Gritar fuerte.

4.7K 236 13
                                    

 Había dormido literalmente con una sonrisa en la cara, Finn realmente había logrado hacerme sentir bien con lo que estaba haciendo, ya que, verdaderamente tenía mis dudas acerca viajar por todas partes. Además de mis constantes pensamientos sobre Kristal que me hacían sentir un poco incomoda. Desperté cerca de las diez, agradeciendo no haberme quedado dormida nuevamente, había desayunado café Sin quemar nada y al pasar caminando hacia mi cuarto no había resbalado, es decir, todo iba mucho mejor. Particularmente esa mañana hacía frío, mucho fría, extraño considerando que era verano. Así que al vestirme me puse un suéter que me quedaba un poco grande. No sabía de donde había salido, creo que solo lo encontré en mi armario. El timbre sonó y ya podía imaginarme quién era. Y sí, al abrir la puerta me encontré con el par de ojos verdes que tanto me gustaban. "Te dije que si te gusta." dijo la voz en mi mente, reí para luego callarla mentalmente y luego darme cuenta de que Finn no estaba solo.

— Hola, Emm — Saludó — Él es Caspar —Dijo señalando a un chico rubio detrás de él. No tarde en saludarlo de forma parecida, mostrando la mejor sonrisa de nerviosismo que siempre tuve al conocer a alguien nuevo.

—Nos preguntábamos si querías ir a dar una vuelta  —  Dijo y ambos sonrieron al mismo tiempo.

— Sí...solo déjame ir por mi teléfono —Sonreí y entré a mi habitación, revolví entre mi cama hasta que mi teléfono salió volando e hizo un ruido horrible. Luego de volver a ponerle la batería salí del departamento acompañada de Caspar y Finn. No los conocía, casi nada. Pero había llegado con la idea deque arriesgaría todo en este viaje, y así lo hacía.

  El día pasó demasiado bien, Caspar era muy gracioso, al igual que Finn, así que se podría decir que reí sin parar. Habíamos vuelto al departamento cerca de las siete de la tarde, el sol se estaba ocultando y Caspar se había ido. Lo que significa: Finn y yo, Solos. No quería admitirlo pero, me gusta. Y eso hacía el estar sola con él algo muy raro....e incomodo. 

—Tengo algo que mostrarte —Dijo antes de que yo pudiera subir al elevador. Lo miré de manera extraña y el me tomó de la mano y me empujó hasta las escaleras. Corrió conmigo a la rastra por lo que serían unos siete pisos por escalera hasta llegar a una puerta blanca. Antes de entrar el se detuvo y me miró a los ojos.

—Siempre vengo aquí cuando quiero pensar...Espero que te guste —Luego de eso abrió la puerta y lo único que vi fue la terraza del edificio, estaba repleta de plantas, árboles pequeños, macetas con flores y unos dos banquitos de madera. Era lindo, demasiado, casi salido de una película y estoy muy segura de que hay millones que presentaban escenas en lugares como estos, era simplemente deslumbrante. Sin soltar mi mano me llevó hasta uno de los banquitos, me senté y de ahí en más todo fue silencio, pero no del incomodo, si no de esos que realmente disfrutas. Así vimos el atardecer, y algo vino a mi mente: La lista. Esto sería perfecto, de no ser que era la terraza del edificio y no una playa. Probablemente hayan sido las ocho cuando todo había quedado oscuro y solo se veían las luces de Londres. Yo tenía mi mirada clavada en los edificios, el cielo, etc. Pero podía sentir la mirada de Finn sobre mi.

— Emma —Dijo haciéndome mirarlo —  La otra vez me hablaste de que estas cumpliendo con una lista...Si no te importa que pregunte, ¿Cómo es eso? —  Pensé: "Creo que podría contarle bien todo, aunque....Qué mas da, lo diré." Dí un suspiro y luego...

—  Cuando tenía trece una amiga y yo pensamos que sería lindo cumplir todos nuestros sueños antes de empezar a trabajar en la empresa que mencioné la otra vez...—  Dije, giré mi cabeza para volver a mirar hacia la vista que teníamos y luego continuar —Cuando teníamos quince, Kristal, mi amiga, murió de cáncer y lo último que me dijo fue que cumpliera la lista, por ella, por mí y por nosotras.-Lo volví a mirar. Él no dijo nada hasta unos segundos después.

—Te ayudaré —Dijo haciendo girar mi cabeza y mirarlo de manera extraña.

—¿Qué? —Pregunté sonriendo.

—Que te voy a ayudar—Sonrió—¿A dónde iremos?—Yo reí.

—Finn—Él me miró inocentemente —No creo que puedas ir por ahí viajando conmigo.

—Claro que puedo, es mi año sabático, ¿Qué mejor que pasarlo con alguien que conociste antes de ayer?—Rió—Ya enserio, quiero ayudarte.

—Bien, me vas a ayudar—Dije mirándolo, Solo para aclarar, estaba segura de que yo no dije eso—Pero si lo vas a hacer, tienes que saber que no habrá descanso, lo más probable es que no pase ni un mes en cada lugar. Solo tengo siete meses para disfrutar y no los voy a desperdiciar.

—Cuenta conmigo, Emm—Me estrechó la mano como si se tratara de negocios—Ahora, ¿A dónde iremos luego?

—Tendría que pensarlo, pero creo que por ahora me quedaré aquí hasta que termine el mes, me gusta Londres—Suspiré.

—Mira esto—De pronto se paró sobre el borde del edificio, era peligroso, si se resbalaba caería siete pisos hacia abajo.

—Bájate de ahí, te vas a lastimar—Reí.

—Ven—Dije acercándome su mano—Vení—Volvió a insistir, yo me paré y lentamente caminé hasta allí, con su ayuda subí hacia donde él estaba y observé todo, nunca le tuve miedo  a las alturas pero intentaba no mirar hacia abajo—Gritá—Dijo.

—¿Qué?—Lo miré como si estuviera loco, claro que en ese momento no recordé que una idea así se le había ocurrido a mi mejor amiga unos años atrás, y que le había parecido lo suficientemente importante como para incluirla en la lista.

—  Que grites, es divertido, hazlo—Volvió a decir, y al darse cuenta de que  yo aún lo miraba gritó fuerte haciendo que el sonido retumbara en todas partes, ámbos reímos—Tu turno—Dijo. Y sí, lo hice. Grité lo más fuerte que pude para luego reír junto a Finn. Creo que estuvimos gritando así por unos diez minutos hasta que el dueño del edificio vino a decirnos que si no parábamos de gritar nos hecharía. Al volver a nuestro piso...

—Adiós, Finn—Sonreí.

—Adiós, Emma—Sorpresivamente besó mi mejilla para luego hacer que ambos entráramos en nuestros respectivos departamentos. Abrí la lista y con un marcador negro taché: "Gritar desde un edificio muy alto." En sí, el edificio no era demasiado alto, solo tenía ocho pisos contando la recepción, claro que había edificios más altos, pero por lo menos para mí, contaba.



20 cosas que hacer antes de cumplir veinte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora