Narra Emma:
-¿Te gusta este color, Emm?-Preguntó Max mientras alzaba un cubo metálico que en su interior contenía pintura celeste pastel. Nos encontrábamos pintando nuestro departamento. Sí, así es, acabo de decir: nuestro departamento. Lamento no haber dicho nada, pero es que todo pasó tan rápido que...¡Ahg! Es lindo, ¿Ok?
Max y yo nos conocimos en el trabajo, me encontró intentando bañar a su enorme San Bernardo y al notar lo inútil que soy con los perros grandes se ofreció en ayudar, lastimosamente acabé descubriendo que es igual, o incluso más torpe que yo. No había reído tanto desde hacía bastante tiempo, y él lo había causado. Al día siguiente se presentó justo al momento en el que estaba cerrando el enorme local. Se ofreció a acompañarme a casa y pagar una pizza si yo invitaba unas buenas películas. No me negué, por más que fuera un completo extraño, ya antes había tenido experiencia en confiar en desconocidos y se podría decir que no me fue tan mal.
Lo amo...bueno, en realidad no. Pero estoy segura de que siento algo por él.
-Emm...-Llamó y ahí noté que ni siquiera había contestado a su pregunta.
-¿Sí?-Sonreí.
-Pregunté si te gustaba este color para la sala.-Me acercó el tarro.
-Oh sí, es...lindo.-Me miró, tenía esa mirada de "ya sé que te pasa algo" y estaba segura de que en unos segundos soltaría la pregunta.
-¿Estás bien, Emma?-Me senté en el único sillón que no se encontraba cubierto por una sábana vieja, aún usando la ropa repleta de manchas de pintura y con la brocha en la mano, suspiré.-Sabes, no tenemos que hacer esto si no quieres. Tu tienes diecinueve y yo veintidós, podemos esperar un poco más si quieres, ver como van las cosas. Sin presiones.-"¡Lo odio por ser tan comprensivo!" Grité en mi interior. Es verdad, él es casi tres años más grande que yo y estaba sorprendida de cómo me trataba.
-No, no.-Sollocé en silencio.-No es eso.
-¿Entonces?-Colocó su mano en mi espalda y dio pequeñas palmaditas.
-¿Recuerdas lo que te conté? Sobre mi amiga...-Sí, le había contado. Pero sólo porque confiaba en él y sabía que si quería construir una relación sana no tendría por qué mentirle.
-Sí, lo recuerdo bien. ¿Hay algo que pueda hacer por tí, cariño? ¿Algo para hacerte snetir mejor?
-Mi cumpleaños se acerca, Kristal murió ese día, no creo poder estar bien en ese momento y he estado considerando viajar a Buenos Aires y enfrentar a mi familia.-Lo miré.-Los extraño.
-Entiendo que puede ser doloroso, más nunca me ha pasado. Y créeme, Emma, quiero intentar acompañarte en esto lo más que pueda, por lo tanto, creo correcto decir que tal vez viajar a Buenos Aires ese día no sea de ayuda.-Suspiró.
-¿Por qué?-Cuestioné.
-Ya que mencionas que ese día no te vas a sentir emocionalmente bien, supongo que "enfrentar" a tu familia, como dices, sólo complicará las cosas, linda.-"¡Tiene razón, Emma!" gritó la voz en mi interior, justo antes de ser callada por mi misma, pero no podía evitarlo, él tenía razón.
-¿Tu crees?-Le pregunté, sonando como una niña de tres años que se negaba a aceptar la verdad.
-Tal vez podrías ir en otro momento, más tarde...o más temprano.-Sonrió.-Estoy seguro de que se alegrarán al ver que estás bien.-Me acercó a su pechó y besó mi frente.-Por lo menos yo estaré feliz si tu estás bien.-Susurró justo antes de abrazarme.
Esa noche la pasamos así, tirados en el sillón, abrazados. Pero por más que él intentara sacar conversación, una aún más importante estaba sucediendo en mi cabeza, repleta de preguntas y cuestionamientos, queriendo saber si lo que estoy haciendo está bien.
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Hola! Sí que me tardé esta vez, ¿No?
Bien, vengo aquí bajo la triste- y alegre- noticia de que actualizaré más seguido, gracias a que básicamente tengo escrito el final de esto. *:'(*
No se preocupen, hice la cuenta, aún restan unos veinte capítulos más. (jajajaja veinte capítulos. ¡Veinte!...¿No? ¿Nadie lo entendió? Okey me callo).
A Propósito, ¡Esto llegó a +1000 votos! GRACIAS DE ENSERIO, ¿OK? LAS AMO.