35. Bajo tierra ~Parte 1.

729 94 7
                                    

El chiquillo frente a mi mantenía su cabeza tildada ante mi ultima apreciación, así como los grandes y verdes ojos bien abiertos, probablemente esperando que en algún momento respondiera su pregunta a cerca de la ubicación de su madre. 

— Así que un regalo de tu abuelo — musité, afianzando mi sonrisa y extendiendo mi mano frente a si —¿Podría verlo? 

El niño negó con su cabeza un par de veces antes de tomar la cadena y girarla hasta el cierre, donde un cilindro con un pequeño cuadrado negro se exponía.

— Solo mamá puede abrirlo al tocarlo. 

—Es un lector de huella— afirmé, a lo que él se encogió de hombros. 

Apreté mis labios analizando la situación y notando que, si las cosas resultaban tan planeadas como lo había analizado, probablemente el hombre del teléfono había previsto que, estando Ryan y yo juntos, él se encargaría de llevarse a la mujer y de alguna u otra manera resultaría interactuando con quien poseía la verdadera información. 

Solté el aire fuertemente por la boca, lamentándome por tener que involucrar al pequeño y finalmente irguiéndome por completo. 

—Vamos, te llevaré a dónde está tu madre— concluí al tomar su manita — A propósito ¿Para qué la buscas?

— No me gusta estar entre tantas personas — respondió conforme avanzábamos entre la gente — tampoco entre tantos niños, ni siquiera los conozco. 

—¿No son tus amigos?Creí que era tu fiesta de cumpleaños. 

— Realmente no, mamá no me deja ir a la escuela, ni salir a jugar. SÍ es mi cumpleaños, pero todos parecen tener una fiesta sin mi. 

—Entiendo como se siente — musité, de repente frunciendo el ceño— pero entonces, si esto no era lo que querías, ¿Por qué lo hicieron? 

— No lo sé, pero mamá sí invitó a todos sus amigos — sentenció, dejando que su mirada se perdiera entre la multitud.

Aproveché ese momento para desviar mi rostro hacia el lado contrario y me coloqué un pequeño audífono que Noah me había entregado antes de salir. El tonó sonó por unos segundos hasta que escuché su voz. 

— ¿Diabla?

— ¿Ya están en el lugar?

— Aun no, vamos en camino. Aparentemente es una especie de campo de entrenamiento, pero se tomaron muy enserio lo del campo porque queda en medio de la nada. La ventaja es que desde su posición, podrán llegar más rápido tomando otra vía. 

— Que bien— musité, cuidando de no articular demasiado para que no se notara que estaba hablando sola— Necesito un favor ¿tienes tu computadora cerca?

—Siempre. 

— Bien, hay algunas personas que necesito que identifiques, aun así no sé cómo hacerte llegar su imagen, tampoco tengo mucho tiempo. 

Hubo un pequeño silencio que utilicé para fijarme en el chiquillo quien, en algún momento, se había refugiado ligeramente tras de mi.

— ¿Aun estas usando la manilla que te dí? El prototipo de Dexter. 

— La tengo ¿Podrías hackearla?

—Es mi invento, puedo hacer lo que quiera con él — afirmó con un orgullo notable en su voz mientras el tecleo se escuchaba en el fondo — Bien, ahora necesito que ubiques la pantalla de la manilla en la dirección de los sujetos.

Hice lo que me dijo, fingiendo arreglarme el cabello y ralentizando mi paso con disimulo. 

— Ya está ¿Los ves?

Sin reglas ni principios 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora