23. Contra viento y marea.

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Me levanté de golpe. Por poco pegando un brinco desde la ultima posición que había tomado y, finalmente, habiendo estructurado en mi cabeza no solo qué era lo que pedían, sino la manera en que lograríamos salir de allí.

Si mis cálculos no fallaban, aquel televisor no solo servía como una azorante cuenta regresiva, sino como una manera de vigilarnos que probablemente, aunque no transmitiera sonido, si podía darle una buena imagen de nuestros labios al moverse.

Hice un mueca, mirando hacia Dexter, quien permanecía caminando de un lado al otro con las manos tras su espalda y la cabeza ligeramente gacha.

- Dext...- Me detuve a la mitad de la palabra. Reevaluando mis acciones y notando que el hecho de que actuásemos con normalidad nos daba la veracidad necesaria. No podía sencillamente ordenarle que intentara mover los labios lo menor posible tras lo que iba a decir, necesitaba una opción más apropiada.

- ¿Ahora soy Dext?- Cuestionó, haciéndome volver en mi para notar que efectivamente no había continuado con la oración- No creí que buscases un apodo tan rápido.

- Decirte Dexter me hace creer que eres un desconocido- Me excusé, comenzando por aplicar mi nuevo plan y caminando con lentitud hacia él, manteniendo una expresión maliciosa que estaba segura se vería tras las cámaras. Entrecerró los ojos con recelo, echando un poco su rostro hacia atrás una vez me vio detenerme frente a si - Por otro lado ¿ Te he dicho cuanto me gusta ese nombre? Es tan varonil y te hace lucir como el chico malo que aparentas ser - Solté una risilla, conocedora de que el ultimo minuto se acababa con lentitud y Kill-J no demoraría en entrar evitando que me sobrepasase con su compañero. Deslicé la yema de mis dedos sobre su hombro, finalmente posando la mano y acercándome hasta su oído- Quince minutos y en cubierta- Murmuré, aprovechando los mechones de mi cabello que habían caído sobre mi rostro al inclinarme - Ahora, disimula un poco, genio.

La puerta se abrió de golpe justo a tiempo para que yo me separara y recibiera una mirada que oscilaba entre reproche e incredulidad por parte del oriental.

- Ya veo por qué te prefirió sobre nosotros - Comentó con un ademán despectivo que hizo que dos hombres entraran y nos terminaran de separar en un movimiento brusco - Y bueno, ¿Tienes la respuesta?

Solté un fuerte suspiro, totalmente fastidiada por al agarre que me mantenían y la superioridad que el chico emanaba y finalmente asentí. Una amplia sonrisa se trazó en su rostro.

- Pero antes de decirtelo...

- No vayas a comenzar pequeña Mefistófeles - Me interrumpió, nuevamente moviendo su muñeca y provocando que el gran gorila que sujetaba a Ryan lo arrastrara consigo hacia la puerta.

- ¿A donde lo llevan?- Gruñí, moviéndome inconscientemente en un intento de liberar el agarre. Kill-J nuevamente me dedicó una brillante y atractiva sonrisa.

- ¿Crees que no se la manera en que trabajas? Es verdad que el gran ángel caído era misión de Dexter, pero eso no quiere decir que no me hubiese tomado la molestia de investigarte y a la organización completa. Conozco tus habilidades y soy consciente de lo manipuladoras y sucias que son tus acciones - Se acercó a mi, tomando mis mejillas con una sola de sus manos y encontrándolas en el proceso. Justo en ese instante Evans logró soltarse de su agarre tentando con aventarse contra él pero recibiendo el movimiento de su mano en mi dirección. Terminando con la boca de su arma contra mi mentón- Yo no haría eso si fueras tu- Murmuró, sin siquiera preocuparse por voltear en dirección a Dexter.

Una mirada de total desprecio se posó en mis ojos, no mucho tiempo para que enseguida volteara hacia Ryan en un intento de que se tranquilizara y siguiera mis instrucciones iniciales. El chico inhaló profundamente, tensando sus músculos y volviendo con su guarda, quien de inmediato lo escoltó de mala gana fuera del lugar.

Sin reglas ni principios 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora