exagerar, pero el no entendía. El papel la representaba, y por más que suene extraño, era mi manera de tenerla presente. Kristal estaba conmigo mientras yo tenía la lista, pero ahora la perdí, por segunda vez.
Yo sé que Caspar quiere lo mejor de mí, pero un simple "Cálmate" no va a arreglar esto. Las lágrimas que salían de mis ojos se hacían cada vez más y más pesadas.
Louis quería ayudarme y volver a buscarla, pero no tendría sentido, con las lluvias y todo lo demás, aquel tan preciado papel se encontraría destruido.
Jack y Zoe prometieron recrear la lista si yo los ayudaba. Pero no sería lo mismo.
Agradecía todo lo que estas maravillosas personas intentaban hacer para ayudarme; y aunque me duela decir, nunca sería suficiente.
Esta mañana, tres semanas después de haber sido rescatados y llevados nuevamente a Inglaterra, decidí que volvería a casa. Por más que me doliera dejar a Finn y a mis nuevos amigos, sin mencionar la promesa que estaba por romper. Bajo un acuerdo con las personas que nos rescataron, ellos me ofrecieron ropa limpia y un boleto de regreso a Argentina, visto que la mayoría del dinero que había llevado conmigo se encontraba perdido, el resto estaba en una cuenta bancaria y en las tarjetas de crédito.
Finn dormía en el sillón de su departamento, por un momento me detuve a observarlo. Recordando las tantas veces que comimos pizza mirando alguna tonta película. Aquella vez en la que me llevó a gritar en lo alto del edificio, el momento en el que me dijo que me ayudaría a cumplir mis sueños. Su risa, lo que habíamos logrado ser en este tiempo. Todo al vacío.
Suspiré y tomé mis zapatos entre mis dedos, una chaqueta descansaba en mi brazo mientras una lágrima caía por mi mejilla. Mi mirada se dirijió a la mesita de café en la que los pies del castaño descansaban, una nota que hace diez minutos dejé sobre ella se encontraba en perfecto estado, con el nombre de mi amigo escrito en la casi perfecta caligrafía que había logrado desarrollar durante este tiempo. Esa era mi cobarde forma de decirle que mi iba para no regresar.
Mis pies se desplazan por el pasillo lentamente, como si parte de mi quisiera quedarse para abrazar una vez más a la persona que lo había dejado todo para intentar hacerme feliz. Pero no podía, simplemente la parte de mí que quería regresar a casa era aún más fuerte que la otra.
Las puertas del elevador se abren y mi cuerpo se desliza hasta una de las esquinas, dejándome caer mientras ámbas puertas se cerraban. Las lágrimas caían de manera increíblemente rápida mientras que mi respiración se entrecortaba. La palabra "Cobarde" se presentó de manera ruidosa en mis pensamientos, y algo me decía que no se iría por un largo tiempo.