Sin reglas ni principios 2

6. El juego.

Posicioné mi mano lentamente sobre la fría chapa de la habitación -que sería mía durante el tiempo que estuviésemos ahí- y finalmente la giré sin poder quitar de mi cabeza la información que habían dejado sobre el expediente de Ryan.

Tenía claras un par de cosas para ese momento y una de ellas era que nada de lo que habían dejado atrás en tan perfecta maniobra era una simple coincidencia, comenzando claro, por el alineado y el número de palabras. Era este ultimo detalle el que en especial me intrigaba, ya que a mi parecer, hubiese sido mucho más sencillo borrarlo todo en vez de contestar a ciertos títulos como insuficientes.

- ¿Coordenadas? No, no hay manera de aclarar latitud o longitud con un par de números- murmuré deslizando la mano por la pared en búsqueda del interruptor - Quizá sea un código, ¿Pero código de qué? - continué sin poder encontrar nada en la penumbra desde el lugar en el que me encontraba y finalmente decidiéndome por adentrarme un poco - ¿Y si es un número de celular?- Me detuve en seco apreciando la idea. No era descabellado; suficientes cifras, comienzo correcto... podía funcionar.

Tras un par de segundos más mi mano dio exitosamente con el interruptor provocando que luego de un parpadeó la luz invadiera la habitación.

Giré sobre mis talones dispuesta a cerrar la puerta tras de mi, pero de inmediato siendo detenida por un delgado aparato que descansaba sobre la mesa de noche junto a la sencilla cama. Mis cejas se juntaron en respuesta, definitivamente no se utilizaba ningún tipo de celular en la agencia luego de tener lo único que necesitábamos en un moderno comunicador.

Lo tomé entre mis manos con algo de recelo y no pude evitar el pensar que quien fuera que se había esmerado en escribir los suficiente como para indicarme un número de palabras, probablemente sabía que no tendría manera de llamarle y había sido el responsable de dejarlo allí.

Mi mano fue rápidamente a la pretina de mi pantalón tomando mi arma y apuntando esquizofrenicamente a todos los puntos del mediocre lugar para, finalmente, dejarla a un lado y marcar el número que permanecía grabado en mi cabeza.

-¿ Hola? - Exclamé luego de que el timbre callara pero el silencio se apoderara del otro lado.

Apreté mis labios retirando el aparato de mi oído y mirándolo algo extrañada, no obstante, justo cuando me disponía a colgar algo cambió en la linea.

- Creí que demorarías menos en descifrarlo- soltó una voz distorsionada y casi robótica.

- Tal vez no consideraste las escaleras, error de novato- repliqué intentando mantenerlo hablando lo suficiente como para asociar su tono a alguno guardado en mi memoria.

Había llegado hasta ahí, merecía ser escuchado.

- No has cambiado en nada Cinthia - alegaron del otro lado provocando que un escalofrío bajara por mi espina y fuese incrementado por la mecánica risa que precedió sus palabras - Y ni siquiera lo intentes. Necesitarías más de ocho decodificadores y un mejor Hacker para llegar al audio original que recuerdas sobre mi voz.

- ¿Quien eres? - escupí tan pronto como sus palabras me alcanzaron.

- ¿Crees que me hubiese esforzado tanto como para decírtelo ahora?

- Hay diferentes tipos de locura - murmuré replicando las ondas que había visto en diferentes grabaciones de voz y asociándolas con múltiples trabajos de codificación que había realizado junto a Novak.

Gruñí por lo alto aceptando que tenía razón respecto a mi imposibilidad de reconocerlo y de inmediato recibí una nueva y complacida carcajada.

- Ya que me crees, ¿Que opinas sobre intentar saber quien soy en vez de querer reemplazar una maquina?

- Bueno... Firmaste como Dexter.