39. Se acusa y se condena.

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Levanté una de mis cejas repleta de autosuficiencia, conocedora de que el destino de mis planes dependería de qué tan bien se desenvolviera la situación que acababa de desencadenar. 

No podía equivocarme en mis análisis. Desde el primer momento en que los vi a ambos, desde el primer momento en que supe que se conocían y habían crecido juntos, supe que Faux sería el elemento que necesitábamos para tener un enemigo menos en la lista. 

Por su parte, Kill-J había resultado un poco más difícil de descifrar, pues no había tenido la oportunidad de hablar de su querido y original Dexter con él. Aun así, pequeños gestos y posiciones corporales al mencionar su nombre, aun cunado se refería a Ryan personificándolo, me dieron el aval para construir mi plan.

El amor era un arma de doble filo. Una que estaba dispuesta a usar.

—¿E- enamorado?— Cuestionó Faux de repente mientras veía ponerse en pie a Kill-J.

— No seas ridícula —  espetó este, dedicándome una mirada fría que pretendía no dejarme ver en su interior — Estaba por asesinarlo antes de que llegaras. 

Levanté una ceja, divertida ante la idea de que prefería explicarme por qué no estaba enamorado de su amigo antes que aprovechar la oportunidad para eliminarme, especialmente sabiendo que había sido él quien nos había llevado hacia ese lugar.

Chisté por lo alto, aventando mi arma en su dirección y haciendo un gesto de permiso con mi cabeza una vez cayó en sus manos. 

— Adelante, quiero ver cómo terminas tu trabajo. 

Faux frunció el ceño ante mi gesto, desviando su mirada rápidamente hacia su arma a uno de sus costados, lo suficientemente lejos como para no ser capaz de tomarla a tiempo. 

Kill-J ajustó sus dedos alrededor del gatillo, apuntando directamente hacia la cabeza del rubio y después de unos segundos de duda, llevándola en mi dirección con un gruñido. 

— Púdrete— escupió, logrando que inmediatamente Ryan se posicionara frente a mi, apuntándole de regreso. 

—Tan solo inténtalo y te vuelo el cerebro antes de que si quiera parpadees—le amenazó, provocando que una suave carcajada saliera de mi boca mientras posicionaba una de mis manos sobre la suya, bajando el arma y caminando en dirección a  Kill-J.

— Podríamos asesinarnos todos aquí, de hecho, estoy totalmente segura que entre todas las personas en el mundo, los cuatro somos los únicos que podríamos darnos final de la manera correcta. Aun así, además de que sería un desperdicio de recursos y de energía, vine porque tengo una mejor propuesta para ti.

—¿Acaso te escuchas?—soltó interrumpiéndome y reenfocando su arma, acto que provocó que Ryan, a mis espaldas, volviera a levantar la suya — Planeas propuestas sin tener algo a cambio. Estás en mi fortaleza, con mis hombres, apenas un par de acompañantes y aun no tienes a la chica. 

— Puede ser — me encogí de hombros, finalmente llegando frente a si y dejando que su arma chocara contra mi frente — Pero lo tengo a él— Hice un gesto hacia Faux, dedicándole un guiño que provocó un gesto de incomodidad por parte de Kill-J—no  me malinterpretes, no he venido a amenazarte con su vida, de alguna u otra manera ahora hace parte de mi equipo y cómo tal, lo protegeré hasta el final. Vengo a ofrecerte venganza contra los bastardos que nos pusieron en este lugar. Porque, aunque no lo creas, el hecho de que se hayan llevado a Dexter y te hayan traído un reemplazo, estuvo incluso más planeado que el hecho de que los cuatro nos encontremos en esta habitación. 

—Explícate — me ordenó, viéndome posicionar mi mano sobre su arma y bajarla lentamente mientras continuaba. 

— Es sencillo. Quien sea que planeo esto no quería dejar cabos sueltos. Te utilizó a ti y a la empresa como refugio para Ryan mientras estaba listo para reencontrarse conmigo y, aun ahora, te utiliza para que, siendo el único que puede enfrentarnos, acabes con nosotros si algo sale mal. O nosotros acabemos contigo. De cualquier manera, más muertes significan menos testigos. En cuanto a su relación, fue un daño colateral que el sujeto tras todo esto pasó por alto, pero que será la clave de todo esto. 

Sin reglas ni principios 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora