Narra Finn:
¿En qué estaba pensando? Mejor dicho, ¿Por qué lo estaba pensando? Recuerdo haber dicho, a mis dulces doce años de edad, que jamás, nunca, pero nunca nunca, en mi vida me enamoraría de alguien, ¡Mucho menos una chica como Emma! En cierto sentido, ella era del tipo de persona que me intimidaba, quiero decir: bonita, inteligente, algo tímida pero siempre mostrando una sonrisa traviesa y a la vez hermosa, siempre sabía qué decir, cómo actuar y aunque a veces podías verla totalmente destruida, siempre tenías en mente que es lo suficientemente fuerte para superar cualquier cosa. De ese tipo de personas cuya historia podrías escuchar vez tras vez sin aburrirse, porque ella era fascinante, tan fascinante como el sol y la luna alineándose para un eclipse; sin dudas tuve en claro, en el exacto momento en que la ví, que quería formar parte de aquella fascinante historia, y eso estaba haciendo. Pasé meses con ella, y hoy, a tan sólo cinco items de que la lista se cumpla,me he dado cuenta de que este podría ser el fin. No estaba listo para dejarla ir, quería que se quedara y aprender más, porque eso era lo que hacía cuando estaba junto a ella, aprender lo dura y real que era la vida, aprender que a pesar de todo siempre se puede ser feliz, aprender que no estamos solos y que una casualidad, tal como chocar con un extraño en un aeropuerto, puede llegar a cambiar nuestras vidas por siempre.
Las cosas pasaron tan rápido, ¿Qué se supone que haga? Ya sólo quedaban cinco items en la lista. No tenía excusas, debía decirle que la amo, debía decirlo rápido o la perdería. Por eso mismo me prometí una cosa: Decirle todo lo que siento antes de navidad, antes de llegar a Nueva York para ver la nieve caer, antes de que ella pueda abrazar a un extraño, antes de que ella logre cambiar la vida de alguien, antes de que se enamore, antes de que le de un hogar a una nueva mascota y antes de que obtenga su primer tatuaje. Debía hacerlo rápido, no quiero perderla, es más,me prohíbo perderla.